Antonio Luis García Ruiz: «Tozudez, ignorancia y torpeza»

Cuando alguien se plantea realizar algún proyecto, antes que nada ha de hacerse, al menos, tres preguntas: ¿Qué es lo que tengo? ¿Qué es lo que necesito? y ¿En qué dirección debo ir? Respondiendo muy sucintamente a estas cuestiones, podríamos decir que aquí, en España, en nuestro país, lo tenemos todo: recursos naturales, capacidad, infraestructuras, tecnología y finanzas, suficientes para poder resolver muchos de los problemas existentes. Vivimos en una ciudad maravillosa como es Granada, formamos parte de Andalucía, una de las regiones con más personalidad y posibilidades de ese gran, envidiado y envidiable país, que es España.

 

El conjunto de nacionalidades y regiones que lo conforman, homogéneo y diverso a la vez, genera una singular sinergia, tremendamente potente en lo histórico, en lo artístico, en lo cultural y más aún en lo socioeconómico. Somos un país de referencia europea y mundial, tanto por su crecimiento económico reciente, como por su patrimonio, sus servicios, sus infraestructuras y su altruismo en múltiples misiones internacionales. A todo ello, habría que añadir la estabilidad y la garantía democrática, que nos proporciona nuestra Constitución, que acaba de cumplir cuarenta años; la mejor etapa de la historia contemporánea de España.

En referencia a la segunda pregunta y sin negar nada de lo expuesto, hemos de reconocer lo que necesitamos solucionar. Existen unos problemas coyunturales, que se han convertido en estructurales y que afectan a un elevado y creciente porcentaje de población; pero con el agravante de que muchos políticos, dan prioridad otros asuntos, relegándolos a un segundo nivel, porque no quieren o no saben resolverlos: ¿Qué hace mi amigo Paco y su mujer con dos hijos, una ayuda de cuatrocientos treinta euros, trescientos de alquiler de casa y los dos en paro? ¿Cuántas familias como ellos pueden llegar a final de mes? ¿Qué va a ser de ese sesenta por ciento de graduados universitarios, con más de veinte y cinco años, que viven con sus padres, porque no encuentran trabajo? ¿Y los que ya tiene más de cuarenta y aún no han conocido su primer empleo? ¿Y los salarios bajísimos y en pésimas condiciones? ¿Y el enorme fracaso escolar basado – no en las notas obtenidas – sino en hechos más preocupantes como las conductas de muchos adolescentes y jóvenes? ¿Qué estamos haciendo con la educación?

“Crear fronteras, construir muros, aislarse de los convecinos en la época de la globalización, es un suicidio que sólo los ignorantes pueden desear”

Así, llegamos a la tercera pregunta, la más difícil de contestar, pues se trata de saber algo tan importante, como si estamos en buenas manos, si hemos elegido la dirección correcta, si vamos por el mejor camino y si lo estamos haciendo de manera eficiente y edificante. Pero nada de eso, todo parece indicar que vamos en dirección equivocada y que los intereses y los debates políticos preferentes son otros, de los que estamos hartos y saturados; ninguno de los que acabamos de citar. Por ejemplo, la solución fácil, pero falsa que proponen los partidos de izquierdas trasnochadas, es que todo sea público. Considerando lo costoso que ello resulta y sabiendo que en España ya estamos más de un millón de personas que cobramos del estado, sobre las que lo hacen en el sector privado, es evidente que, por poco que entendamos de Economía, habría que preguntarse ¿De dónde saca tantos recursos el estado? ¿Cuántos impuestos harían falta? Incluso podrían desaparecer todas las empresas privadas, como ha ocurrido en Venezuela y tendríamos que vivir del petróleo de Burgos. Soy partidario de mantener las prestaciones del estado, pero con austeridad, sin despilfarro y sólo en los servicios que sean imprescindibles.

Otro problema nefasto que les interesa y ocupa a determinados políticos, pero no a los ciudadanos, es la independencia; no sólo de Cataluña o del País Vasco, sino también las de Andalucía, Valencia, Galicia, etc. Aquí vuelven a equivocarse, como ha ocurrido con Adelante Andalucía, sabiendo la ruina que ello conllevaría. La situación es clarividente, no existen fundamentos, ni argumentos que la sostengan, sólo existe el deseo insolidario de no convivir con los ciudadanos del entorno, no relacionarse con los lugares colindantes e ir contra todo humanismo y racionalidad. El alto grado de desarrollo que hemos alcanzado en España, podría desaparecer en tres días; el capital internacional, los bancos de inversión, las multinacionales, las agencias de Rating, etc. se encargarían de ello. Crear fronteras, construir muros, aislarse de los convecinos en la época de la globalización, es un suicidio que sólo los ignorantes pueden desear. Los españoles y, aún más los andaluces, tenemos vocación de amistad, vecindad, españolidad y universalidad. Necesitamos liberarnos de la tozudez, la ignorancia y la torpeza de independentistas, extremistas y grupos de poder, que están amenazando a la democracia, banalizando la cultural e imponiendo un pensamiento único, empobrecedor, incuestionable e inapelable.

(Nota: Este artículo del catedrático de Universidad jubilado y escritor, Antonio Luis García Ruiz, se publicó en la edición impresa de IDEAL de las ediciones de Almería, Jaén y Granada, correspondiente al domingo, 13 de enero de 2019)

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2 comentarios en «Antonio Luis García Ruiz: «Tozudez, ignorancia y torpeza»»

  • el 14 enero, 2019 a las 7:11 am
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    Gracias por tu preciso artículo Antonio. Así andamos, cual ciegos, a bastonazo limpio, golpeando a todos y a todo lo que nos pilla al paso.
    La pregunta como apuntas del qué hemos hecho, ahora se apresura a qué podemos hacer.

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  • el 24 enero, 2019 a las 5:29 pm
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    Muchas gracias Virtudes por tu comentario. Esa frase de… a bastonazo limpio… es muy expresiva y real. Me gusta el desafío… ¿ Que podemos hacer?. Te contestare cuanto antes.

    Saludos

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