Agustín Moreno publica ‘Vida, orfandad y misterio. Invitación filosófica pospandémica’, con prólogo de Marino Pérez

En esta publicación de 120 páginas, repartidas en dos bloques, el autor habla «del deseo, el amor, la muerte. el sentido y el tiempo»

Agustín Moreno Fernández es doctor internacional en Filosofía con premio extraordinario por la UGR, en la que es profesor. Con anterioridad ha impartido clases en la Universidad Loyola Andalucía y en varios institutos jiennenses como profesor de Secundaria. De su libro ‘Vida, orfandad y misterio. Invitación filosófica pospandémica’ (Ed. Circulo Rojo) nos explica que estaba planteado antes de la actual crisis y que es una publicación, «fruto de casualidades porque con distintas lecturas de diferentes autores volvió a salir la cuestión del misterio de lo humano en muchas de sus diversas significaciones y en distintos niveles que acabó en la primera parte del libro sobre la propuesta de un humanismo del misterio».

Paralelamente -dice Moreno- este libro tiene que ver con más de dos décadas -entre 2009 y 2020- de artículos publicados en este diario revisados, en ocasiones modificados y ampliados, en otras. Mirando hacia atrás he visto que muchos de esos artículos podían aglutinarse en torno a cinco grandes temas: el deseo, el amor, la muerte, el sentido y el tiempo». Otro de las interesantes temas desarrollados está relacionado con las distintas creencias y posicionamiento ideológicos. ¿Qué tienen en común todas estas personas? «La tesis que quiero defender en este libro es que, todos como seres humanos, lo que nos caracteriza es que somos huérfanos de plenitud, reconocemos el misterio que nos habita y en el que habitamos y también está la idea de que nadie va a ver colmada su plenitud existencial».

Pórtico del autor

El libro está precedido de un ‘Pórtico’ del autor con dos apartados (Filosofía pospandémica y Huérfana de plenitud), además del prólogo de Marino Pérez, por el que le está muy agradecido, en el que afirma que se trata de «un ensayo fundamental y un ejercicio de antropología mundana dentro de la egregia tradición humanista, de la que estamos huérfanos». También lo califica «de lectura fácil en la que se hace cercano al autor, como alguien documentado que nos dice algo y nos hace partícipes de su pensamiento, sincero, sopesado, filosófico, psicológico. En la estela de Ortega y Unamuno». Cuando le consultamos de la escasa presencia de la Filosofía en los programas educativos Agustín responde que «habría muchísimo que decir» al tiempo que aprovecha para señalar la paradoja de que esta pérdida de crédito de las humanidades en la formación de los estudiantes coincide con las campaña de dos grandes entidades financieras que en su publicidad incluyen temas relacionados con las humanidades. «Está por ahí el término de digilosofía y el de humanismo digital. Por tanto, por un lado somos conscientes de que hay un prestigio asociado al estudio de las humanidades y la Filosofía pero, por otro, una falta de compromiso para tomárnoslo en serio. No sé si por temor a que la ciudadanía se haga más preguntas y cambie muchas cosas de su estilo de vida. A largo plazo a todos nos interesa que haya una ciudadanía responsable que pida responsabilidad a sus políticos y al mismo tiempo que sea ella misma responsable».

Así mismo defiende el ejercicio reflexivo en todas las ciencias y actividades, desde la biología, al periodismo, la fontanería, la agricultura o la ganadería,… «Cuando nos preguntamos por el sentido de algo, por sus límites, estamos haciendo un ejercicio filosófico». Además de reivindicar el derecho a la Filosofía, reconocido por la UNESCO, aprovecha para citar a dos autores que tienen una importante presencia en su libro. Por un lado, el pensador francés, Edgar Morin, en el que le iniciara el catedrático jubilado, Pedro Gómez, pues «gracias a él aprendemos lo que ha llamado la trinidad humana compuesta de especie, de sociedad y de individuo». En segundo lugar, otro pensador francés contemporáneo, René Girard, al que ha conocido y estudiado por el catedrático emérito de Filosofía, Juan Antonio Estrada, que consdiera que, como decía Aristóteles, el ser humano es el animal imitador por excelencia, para bien porque aprendemos a hablar, a socializarnos y empatizar por medio de la imitación pero también para mal porque también imitamos comportamientos nefastos. Las personas interesadas en conseguir esta publicación la pueden conseguir a través de su librería y también está disponible en Internet y en ebook.

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