Ramón Burgos: «Cotilleo»

No sé por qué –quizás sí– estoy sufriendo un fuerte ataque de “cotilleo social”, basado en mil y una preguntas sobre el futuro inmediato de nuestras ciudades y su desarrollo en razón a los actos y actividades que se están desarrollando, frenéticamente, bajo el paraguas de la “ante-campaña” (de la “pre-campaña”, de la “campaña”).

Y, “desgraciadamente” –por suerte para mí–, ni tengo bola de cristal, ni soy experto en artes exotéricas, de lo que no sólo no me arrepiento, sino que también me ayuda a mantener una paz interior a la que no estoy dispuesto, en forma alguna, a renunciar.

En casi todos los casos, la respuesta que doy está muy cercana a la definición del Diccionario de la Real Academia: “Pereza, negligencia, abandono de sí mismo o de las cosas propias”, añadiendo términos, con un sentido más amplio, como desgana, incuria, indolencia o apatía, esperando que todo ello sea entendido como un aviso a navegantes de lo que no debe ser ejercido ni ahora ni nunca.

Laurence Cornu, en su obra “La confianza en las relaciones pedagógicas” afirmaba que “La confianza es una hipótesis sobre la conducta futura del otro (…) Es una especie de apuesta que consiste en no inquietarse del no control del otro y del tiempo”, lo que me permite entender que no es ningún disparate pensar que su “pérdida” está también relacionada con la falta de fe, esperanza, determinación, etc., de quien la había depositado en cualquier persona o institución.

En fin, y repitiendo lo que ya os dije tiempo atrás –aún a riesgo de caer en la pesadez–, la mentira y sus sinónimos parciales (embuste, falacia, bola, trola, patraña, etc.) lo único que consiguen es ampliar hasta límites insospechados los conflictos ciudadanos… Aún más si intentamos aprovecharnos de la supuesta credulidad de los que, por una razón u otra, constantemente nos han apoyado.

 

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Ramón Burgos
Periodista

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