Una clase, veinte alumnos, siete nacionalidades

Cuando se les pregunta qué echan de menos de sus países, responden que su familia, las amistades, los paisajes y en algún caso la comida. Son sobre todos los mejicanos quienes responden así, aunque los hay que aseguran que echan de menos los programas de televisión en inglés. Todos han venido para cursar sus estudios y alguno añade que otra motivación ha sido «las oportunidades que este país les puede brindar».

Sorprende la madurez de estos alumnos y la precisión que suelen responder a las preguntas. Nunca contestan con monosílabas, explican minuciosamente sus respuestas. Lo que más aprecian de España y de los españoles, en general, es: su cultura, su gente, la buena calidad de los productos, la comida, la sanidad, la libertad. Incluso uno apunta que «los españoles son muy formales».

Lo que menos les gusta de este país es: la manera de fumar, piensan que no tienen en cuenta al no fumador; que, a veces, la gente responde a las dudas que ellos plantean de mala gana; y los toros, fiesta que consideran que tiene un punto de crueldad. Las diferencias que encuentran entre los jóvenes españoles y los de su país son que los primeros son más liberales, que los americanos del sur son más alegres y joviales, y algunos encuentran a los jóvenes españoles más cultos.

En cuanto a las diferencias entre los respectivos sistemas educativos, la mayoría opina que el nivel en España es más alto y que tiene más salida al final de los estudios. Hay un alumno marroquí que opina que «a pesar de que su país tenga menos fondos, su sistema es más eficiente ya que ha copiado al sistema francés», aunque añade que lo mejor de aquí es que hay menos alumnos por clase.

Amparo Oliver, la profesora, dice que emplea la misma metodología con esta clase que con otras compuesta únicamente por españoles aunque escribe más en la pizarra y les da más información por escrito porque lo pueden entender mejor. Definen España como un país cuya democracia está consolidada y admiran «el compromiso social que tiene con el mundo». Otro alumno responde: «Un país con fuertes esperanzas de crecimiento en todos los aspectos». Algunos sostienen que «brinda muchas culturas en poco espacio, un país que supo supera la pobreza». La profesora asegura que los ve más interesados por todo, por asistir a conferencias… «Más participativos».

Se sienten integrados en el Instituto, en el recreo se les puede ver con los demás compañeros en la cafetería o en el patio. Cabe destacar como anécdota, que hace unos días, un profesor de guardia, al oir hablar francés a varios marroquís en el pasillo, dijo que «los franceses del intercambio ya habían llegado».

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