Mi trabajo en ‘Las Palabras en la Arena’ con Elena Ruíz Megías, nuestra Apuntadora, Tramoyista,… nuestra “hazlotodo”

Elena Ruíz ha sido nuestra «hazlotodo»

Maravillosa persona. De una disponibilidad admirable. Siempre dispuesta. La persona más puntual, fiel, trabajadora…

Nunca faltó a un ensayo y me ayudó muchísimo con los papeles de los diferentes personajes, anotando sobre el texto las indicaciones de movimiento, gestos, etc
que yo iba dando a cada actor. Sin ella, nada habría sido igual.

Por eso le di el ramo de flores que me entregaron a mí en la actuación que hicimos en el Teatro Maestro Francisco Alonso, para el centro de adultos de Almanjáyar-Cartuja de Granada, el pasado 21 de abril.

¡Qué admirable y querida persona!

Merece un gran aplauso por su entrega absoluta, su dedicación y su fe en el trabajo que hacíamos, que hemos hecho juntos.

Elena Ruiz recibiendo su regalo/RAFAEL MORALES

Su estar a nuestro lado, a mi lado, en todo momento, desde apuntar a los compañeros, recordarnos las indicaciones que yo había dado en ensayos anteriores, ayudarme a buscar los tejidos para el vestuario por toda Granada, con su madre y con José Montes, a ayudar en la confección del vestuario y hacer el atrezzo de la obra…

Cuando al llegar el verano, las vacaciones, me dijisteis de seguir ensayando, para no olvidar lo ya aprendido, lo ya montado, tú estabas allí, Elena, la primera, con tu madre querida, cada jueves del mes de julio, cada jueves del mes de agosto, de las siete de la tarde a las diez de la noche, en el Centro Cultural de Padul, que el Ayuntamiento nos había cedido para ensayar. Cuando había que llevar una solicitud al Ayuntamiento, siempre en horario de mañana, eras tú la que la llevabas. Cuando no aparecían los actores que faltaban, porque no aparecían, tú seguías allí, leyendo el papel de todos los que aún no estaban, llenando sus huecos, para seguir adelante. ¡Qué puntualidad admirable! ¡Qué constancia! ¡Qué disponibilidad ejemplar! ¡Qué hermosa labor la tuya! Qué fácil han sido los ensayos estando tú con nosotros.

Siempre estabas para todo. En tu vocabulario no existía, ni existe, el “es que” ni el “no puedo” Una persona tan sencilla y maravillosa que merece un artículo para ella sola, una entrevista.

Aprovechar esta oportunidad en IDEAL en Clase, es única para mí, para darte las GRACIAS por todo. Es una oportunidad única para ti, querida Elena, para aparecer como “la estrella” de esta obra, de este trabajo teatral.

Estos alumnos-actores nunca se han visto en un periódico, ni en internet, ni nada de nada. Esto es muy nuevo para ellos. Es como un regalo precioso que quiero que me alegra que tengan todos, que tengas tú, querida Elena. Gracias a IDEAL en Clase y a Antonio Arenas, su redactor.

Elena Ruiz Megías/ RAFAEL MORALESMe hubiese gustado obsequiaros, a cada uno de los alumnos actores, con un portarretratos digital, en donde fuesen apareciendo las magníficas fotos que nos ha hecho el profesor de adultos Rafael Morales Toribio, pero no ha podido ser. 

Sin embargo, tenemos el regalo de esas magníficas fotos; el regalo de la crítica del Catedrático de Literatura D. Antonio Robles, que es un gran regalo y otro regalo más es el que salgamos en IDEAL en Clase, para todo Internet.

Es, para mí, como un regalo que os merecéis todos, especialmente tú, Elena y José Montes que también ha sido súper trabajador, respetuoso y muy a mi lado, súper paciente conmigo en las indicaciones para construir su personaje protagonista, Asaf. También ha sido fidelísimo a los ensayos y a mis indicaciones.

Pero, según mi punto de vista, tú, Elena te mereces una edición especial para ti sola, igual que José Montes.

