Aquellos inolvidables años XI: ‘Romance de aquellos maravillosos años’

 

Primer posado de los asistentes a este entrañable reencuentro
Primer posado de los asistentes a este entrañable reencuentro

 

Romance de Aquellos maravillosos años

María Isabel Valverde Pasadas

Aunque el romance llevaba escrito varios días se mantuvo en secreto para oirlo por primera vez en la voz de su autora
Aunque el romance llevaba escrito varios días se mantuvo en secreto para oirlo por primera vez en la voz de su autora

Desde tierna edad yo supe
que maestra había de ser,
mi padre pronto mostró
que ese era su parecer.

– «Hija mía, ser maestra
es para ti lo ideal,
no te impedirá casarte
y bien podrás procrear.

Tendrás tu vida segura,
hermosa función social,
y yo moriré tranquilo
de dejarte “colocá”.

Así un día y otro día,
y cada semana y mes
me fue inculcando la idea
que al fin pudo suceder.

Con cuatro versos termino
la introducción paternal,
debido agradecimiento
con un tan feliz final.

Y bien, para ser maestra
tuve que ir a la Normal,
aún recuerdo el primer día,
¡cómo lo voy a olvidar!

Cuarenta y cinco años después los maestros y maestras compartieron espacio
Cuarenta y cinco años después los maestros y maestras compartieron espacio

Entre tanto nerviosismo,
inquieta y algo turbá,
al subir la escalinata,
capté un hecho singular:
el olor que los jazmines,
desprendían al pasar,
dejaron en mi una huella
que jamás podré olvidar;
desde entonces ese aroma
me recuerda a la Normal.

Comenzaba el mes de octubre,
lo corriente era estudiar…
pero los nervios venían
del cambio y la novedad.
Había dejado mi pueblo
p’a venir a la ciudad,
y todo nuevo sería,
me tendría que acostumbrar.

Compañeros agolpados,
El despiste, general,
pero había en todos los rostros
una alegría sin par:
dulce ilusión juvenil
de una vida comenzar.

Nos formaron en tres grupos
y al ser la Escuela Normal
muchas normas se nos dieron
que tuvimos que acatar:
pasar lista to’s los días,
los dos sexos sin mezclar,
apuntes, libros, exámenes…
mucho y mucho que estudiar.

!Pero éramos felices!
¡Qué importaba lo fatal!
Cada día lo vivíamos
de una forma mu especial.

Compañeros había muchos,
qué suerte tan singular
de entre ellos escogimos
los amigos de verdad.

Las hermanas Gálvez
Las hermanas Gálvez

Dos muchachas muy hermosas,
Con altura y bien formás
recién llegadas estaban
del Brasil para estudiar.

Las hermanas Conchi y Visi
de gran popularidad,
dos exóticas bellezas
que impactaban al pasar.

Modernas y sin complejos,
con sus faldas ajustás,
rotundas curvas lucían
haciéndose de notar.

Yo enseguida conocí
a una compañera más
mi querida Inmaculada,
toda brío y sinceridad.

Grupo de maestras asistentes al acto
Grupo de maestras asistentes al acto

De apellido Álvarez Ruiz,
calle Imprenta en la ciudad,
pluma en mano y bien dispuesta
a los apuntes copiar.

Qué buenos ratos pasamos
paseando la Normal,
risas y confidencias,
de los amores hablar.

Espero, querida amiga,
que goces al recordar
las  imborrables vivencias
de aquellos años años sin par.

Sin embargo la tristeza
empaña mi bienestar
cuando viene a mi memoria
la amiga Loli Millán.

Tan vitalista y alegre,
le gustaba disfrutar,
Pero eso no le impedía
aplicarse y estudiar.

Juntas las tres paseábamos
sin parecer agotás
Gran Vía arriba, Gran Vía abajo,
Plaza Nueva, Trinidad,
hablando de nuestras cosas,
llenas de felicidad.

Loli se fue muy prontico
de una cruel enfermedad,
hoy todos la recordamos
de una manera especial.
Multitud de compañeras
podría nombrar sin parar:
                               
las Higuera, las Villena,
Casanova y las Durán,                               
aunque citarlas a todas
ardua tarea será;
falta de tiempo y de espacio
sin duda lo impedirán.

A todas recuerdo bien,
si me pongo a cavilar,
y también me gustaría
en sus memorias estar.

¡Qué alegría, están presentes
y nos vamos a abrazar!

Por desgracia también faltan
y aquí deberían de estar
otras muchas que se fueron:
¡nos dan ganas de llorar!

Algunos de los chicos asistentes con una de las maestras
Algunos de los chicos asistentes con una de las maestras

Y una mención a los chicos,
jóvenes de calidad,
que alegraban nuestras vidas
haciéndonos suspirar.

