Carta a mi profesor el P. Ángel Plaza, in memoriam

Quiero confesarme contigo, P. Plaza, y quiero decirte que estos días he hurgado, junto a mis compañeros, sobre el sembrado de un bancalillo. Cual niños yunteros, hemos ahondado la reja de tu arado y han aflorado gavillas atadas de sentimientos. Las hemos llevado a la era, las hemos trillado y hemos lanzado al aire paladas de otro tiempo. Hemos aventado tus enseñanzas; la paja para el pajar y el grano puesto en la parva para cocer el pan de aquellos años.

¿Sabes, P. Plaza, que teníamos preparada la techumbre para guarecernos juntos de las ventiscas de la vida? ¿Sabes que aquellos alumnos tuyos siguen mordiendo aquel pan con chocolate y beben juntos lo agradable y lo severo de la vida? ¿Sabes que unas voces roncas  y otoñadas cantan al unísono de una bandurria “Un barco que navega a la orilla del mar”? ¿Sabes, P. Plaza, el porqué de esta carta?

P. Ángel Plaza
P. Ángel Plaza

No estamos bien; al menos, hoy. Ya contigo no valen literaturas, ¿o quizá sí? Ya sin ti el pentagrama de la geografía y los deportes ha quedado mudo, ¿o quizá, no? Quizá eras tú el hombre al que buscábamos, quizá fuiste tú el que sembró una voz y nacieron muchas más, quizá eres tú el que hoy le da cuerda a un viejo reloj que toca a llamada, quizá fuiste tú.

 ¡Ay, ay, ay, ay…! – estarás diciendo – que este no es mi Funes, que me lo han cambiado; que aquel al que yo conocí era un rebelde, un protestón… Quizá ha sido que, sobre aquel desierto, mis compañeros, mis amigos, han regado y han cultivado…; quizá has sido tú el acequiero que nos repartía el agua…

 Confieso, P. Plaza que hoy me he confesado y me he confesado por carta. Te recuerdo que ésta va con acuse de recibo. Acuérdate cuando nos contestes de aquellos chiquillos que llenaban de gritos la tarde…

 Este colegio de Santafé fue nuestra casa, aquí no nos sentimos forasteros, pero quizá sea llegada la hora de recoger recuerdos, andar otros caminos…; pero siempre, siempre al lado vuestro. ¡Abro ventanas!

P.D. Sr. Cartero, soy un compañero tuyo, coge esta nuestra carta y corre, corre hasta entregársela al P. Plaza en el cielo.

Un abrazo, amigo. Antonio Funes Delgado. Santafé (Granada)

Vista aérea del seminario de los PP Redentoristas, a finales de los 60
Vista aérea del seminario de los PP Redentoristas, a finales de los 60

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