Juan Chiverches presenta en el Centro Artístico ‘Los artículos irónicos (2005-2015)’ que regalará a los asistentes al acto

Afirma Juan Chirveches, escritor y colaborador de IDEAL en las páginas de Opinión, que las principales razones que le han impulsado a reunir sus artículos irónicos de la última década son «las mismas o idénticas motivaciones o razones, o irrazones, que llevan al poeta a coleccionar en libro determinado grupo de sus poemas, o al relatista a ensamblar en un volumen una tanda de sus relatos». Cuando le consultamos acerca de la vigencia de los mismos nos responde con otra pregunta del tipo ¿siguen vigentes los artículos de Larra, escritos hace dos siglos, o los de Julio Camba, publicados hace cien años? Y es que en su opinión, «si el libro es bueno, que eso sólo lo dirá el tiempo, da igual que los textos tengan diez meses o quinientos años. Siempre merecerá la pena leerlo. Si no lo es, también da igual el tiempo que tengan las piezas que lo componen, porque su destino será el olvido y los recipientes de papel para el reciclaje». El libro ‘Los artículos irónicos (2005-2015)’ (Adabook) se presenta el viernes, a las 20 horas, en el Centro Artístico de Granada.

– ¿Cuáles son las principales motivaciones que le han impulsado a realizar esta recopilación de artículos irónicos?
– Las mismas o idénticas motivaciones o razones, o irrazones, que llevan al poeta a coleccionar en libro determinado grupo de sus poemas, o al relatista a ensamblar en un volumen una tanda de sus relatos.

– ¿Piensa que aún siguen vigentes, pese a haber sido escritos algunos hace una década o un lustro?
– Yo le respondería preguntándole a su vez, si me lo permite, si siguen vigentes los artículos de Larra, escritos hace dos siglos, o los de Julio Camba, publicados hace cien años… Si el libro es bueno, que eso sólo lo dirá el tiempo, da igual que los textos tengan diez meses o quinientos años. Siempre merecerá la pena leerlo. Si no lo es, también da igual el tiempo que tengan las piezas que lo componen, porque su destino será el olvido y los recipientes de papel para el reciclaje.
Es un error acercarse a un libro con el prejuicio de si lo que expresa su autor está vigente o no, sino si lo expresa con talento, ingenio e inteligencia, y calidad literaria. No están ya vigentes los lazarillos que acompañan a los ciegos por los caminos de España, y no por eso Lazarillo de Tormes deja de ser una obra maestra, entre otras cosas, debido a que es testimonio de determinados comportamientos y tipos del siglo XVI. Sin querer establecer ningún tipo de parangón, lo cual sería absolutamente ridículo, esta colección de artículos testimonia unos años esperpénticos, en aspectos varios, de la vida política, educativa o social de la España de comienzos del siglo XXI, tanto nacional como local, varios de los cuales, como la cuestión educativa que vemos estos días con el nuevo Informe PISA, o como el descabellado intento separatista, o como los accesos a la Alhambra, etc., no sólo están vigentes, sino incluso que están de mayor actualidad que en el momento en que fueron publicados.

– ¿Considera imprescindible la ironía en los tiempos que corren?
– Nada es imprescindible. Ni la seriedad ni la ironía. Es simplemente una manera de acercarse a los graves asuntos que nos preocupan, tratando de provocar una sonrisa al posible lector, pero una sonrisa que le haga al mismo tiempo reflexionar y que, mediante esa cierta distorsión humorística que es la ironía, pueda ver con mayor nitidez y relieve, por contraste, los perfiles exactos de la cuestión.

Juan Chirveches, autor de 'Los artículos irónicos' 16/11/2012 FOTO: ANTONIO ARENAS
Juan Chirveches, autor de ‘Los artículos irónicos’/ ANTONIO ARENAS

– ¿Se han quedado algunos en el tintero?
– Es tal el esperpento de la vida nacional, que no es posible agotarlo en un breve volumen como éste, de tan sólo veinticinco artículos: lectura de media tarde de otoño para reflexionar sonriendo…

– ¿Es cierto que va a regalar el libro a los asistentes?
– A las presentaciones de libros locales, por lo general únicamente acuden familiares, amables amigos, compañeros de trabajo y algún que otro compromiso que tienen la deferencia de no dejarte solo en ese trance. Te hacen un favor arropándote y acompañándote en esos momentos.  Por supuesto que regalaré encantado mi libro a los asistentes a la presentación. Ya es de agradecer el mero hecho de que alguien quiera acogerlo y tenerlo. Mi criterio es que si a alguna persona le interesa comprarlo después, debe dirigirse libremente a las librerías, que es el sitio adecuado para ello. Pero no en la presentación.

– ¿Desea añadir algo más?
Motu proprio no deseo añadir nada que no me haya usted previamente preguntado. Eso sí, agradecerle a usted y al diario Ideal la entrevista y noticia de este libro.

 

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