Acaba de salir el último Informe de Cáritas y es realmente estremecedor, nadie dice nada; ayer un señor ministro llamado de Guindos va y propone la idea de la donación en pago, para aquellas familias sin recursos y para que no pierdan su vivienda y nadie dice nada, !ah sí, el que fuera Ministro de Trabajo en el anterior Gobierno dice que había que hacerlo por decreto, no sé qué hicieron ellos!
En Valencia, la policía parece que está apaleando ganado en lugar de personas; la izquierda de Vogue y chalet va y quiere sacar tajada del incidente, aun no ha digerido su derrota en las urnas, que es donde se debería dirimir todo lo que el pueblo desea y necesita; el partido en el Gobierno aun va dando explicaciones de algo que no las tiene, se han excedido y basta, tendría que dimitir quien dio la orden de desalojo.
Mientras cuatro millones de españoles siguen sin encontrar trabajo y más de millón y medio se encuentran en la pobreza sin un puto céntimo de euro que llevar a sus familias; los pobres cada vez más pobres y los ricos cada vez más ricos. Algo está cambiando sí, pero para peor, está desmoronándose esa clase media que tanto dio a este país, ya nada es lo que era y mucho menos al ritmo que vamos y que nos marca la Sra. Merkel y su amigo el Hollande.
Nuestros políticos han olvidado la España real, la que la mayoría queremos y necesitamos. El PSOE dilapidó años y votos de aquellos que creían en un cambio real y profundo, el PP sigue con sus fantasmas del pasado y aun no se ha liberado de ellos y la izquierda real y verdadera, que por supuesto no representa el PSOE anda a la búsqueda de un líder que les lleve algún puerto tranquilo donde no naufraguen cada cuatro años.
Para qué hablar de los sindicatos, que éstos sí es verdad que ya no se sabe a quién representan, pues anuncian con un año de antelación sus movilizaciones, por temor a que detrás de la pancarta no haya nadie, qué años aquellos de Nicolás Redondo y Marcelino Camacho, en donde los Gobiernos sí que temblaban al escuchar sus propuestas, en donde los dirigentes procedían de las bases y sí que era representativos de la clase obrera.
Decía el bueno de Groucho Marx que la política era el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados y tenía toda la razón. Pero más aun me impactó en aquellos años de rebeldía e ilusión, en donde creía que era posible un mundo más igualitario y más justo, aquella frase que hoy me la aplico a rajatabla…»paren el mundo, que yo me bajo».