En el programa, en el reparto, Elena Ruíz va al final, en el apartado de Maquillaje, Atrezzo, Tramoya y Apuntadora y en la contraportada también, en el vestuario.

Como anécdota decir que en la escena donde José Montes, el protagonista, Asaf en la obra, descubre que su esposa Noemí lo engaña y entonces tira, con furia, los cinco denarios de plata, que rodaban, enloquecidos, por el suelo, Elena y yo siempre los buscábamos, afanosos, y los recogíamos, más bien ella; y hubo que tirarlos muchas, muchas veces, hasta que José Montes le cogió el punto.

Desde aquí quiero daros a todos las gracias de nuevo y muy especialmente a ti, querida Elena, por toda la atención, dedicación y entrega que has puesto en este trabajo teatral, Las Palabras en la Arena, que hemos hecho juntos para la Educación de Adultos, trabajo en el que tú no apareces actuando, pero que, sin ti, no habría sido lo mismo. Gracias…., de todo corazón.

Con mi admiración y mi cariño de siempre

(*) José Luis Ortega, profesor encargado de la Actividad Teatral 2014-2015

 

 

 

Mi impresión al participar en el montaje de la obra teatral ‘Las Palabras en la Arena’ de Antonio Buero Vallejo

por Elena Ruíz Megías

Debo empezar diciendo que todo fue algo casual, y como tal muy gratificante porque ya se sabe que las cosas no planeadas son las más disfrutadas. Mi experiencia aparte de enriquecedora a nivel «artístico», ha sido muy beneficiosa, porque los alumnos que hemos participado en esta actividad nos hemos sentido en algún momento que otro, muy artistas. Ha sido una forma de superar algún miedo que teníamos escondido.

Elena Ruiz Megías/ RAFAEL MORALESNuestro profesor y director, José Luis Ortega, nos tuvo bastante firmes implicándonos muy directamente en todos los aspectos del montaje y eso influyó claramente en cada uno de nosotros de diferente forma, todas muy buenas. Lo que tengo muy claro es que todos estamos muy satisfechos y muy agradecidos tanto con el trato recibido como con el resultado de la obra.

En más de un momento pensamos que no lograríamos conseguir el reparto completo, eso supuso creo el mayor reto para todos, por suerte todos los papeles fueron cubiertos.

No creo que el hecho de que no tuviéramos experiencia fuera algo malo ya que íbamos bastante desprejuiciados, con respeto, porque una obra así, de ese nivel literario, merece ser tratada con mucho respeto y con mucho cariño, pero sin presión al no saber realmente a qué nos enfrentábamos. No sabíamos la magnitud educativa, literaria y cultural de este trabajo. De eso, gracias a nuestro profesor, nos dimos cuenta más adelante, por suerte.

Es necesario y justo que, en este punto, nombre al director de la obra, José Luis Ortega, ya que ha sido el que más nos ayudó, nos sufrió, nos enseñó y nos guió en esta maravillosa aventura. Todo ha sido posible, realmente, gracias a él. Su disponibilidad y su entrega con nosotros, han sido admirables.

Mención aparte la ayuda recibida por parte del ayuntamiento del Padul, al alcalde Manuel Alarcón, a la concejala de educación, Aurora Soto y al concejal de cultura, Francisco Medina por su colaboración a todos los niveles. Gracias por su total implicación.

Y, finalmente, y no menos importante, al Centro de Educación Permanente Almanjáyar-Cartuja, de Granada, por el cariño con que nos trataron cuando fuimos a actuar para ellos. Nos hicieron sentir como en casa.

Sin duda, esta experiencia teatral a más de uno nos ha despertado el gusanillo de la interpretación o al menos nos ha mostrado lo fascinante que puede ser el mundo del teatro, cosa que la mayoría desconocíamos y que, gracias a José Luis Ortega, nuestro profesor y director, a su sensibilidad y a su dilatada experiencia, nos hizo fácil lo que al principio creíamos imposible. Gracias de corazón.

Elena Ruíz Megías

 

 

FOTOS: RAFAEL MORALES 

 

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