El maestro que nunca dio clase

Pero empecemos por el principio. Es muy probable que para muchos de ustedes sea la primera vez que escuchan las hazañas de Lucilo. Nació y creció a caballo entre Albolote y Granada –era un gran jinete, por cierto– y fue una de esas personas que tuvo que hacer de trizas corazón para abandonar lo que más quería en el mundo, su tierra, y emigrar a un lugar donde guerra y política no le siguieran la pista. Viajó a Puerto Rico, donde montó una empresa que se desarrolló con todo lujo de éxitos. «Se hizo rico porque tiene la capacidad de sacar oro de una piedra. Pero siempre con una filosofía muy especial, estaba muy cerca de la vida de sus trabajadores, les cuidaba, les daba asilo, repartía beneficios…», explican las profesores del colegio.

Ese espíritu solidario ha llevado a Lucilo a colaborar desinteresadamente con el municipio de Albolote en infinidad de proyectos a través de su Fundación. El mismo colegio disfruta de muchas de sus donaciones. Y como dar es recibir, las maestras, los alumnos y los padres del colegio Lucilo Carvajal le han devuelto un poco de ese cariño al emigrante: ‘Lucilo con mirada de niño. De la Encina al Flamboyán’. Un libro infantil escrito, editado y dibujado por el claustro del centro que cuenta las aventuras de su ilustre vecino. Una biografía, ante todo, tierna. Con ojos llenos de ilusión.

El proyecto

La firma del libro lo dice todo. Y es que, pese a que se destacan cuatro nombres por su especial relevancia, se aclara desde el principio que ha sido un trabajo conjunto de «todo» –subrayan con énfasis– el claustro. Todo empezó en el curso 2006-2007, cuando se plantearon trabajar la figura del empresario.

«Les pedimos a los padres que les dieran a sus hijos todo lo que supieran de Lucilo. Nos dieron información de abuelos y bisabuelos y conocimos un montón de anécdotas sobre su vida. Nos dirigimos a su Fundación y con la información que acumulamos empezamos a trabajar».

Decoramos el centro –continúan las maestras– con motivos puertorriqueños y pensamos en cosas que podrían interesar a los pequeños: ¿qué animales hay en Puerto Rico?, ¿qué árboles?, ¿qué frutos?…» Así, cada clase era un paso más hacia Puerto Rico y la figura de Lucilo.

¿Y un cuento?
Al final de aquel curso, Lucilo Carvajal visitó el centro como cúlmen de las numerosas actividades desarrolladas. «Los niños le preguntaban ‘¿por qué te fuiste?’, otros le decían ‘¡tú eres el que nos regaló los columpios!’ Y él nos confesó que cambiaría todo por tener esa mirada y esa ilusión del niño».  Después de tanta acumulación de sensaciones, una de las maestras lanzó la propuesta: «¿Y si hacemos un cómic para los niños?» El cómic pasó a ser historia, la historia un libro y el libro un éxito.

Hay 1.000 copias publicadas de ‘Lucilo con mirada de niño’, así que cada una de ellas es un prestigioso tesoro. Cofres que han sido repartidos por bibliotecas, centros educativos, fundaciones… «Hasta Felipe González lo tiene. Lo bonito es que la gente nos manda comentarios sobre el libro y estamos haciendo un dossier con las reacciones».

¿Y por qué tanto trabajo extra  –lo han hecho en su tiempo libre– ? «Porque los niños nos siguen emocionando. Es un cuento que se cuenta de noche, su lectura emociona y los padres se llevan un conocimiento más profundo».

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