Ramón Burgos: «Reconocer»

Dejadme decir que aunque la mayoría de las veces damos por cierto lo vivido, a la hora de explicarlo en público no todo es claro y está presente en los recuerdos (lo que, por una parte, ayuda a nuestro cerebro a eliminar algunas de las angustias; mientras, por otra, puede ser una forma de timarnos a nosotros mismos o a los demás).

 

Últimamente este ‘creer’ -descriptiva acepción de la palabra, propia del acerbo popular- viene a reflejarse en las respuestas que determinados habitantes de nuestro entorno están evidenciando ante la desempolvadura de documentos -fotos, grabaciones de audio y vídeo…- que, entre otros, tienen la virtud de la perdurabilidad, siempre que no hayan sido alterados, debidamente conservados y bien datados.

¿Estuviste en este acto? ¿Dijiste estas palabras? ¿Aguantaste una determinada actitud? ¿Cultivaste aquellas amistades? Un ejemplo de lo expresado puede estar en las justificaciones del ‘peregrinar ciudadano’ que habita últimamente y con cierta asiduidad en las preferencias culturales, deportivas, políticas, etc.: de una opción a otra; de unos valores a otros; como veletas sometidas, con exclusividad, a los vientos más generosos. Es como si nos avergonzásemos de lo que fuimos sin darle ningún valor a las circunstancias que nos rodearon.

Sé que, a estas alturas de lo escrito, alguien puede pensar que mantengo que «somos esclavos de nuestro pasado»… En ningún caso es esa mi intención. Por el contrario, lo que sostengo es que tenemos el derecho inalienable a evolucionar en nuestras ideas, sin necesidad de denostar lo respirado con anterioridad, pues incluso las equivocaciones pueden ayudarnos -nos ayudan- en nuestro desarrollo personal.

Claro que este ‘reconocer’ -ejercicio moral al que me estoy refiriendo, y que entiendo debemos realizar cotidianamente- es válido siempre y cuando no oculte intenciones de otro tipo como la de borrar adscripciones, eliminar anexiones o, incluso, negar cualquier tipo de vinculación. Tan grave puede ser engordar nuestro curriculum con falsos títulos como adelgazarlo de epígrafes personales.

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