Gregorio Martín García: «¿Enclaustrados por haber nacido? ¡No!, Residentes. 1/3»

Reflexión: La Inclusa o asilo.

Rojo atardecer de aquella otra tarde que se sumaba al estado decrépito de algunas de las personas que deambulaban apoyadas en un extraño carromato.

Al fondo se seguía oyendo el grito desgarrado.
Temían a sus horas de sueño porque no dormían. Ello era la causa y el motivo de su aversión a la noche que, ya se impone.
Se vieron llevados. Se quedaron, dejados y algunos en el olvido de aquellos que, allí los acercaron.

Enclaustrados por haber nacido.

La Residencia:

El sol entre las copas de los robustos álamos que, nombre prestan al edificio que rodean, de impactante fachada. Rompe, sus ya débiles rayos, contra la hilera de grandes pilastras, doce, son doce las que desde su base en tierra a la cima del edificio llegan. Separando el porche con ancho pasillo en semicírculo a modo de mirador hacia el jardín delantero, ya florecido, que, entre la verja de entrada y la puerta principal, recrea y adorna este parque que entre ambas se forma abrazando a la finca que, sobre la cima de una suave colina, se eleva vigorosa y hercúlea.

Vista aérea de la Residencia

En forma de aspa que conforman otros tantos pasillos, por aquello de ganar luz exterior al sol y al ambiente agro de campo semi silvestre.

En el cruce de los brazos en aspa, el inmueble tiene todos los servicios: Gym, peluquerías, lavandería, farmacia y servicios médicos, podólogo y un sin fin más de ellos sin faltar una capilla.

Arriates, paratas, alguna fuente ornamental en el plantío del gran patio. Rincones con asientos cómodos y bien situados ofrecen su sombra e invitan al relax. O a meditar gozando de lo que estás pensando de tu reciente pasado… durmiendo terminas sin apenas ayuda de Morfeo.

El gran plantío de árboles y flores y cientos de arbustos que ofrecen su olor. Lo cruza, ascendente, una noble escalera en cemento y piedra y baranda de hierro desde la cancela de entrada, recta discurre, hasta la misma explanada de la puerta principal.

Escalera descendente hasta reja de entada

Tres pequeños paseos con sus bordes plantados de árboles de distintas especies cruzan la escalera dividiendo a ésta en cuatro tramos diferentes. Es algo empinada pero muy ornamental, se puede pensar que solo fue ésta la razón de su construcción.

Esta entrada a través de los jardines de este fértil paisaje da la bienvenida a los visitantes. Y a la construcción, aires de nobleza y de importante mansión.

Cuando llegas a su principal entrada, está resguardada y protegida con dobles puertas correderas de gruesos cristales. La mirada se distrae al penetrar. Aquí, un representativo montaje artístico se exhibe nada más entrar, el cual cambia cada estación del año porque a estas va representando según llegan. Ahora emula a la primavera. Su gusto deleita al visitante, que no esperaba lo que ve.

Representación primaveral

Se abren autómatas aquellas puertas de cristal, y se está ante Recepción, igual a la de cualquier hotel bien “estrellado”. Una señora recepcionista que al llegar te mira y recibe con amplia sonrisa. Amablemente saluda y tras presentarse se identifica como Anabel, la recepcionista. Da la bienvenida, preguntando enseguida en qué nos puede ayudar.

[Continúa la próxima semana]

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Gregorio Martín  García

Inspector jubilado de la Policía Local de Granada y

Autor del libro ‘El amanecer con humo’

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3 comentarios en «Gregorio Martín García: «¿Enclaustrados por haber nacido? ¡No!, Residentes. 1/3»»

  • el 29 mayo, 2023 a las 3:02 pm
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    Estraordinario relato de una pasada por la vida qué a algunos sin elejirla les ha tocado vivir. La inclusa paso no deseado y con no muy gratos recuerdos para algunos faltos de cariño, en el polo opuesto tras recorrer muchos años las residencias nada qué ver con las residencias de años atras con la ausencia de lo más importante el cariño hoy nos llegan las residencias dirigidas por personal, profesional y cualificado qué en parte suplen la vida en familia, proporcionando otra vida con otras familias y amigos qué les hacen sentirse feliz mente estupendo enfoque.

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    • el 31 mayo, 2023 a las 6:42 am
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      Paco. Otras vez gracias por tus comentarios. Si que es cierto. La sociedad española, no quiere cambiar el chips en cuanto a que los mayores opten por residir en centros especializados. Centros donde atienden absolutamente todas las necesidades del mayor y su exquisito cuido.
      España es muy tradicional en cuanto a la unidad familiar y eso le hace percibir ciertas actitudes vitales en algo que creen, rompe ese núcleo familiar.
      Y eso no es así: ¿Qué rompe mas una familia? ¿Un mayor abandonado y solitario todos los días en su casa, porque los demás están en el trabajo? O. ¿Un mayor residente en un buen centro de mayores, atendido, cuidado y activo todo el día y todos los demás días en otras tantas ocupaciones propias de ellos y para ellos estudiadas? Con mucho, gana la segunda opción.
      Paco, buen día y adiós, tengo que ir al gym el fisio me espera. Un abrazo.

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      • el 31 mayo, 2023 a las 9:09 am
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        Es para mí y sin él mas mínimo esfuerzo dar mí opinión sobre tú punto de vista referente a los ancianos, por supuesto que la segunda opción es una situación qué no por ser querida pero la es la mas llevadera y con las garantías de calidad de vida para mí la mejor, hoy los la vida les obliga a trabajar el matrimonio y prefieren para sus seres más queridos las atenciones que no les pueden dar, bueno Gregorio al gimnasio y a cuidarse un abrazo

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