Los docentes no podrán encargar ningún material a los alumnos para el próximo curso

Este programa, bajo el amparo del enfoque «progresista» de la administración educativa de la Junta de Andalucía, trata de alcanzar dos objetivos. Por una parte, que la educación, en sus etapas obligatorias (Primaria y Educación Secundaria Obligatoria), tenga un «coste 0» para las familias. Por otra, que el acceso al derecho a la educación sea igualitario para todo el alumnado andaluz independientemente del nivel económico de la familia de procedencia.

Del mismo modo, el programa conocido como «Cheque-Libro», según encuesta realizada por el sindicato ANPE, cada día cuenta con un mayor rechazo por parte del profesorado granadino ya que encorseta la actividad formativa a un libro durante varios años y no permite la adquisición de material complementario que sirva para lograr los objetivos curriculares.

Como alternativa a este igualitarismo impuesto, cada vez son más el número de voces docentes que se inclinan hacia la propuesta de que, frente a la idea de libros gratis para todos, haya un programa de becas para la adquisición de material en el caso de aquellos alumnos, que por falta de renta familiar, requieran de una ayuda económica. Está claro, que este sistema permitiría una mayor flexibilidad y estaría adaptado a la realidad de la sociedad.

Como colofón a esta situación están las citadas instrucciones que este año ha trasladado la inspección educativa, en las que se advierte que el material de uso personal que se establezca, será opcional para las familias y en ningún momento se puede obligar a su compra. Como consecuencia de ello se van a dar situaciones tales como:

  • El profesor de inglés no va a poder solicitar el próximo curso que sus alumnos adquieran un Notebook para la realización de actividades que mejoren el dominio de la materia.
  • La maestra de música no podrá requerir que los alumnos adquieran la habitual flauta para que los niños tengan su primer contacto con un instrumento de viento y la interpretación de sus primeras notas.
  • La profesora de lengua y literatura no podrá tener la ocurrencia de pedir al alumnado la adquisición del «Buscón» para luego trabajar en clase a partir de su lectura.
  • El maestro de plástica es posible que no pueda contar con que el alumnado de determinado curso tenga escuadra, cartabón y compás para iniciar a sus alumnos en dibujo técnico.
  • El profesor de tecnología no podrá obligar al alumnado a que adquieran el material necesario para elaborar la maqueta de un circuito de corriente alterna.
  • El maestro de educación física no tendrá potestad para exigir a sus alumnos que vengan vestidos con chándal y zapatillas de deporte.

Por otro lado, está el material de funcionamiento, los tradicionales folios, lápices, carpetas… La propuesta de adquisición de este material la hará el centro y será aprobada por la inspección educativa previa valoración de ésta, hasta el punto de condicionar el número de folios que han de adquirir, de gomas de borrar o de lápices de colores.

Este igualitarismo exacerbado que la administración educativa andaluza trata de imponer, más por criterios ideológicos que por criterios pedagógicos, tiene una incidencia crucial en las posibilidades de desarrollo del currículo por parte de los profesores. Por otra parte, este tipo de medidas entorpecen la labor docente, limitando las herramientas con las que poder alcanzar los objetivos planteados y por ende, mermando la calidad educativa.

 

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