Muchos son los méritos que tiene el primer libro del profesor de Secundaria, Emilio Rodríguez. Este joven malaheño ha conseguido recoger en “Entre dos luces. Memoria histórica de La Malahá” (Ediciones K&L) el más luctuoso de los sucesos acaecidos en su pueblo natal durante el siglo XX. Y lo ha hecho de una manera delicada, respetuosa con todos y que se lee de forma amena gracias a su lenguaje sencillo y nada artificial. Esta publicación, financiada entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento, al amparo de la Ley de Memoria Histórica, se presentaba en la tarde del pasado 15 de septiembre ante un numerosísimo público congregado en el Centro Socio Cultural en un acto en el que el autor estuvo acompañado por el escritor, periodista, miembro fundador de la Asociación Granadina para la recuperación de la Memoria Histórica y autor del prólogo, Francisco Vigueras, así como de la alcaldesa del municipio, María Salas.
Setenta y cuatro años han tenido que pasar para que la trágica historia de los 14 vecinos de esta localidad vilmente asesinados en la calurosa tarde-noche del 21 de agosto de 1936 sea fijada en el papel. En muchos casos el miedo ha hecho que fuera exclusivamente conocida en el ámbito familiar. Ahora, gracias a “la investigación seria y exhaustiva”, como la califica el prologuista, pueden ser conocidos cómo se produjeron los acontecimientos y los dramas familiares que supuso para sus protagonistas.
Ayuntamiento pionero
Para ello, Emilio Rodríguez ha tenido que recoger numerosos testimonios orales, indagar en el archivo municipal, consultar una amplia bibliografía y dedicar muchas horas a visitar la hemeroteca. Tras casi nueve meses de intenso trabajo, y prácticamente dedicación exclusiva, ha entregado a sus paisanos y a
«Sin duda, se ha convertido en el trabajo más importante de toda mi carrera” |
cualquier lector interesado en estos tristes hechos que se repitieron por toda la geografía española, una publicación en la que los hechos locales y comarcales se incardinan magistralmente en la historia de España desde la proclamación de la II República hasta el último homenaje realizado tras la constitución del primer ayuntamiento democrático en 1979, lo que le convirtió en pionero a nivel español a la hora de hacer justicia histórica.
Por eso, en el encuentro con este joven investigador le pedimos comenzar por el monumento que el centro del nuevo cementerio municipal se le dedicó, 43 años después, a los catorce malaheños. Allí reposan los restos recuperados de la fosa común donde fueron vilmente asesinados a 18 kilómetros de la población, en la carretera entre El Padul y La Malahá. “Este proyecto comienza cuando una tarde recibí el encargo de escribir un libro sobre los fusilados de la Guerra Civil en La Malahá”, indica el autor al tiempo que reconoce la “gran responsabilidad” que le suponía y cómo “sin duda se ha convertido en el trabajo más importante de toda mi carrera”. Para ello, sólo contaba con un trabajo preliminar realizado por una empleada del ayuntamiento como era la partida de nacimiento de los catorce vecinos y algunos, muy pocos, documentos localizados en archivos nacionales.
Testimonios orales
Por todo, Emilio reconoce que el capítulo del que se siente más satisfecho es el de las “Biografías” que como un inmenso rompecabezas ha ido armando con los testimonios orales de los familiares para lo que considera ha contado con la ventaja de “ser hijo y nieto de malaheños – precisamente el libro está dedicado a sus abuelos- lo que ha hecho que las familias no dudaran en abrirme sus puertas y se sentaran conmigo a revivir un capítulo tan amargo de su pasado”. También porque “es donde se humaniza el libro, y donde nos damos cuenta que estas personas eran como nosotros que el único error que cometieron fue haber nacido en esa época pues iban a nuestras plazas, a nuestros baños, a los bares y pasearon por los mismos caminos que nosotros. Aquí se hace patente que no habían hecho nada malo a nadie, simplemente rencillas o maneras de pensar diferente que acabaron costándole la vida”. También se muestra satisfecho del apartado de la guerra civil que da título a la obra por la hora de los fusilamientos, entre dos luces, que es donde retrata esa fatídica tarde-noche cuando fusilan a los malaheños.
Así mismo, tanto en el acto de presentación como en las notas preliminares el autor señala que con este libro no pretende abrir viejas heridas prueba de ello es que en ningún momento señala los nombres y apellidos de las personas que hicieron la trágica lista, y, sí como “un homenaje a quienes han permanecido el olvido durante 74 años”. En la recuperación de estos testimonios el autor nos explica haberse encontrado con vecinos ávidos de contar sus historias y otras que se han negado, en especial, personas de mayor edad que todavía no han superado el miedo. “Eso es un libro político y yo no quiero saber nada”, le comentaban. Sin embargo, la reacción una vez publicado el libro y leído el tratamiento que le ha dado a los hechos han sido numerosas las personas que se han mostrados dispuestas a colaborar y facilitar fotos, e incluso ha habido quien le ha echado en cara el que no fuese a hablar con determinados vecinos.
Fotografías
«Es un libro que entiendolo ha escrito el propio pueblo» |
Otros de los méritos de la publicación es la gran cantidad de fotografías en blanco y negro que se han incorporado y que permite ponerle cara a las víctimas y sus familiares. “Son fotos de ellos, de sus hermanos, hijos, e incluso también he puesto de sus algunas de sus nietos, para que la gente joven cuando se ponga a leer el libro terminen reconociéndoles”, añade. Entre los efectos del libro el que más satisfacción le produce es el que “el pueblo se ha unido en torno al libro pues se reúne y comenta las distintas historias que he recogido y lo más importante es que ahora todo el mundo puede conocer mejor esta historia”. También como indicó en el momento
de la presentación “Yo he recogido las historias de mi gente. Podría haberlo planteado de miles de maneras pero es un libro que entiendo lo ha escrito el propio pueblo”.