Eran tiempos represivos,
no nos dejaban ligar,
pero nosotras y ellos
conseguíamos entablar
relaciones amistosas,
más o menos duraderas,
miraditas cariñosas
en pasillos y escaleras.

Este romancillo avanza
me tendréis que perdonar
los ripios y desaciertos
a que haya dado lugar.

El delegado de curso con dos de las profesoras de la Normal, Mª Luisa Calvo y Mª Luisa Almenzar
El delegado de curso con dos de las profesoras de la Normal, Mª Luisa Calvo y Mª Luisa Almenzar

Ahora traigo a la memoria
a personas que hay que honrar:
a los buenos profesores
de nuestra Escuela Normal.

¡Cuánto y bien nos enseñaron
a pensar e imaginar!
Nos hicieron responsables,
buscadores de verdad,
motivando en cada uno
a los alumnos amar.

No es ahora tarea fácil
poder a todos nombrar.
Los hemos reverenciado
y estimado de verdad,
sé que puedo hablar por todos
sin temor en esto a errar,
y decir sin duda alguna,
que supimos apreciar
sus valiosas enseñanzas
y ejemplo de calidad.

Del insigne colectivo
me voy a permitir citar
a las dos Maríaluisas
que con nosotros están,
a quienes agradecemos
que su vida dedicaran
a este tan noble afán.

De María Luisa Calvo
será justo recalcar
la belleza y elegancia
que lucía al caminar.

‘Embobaos’ nos tenía
por entero al personal
Con el do re mi fa sol
nos puso a t’os a cantar.

Bastante pedagogía,
para poder enseñar
la profe María Luisa
nos transmitió sin parar.

Y ya traigo a la memoria,
que en la de todos están
los nombres de profesores
del Cuadro de la Normal,
que con debido respeto
tengo que poder rimar:
Donatila, don Faruck,
don Ignacio y muchos más…

Si la rima se resiste,
imposible los citar.
En nosotros motivaron
el quehacer vocacional,
aquí les correspondemos
queriéndolos recordar.

Don Saturio, a sus 90 años, no quiso faltar a este singular reencuentro
Don Saturio, a sus 90 años, no quiso faltar a este singular reencuentro

Ya tengo que ir terminando
este romance informal,
sencillo pero sentido,
que quiere conmemorar
aquellos años sesenta
que en el corazón están.

Como un pequeño homenaje  
sin a nadie exceptuar,
me despido con cariño…
¡Me tendréis que perdonar!

 María Isabel Valverde Pasadas
Leído en Granada,  el 5 de octubre de 2013

 

Bernardo Roa se llevó para casa un bien merecido trofeo a la mejor realización por su vídeo recopilatorio
Bernardo Roa se llevó para casa un bien merecido trofeo a la mejor realización por su vídeo recopilatorio

 

TEXTOS PUBLICADOS:

‘Lo que he sido se lo debo a mi primer Maestro’, por Antonio Ruiz Esperidón
‘Primera aventura de algunos alumnos de Magisterio de la promoción 1965-68, en el barrio del Albayzín’ ,
por Manuel García Plazas

‘El espíritu de la promoción de Magisterio 1965-68’ , por Francisco García Espínola

‘Yo fui maestro’, por Bernardo Roa Guzmán

‘Las maestras de la promoción 1965-68 toman la palabra’por Asunción Villena, Carmen Martínez, Valentina Serrano, Mercedes Liñán, Elena Alonso, Carmen Blanco, Rosi Jiménez, Carmina Cueto y Virtudes Hernández.

‘Tres anécdotas y un emotivo recordartorio’, por Enrique Mateos Alarcón

‘Carta abierta a los Maestros de la promoción 1965-1968’ y ‘Apuntes de la escuela de niñas’ por Carmen Jiménez y Rosi Jiménez.

–  ‘Riadas de sentimientos’ por José Pinteño Gea

Maestros y maestras, juntos en el 45 aniversario’ por Antonio Luis García Ruiz

‘Maestro del 68’, por Manuel Titos Martínez

‘Romance de aquellos maravillosos años’ por Isabel Valverde

PROXIMAMENTE:

Reportaje del encuentro (texto e imágenes de una jornada inolvidable)

INFORMACIÓN RELACIONADA Y GALERÍAS DE IMÁGENES:

Más de 150 maestros y maestras de la promoción 1965/68 preparan su primer reencuentro a principios del otoño

– El 5 de octubre, fecha elegida para el reencuentro de maestros y maestras de la promoción 1965/68

Maestros buscan a sus compañeros y compañeras de la promoción 1965-68

– Encuentro de maestros de la Normal de la promoción 1965-6

 

 

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