Soledad Flores expone en la galería de Arte ‘Ceferino Navarro’ su ‘Paisaje de lo sublime’

Apasionada del color, la luz y la composición vuelve a demostrar su maestría en su dominio tal y como ya hiciera en su anterior muestra granadina en el espacio expositivo La Granja donde expuso el pasado año ‘Naturaleza íntima’ o con anterioridad en Madrid, en la Fundación Adolfo Domínguez, y en Granada, en Servicios Centrales de Caja Rural donde mostró su ‘Naturaleza sublimada’. Igualmente, en la nueva exposición, la naturaleza vuelve a tener un protagonismo muy especial. «Abordo la naturaleza una y otra vez, porque ningún otro tema me ha fascinado más. No hay mejor maestro, en ella las cosas surgen espontáneamente», explica. Para ella, la naturaleza se convierte en la mejor excusa para trabajar. «Absorbo naturaleza por todos los lados y luego la meto en el interior de mis obras para hacer una naturaleza expresiva, con gradaciones y un color vibrante”.

Proceso de investigación

Así mismo, aclara que el realiza el proceso pictórico sin apoyo de un boceto, siendo suficientes unas líneas de anclaje a partir de las cuales va desarrollando distintas capas finas de pintura y veladuras siendo el resultado final una imagen altamente inspiradora, tal y como se puede apreciar en el medio centenar de obras de diferentes formatos y soportes (tabla, lienzo y papel) sobre los que emplea técnicas que van desde el acrílico a las tintas y rotulador pasando por el uso de pigmentos naturales y la acuarela líquida.

Esta artista admiradora de William Turner, el famoso paisajista inglés del XIX, y del expresionismo abstracto, en especial de Mark Rothko, además de los actuales pintores post-románticos como Anselm Kiefer o Gerard Richter de los que admira en sus paisajes romantizados «esa emoción que necesita para pintar y a la que dedica todo su tiempo». Por último, aclara que «que va más allá de la pura abstracción, por la expresión a través del color y el contraste». Igualmente que tras cada una de sus obras hay un continuo proceso de investigación y el hecho de que sea una creación mental la convierte ya en una abstracción que le libera de ataduras y de la que «nace el color como sentimiento, belleza y equilibrio».