Antonio Luis Gallardo Medina: «Algunas mañanas»

El que piense que tengo una mala salud de hierro, está en lo cierto, pero la cabeza la tengo lúcida y bien despierta para poder discernir qué quiero y lo que deseo fervientemente quitar de mi vida. No quiero embusteros, parásitos y traidores… así que al loro! El placer más grande que hay, es hacer lo que otros te dicen que no puedes.
Los que bien me conocen, saben de mi gusto por los mercadillos. Siempre que puedo me acerco al primero. Y es que la mezcolanza de idiomas, personas, vestimentas, dichos, dimes y diretes. En definitiva el mestizaje me encanta, pues ahí radica la riqueza de los pueblos.

La vida te presenta situaciones en las que tienes que decidir sin mirar atrás, ni tampoco adelante solo pensar que el momento es ahora mismo. Quizás pasé el tiempo y recuerdes que debías haberlo hecho, pero bien por cobardía, pereza, desidia, abandono o el qué dirán te quedaste atrás y por supuesto la cagaste… Ánimo, ahora es el momento. Hazlo ahora, algunas veces el después se convierte en nunca.

Si eres sensible, malo, si te emocionas con facilidad peor, pero si encima lo cuentas a todos ya estás perdido. La crueldad de cierta gente es inmensamente proporcional a su capacidad de inteligencia y lo que es peor a su capacidad para amar a sus semejantes. Cada día se palpa más. Pues sabéis lo que os digo, que se jodan! No le cuentes demasiadas cosas de ti a la gente, pues a la hora de hacer daño tienen buena memoria.

Me gusta cuando Pablo Neruda escribía: «Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y esa, solo esa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas»

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