Alejandra y José David, hijos de Margarita Pedrero, presentan el libro escrito por su madre, ‘Bendita la hora en la que me separé. Yo, mujer maltratada’

A lo largo de 234 páginas, Margarita Pedrero Repiso (Barcelona, 1953-Granada, 2015) relata el calvario que vivió durante 13 años. El título no puede ser más explícito, ‘Bendita la hora en la que me separé. Yo, mujer maltratada’ (Oro Libros) así como el objetivo por el que lo escribió: «Este testimonio es cierto y he necesitado contarlo al mundo. Los niños son inocentes de todo y no tienen que pagar las injusticias de los mayores, ven sufrir malos tratos de sus padres, de palabra y obra. Deseo que este testimonio pueda servir para ayudar a mujeres que se encuentran en la misma situación. No tengan miedo de denunciar a su maltratador, porque no tienen perdón de Dios». Aunque lo vio terminado, desgraciadamente no podrá presentarlo, pero sí su hija Alejandra y su hijo José David, lo harán el miércoles, 22 de noviembre, en Corrala de Santiago, (Santiago, 5) donde le acompañarán la abogada y experta en violencia de género, Pilar Palomo, y la directora de Ediciones Dauro, Mª José Bonilla (20 h).

 

Alejandra nos cita en las inmediaciones de la iglesia de Fray Leopoldo pues su madre era muy devota. Aquí nos cuenta que su madre «necesitaba contarlo al mundo» y que se pasó toda su vida recordando episodios durísimos.«Yo la animé a que lo escribiera, no se lo pensó mucho y se puso mano a la obra». Por su parte, José David, describe algunos de los episodios este libro de duros testimonios, que comienza con el nacimiento de Margarita.«Cuenta cómo recibió la primera bofetada de su marido durante el viaje de novios, la violencia, el miedo, las vejaciones, el sufrimiento,.. en el que la hemos acompañado buena parte de su vida». También explica que en el año 85, en plena separación su madre fue pidiendo ayuda. Las primeras puertas a las que llamó fue a las de la Cruz Roja de Granada pero «las encontró cerradas. A partir de ahí llamó a otras puertas, que se le abrieron Cáritas, Jesús Abandonado,… «La situación familiar era muy crítica y cuando hay niños por medio es bastante compleja. Después de la separación fue una auténtica liberación para todos pese a que tuvo que trabajar pues no recibía la pensión alimenticia», añade al tiempo que reconoce que fueron 13 años de maltrato y vejaciones, no solo para ella sino también para sus hijos. Por eso el que se presente esta semana no es casualidad, pues el 25 de noviembre, es el Día contra la violencia machista.

Margarita Pedrero Repiso

Después de tanto sufrimiento la historia tiene un final feliz, y tanto la autora como su hija tienen muy claro que «mereció la pena separarse aunque tras la separación mi padre aún seguía amenazándola.«Me decía a mi, a tu madre la tengo que matar y no me importa ir a la cárcel». En un principio el relato finalizaba en 1986 y no contaba nada desde ese año hasta su fallecimiento en 2015. Alejandra explica que cuando las cosas se fueron asentando y cesaron las amenazas volvió la tranquilidad de no sentir cuando metía la llave en la cerradura y cómo a los tres años de separarse su madre pudo rehacer su vida.«Tuvo una relación muy bonita que la hizo sentirse querida, amada y respetada. Asimismo se integró en un club de amistad donde hizo amistades bonitas y duraderas, que las conservó mucho tiempo. También tuvo la oportunidad de viajar por Austria, Suiza, Francia, Alemania, Marruecos, Portugal, y disfrutó de su sueño que era conocer París».

Margarita  con sus cuatro hijos

Por eso anima a las personas que están en una situación familiar de maltrato físico o psicológico a que cambien sus vidas, que soliciten, si se lo pueden permitir, ayuda psicológica para que sepan gestionar sus emociones y si no que vean vídeos muy interesantes como los de Rafael Santandreu o Borja Vilaseca que con su sentido del humor quita hierro a todos los problemas de este tipo. A los jueces les pide que «por favor antes de dictar sentencia comprueben quienes son los padres o tutores de los niños, qué relación tienen y tengan en cuenta la opinión de los niños, pues conozco casos de niños que no quieren ir con sus padres porque están siendo maltratados psicológicamente».

De hecho, José David indica que en esa situaciones te sientes indignado por los maltratos vividos, que afectan negativamente en los estudios.«Mi padre me obligó con 8 años a trabajar en un bar que tenía en Valencia y no tuve la oportunidad de realizar unos estudios, era una persona tóxica que no tenía empatía con sus hijos». La vida quiso que Margarita muriese un año antes y había pedido a sus hijos que no quería que su exmarido estuviera en su funeral, cosa que cumplieron. Eso sí cuando se publicó el libro le llevaron un ejemplar «para que fuera consciente de la vida que había dado a mi madre y a nosotros. Desconocemos si lo leyó, pero mi intuición me dice que sí, aunque tras su muerte el libro no ha aparecido en la casa». Para terminar Alejandra da las gracias a Dios « por la madre coraje que tuvimos, por el tiempo que nos ha permitido disfrutarla a mis hermanos y a mi» y termina con un efusivo «Te quiero mamá».

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