El papel de la familia y la vuelta al colegio

Las abuelas se encargarán de las faenas domésticas prescritas, generalmente, por la hija, los abuelos los llevarán y recogerán del colegio y, si hay suerte, la cuidadora será la encargada de imponer unas normas de mínimo comportamiento, ejerciendo de padres. Ante este panorama, la responsabilidad de la educación del niño corresponde a la escuela y de modo muy especial a los maestros. Ese es el sentir.

Sin embargo, la familia debe saber que no puede delegar  la formación del niño en la escuela, ni siquiera puede ser algo accesorio o completar la labor de la escuela. La familia es algo esencial, es un agente educativo de primer orden, es la gran educadora de la formación del niño, es el suministro del afecto que el sujeto necesita para su estabilidad emocional. Es frecuente que fracasos escolares, desajustes vivenciales y actitudes antisociales tengan mucho que ver  con la separación y distancia entre la familia y la escuela.

He oído por activa y por pasiva al Juez Calatayud decir que el padre no puede convertirse en el amigo del hijo y querer ejercer de padre. No puede ser que por la ausencia prolongada del padre, trate de ganarse al hijo intentando, desde las más tempranas edades, realizarse como su colega y rendido a su voluntad;  como tampoco puede ser que la madre se convierta en confidente de la hija. Los hijos necesitan percibir que durante su infancia y su niñez los padres son los alimentos psicológicos que conducen sus vidas, capaces de frenarlos en sus impulsos a la deriva y de guiarlos cuando no saben a dónde van. Sin autoritarismos, pero con autoridad, en actitud firme y respetuosa.

Frustraciones infantiles

La generación de 1950- 1970 de los Baby  Boomers , centrada en que había que evitar toda frustración del niño, es decir, evitar que toda vivencia emocional ante una situación, un deseo un proyecto una ilusión o una necesidad que no se satisfaga  o no se cumpla en el mismo,  ha  malogrado a varias generaciones de las que hoy sufrimos las consecuencias. Benjamín  Spock  dijo: “escuche a su bebé y su bebé le dirá qué hacer”. Desde el momento en el que el permisivismo  reemplaza al autoritarismo, donde una simple mirada llenaba a los hijos de temor ante los padres, la debilidad del presente  a decir no, por miedo a la frustración del niño, ha forjado generaciones de padres tan débiles y perdidos como sus propios hijos.

¿Acaso va a ser la sociedad quien  va a reparar las frustraciones infantiles? ¿ No será mucho más seguro el cariño de la propia familia quien devuelva con creces seguridad, control y autoestima ante la frustración? La idea de muchos padres de que sus hijos deben ser cuidados en todo momento, protegidos y mimados, mientras vivan en el hogar familiar. “Ya tendrán tiempo de sufrir de mayores”, genera en los hijos dependencia, falta de iniciativa, egoísmo, intolerancia y desadaptación social. Se actúa bajo el lema “todo para los niños, pero sin los niños”.

 

 «La familia debe ser el elemento neurálgico sobre la que se sustente la educación del niño»

 
     
La familia debe ser el elemento neurálgico sobre la que se sustente la educación del niño; por consiguiente, la casa debe estar habitada todo el tiempo posible por los padres como modelos de referencia que van a imitar, responsabilizando a los hijos en pequeñas obligaciones en casa (desde los tres años) , soportando rabietas, sin desavenencias y complicidad en la pareja en las ordenes que aquellos deban realizar.

En Cuadernos de Pedagogía nº 413 de junio de 2011, referidos al informe PISA Y y titulado “Los informes internacionales. ¿qué hay de nuevo?» se analizan las causas de éxito del modelo educativo asiático, como modelo de éxito tanto en excelencia como en equidad. “Posiblemente estemos ante un sistema educativo que es el reflejo de una sociedad que en su conjunto otorgan un alto valor a la educación y a la formación”. “El papel preponderante de las familias en los asuntos educativos de sus hijos, aspectos religiosos vinculados a la cultura del esfuerzo, el estudio, la importancia del  largo plazo, entre otros, constituyen elementos imprescindibles para explicar el éxito de estos territorios”.

Finalmente una reflexión de Kant: “Ordinariamente los padres educan a los hijos en vista solamente a adaptarles al mundo actual por corrompido que esté. Deberían más bien darles una educación mejor, a fin de que un mejor estado pueda surgir en el porvenir”.

Pedro López Ávila

Blog personal de Pedro López Ávila

La tormenta estaba inventada desde siempre      

 

      

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