Rafael Bailón: «Soñaré con otro mundo»

Hoy, 28 de enero, quiero hacer referencia a la muerte de todo un referente como es Mahatma Gandhi. De la misma forma, toca conmemorar el Día Escolar de la No Violencia y la Paz, reconocido por la UNESCO en 1993.

 

Cada 30 de enero docentes, padres, alumnos y demás miembros de la comunidad educativa hemos de llevar a cabo actuaciones que pongan de manifiesto nuestro compromiso firme por una cultura de no violencia y paz.

Declarado por primera vez en 1964, el Día Escolar de la No-violencia y la Paz (DENIP) surge de una iniciativa no gubernamental a cargo del profesor Llorenç Vidal. Con una idea clara, desde ese año todos/as debiéramos contribuir en pro de lanzar un mensaje que sea seguido y entendido por la sociedad.

Coincidiendo con la muerte del pacifista asesinado a tiros por un fanático hinduista, el DENIP debe convertirse en un día que una y no separe, si bien no podemos llevar a cabo actuaciones que se limiten a una fecha tan simbólica como anecdótica.

Fomentar la paz entre personas con distinta formación, raza, cultura y religión tiene que ser un objetivo que compartamos sin distinciones ni restricciones.

Tolerancia, solidaridad y concordia deben convertirse en ejes o pilares sobre los que sustentar una sociedad que irradie o desprenda valores y elimine lacras.

“Los centros educativos tenemos que emplear todos los instrumentos necesarios para llevar a cabo un amor universal sin odios ni radicalismos”

Los centros educativos tenemos que emplear todos los instrumentos necesarios para llevar a cabo un amor universal sin odios ni radicalismos.
Quiero un mundo distinto al que tenemos, sin batallas campales en las calles por pensar de modo distinto. Pido que nos sumemos en pro de la reflexión y el diálogo tan necesario en estos tiempos que corren.

Ruego que pongamos nuestro granito de arena, sin miramientos de ningún tipo.

Independientemente de la posición social que ocupemos, hagamos autocrítica y desterremos el egoísmo (muy presente por desgracia en el ser humano).

A los gobiernos les pediría también que prediquen con el ejemplo. Si los docentes nos subimos al carro de la convivencia en paz como motor o fuerza motriz del bienestar y la felicidad, hagan ustedes lo propio.

Déjense de ideas trasnochadas, aparquen sus diferencias y no usen a la población como si fuesen marionetas, culpando a los otros de sus errores y sembrando la discordia. No dividan pues en la división no está la victoria y sí el fracaso.

Esperando que mis súplicas no se conviertan en papel mojado, soñaré con despertar mañana y empezar a ver cambios.

 

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Rafael Bailón Ruiz
Profesor de ESO

 

 

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