María Espínola presenta hoy en el Torreón de Las Gabias su poemario ‘Cuarenta marEs’

maria-espinola-5Intereses que le han convertido en una gran lectora de poetas, entre los que cita a Miguel Hernández, Antonio Machado, Rubén Darío o Bécquer y que le han ayudado a ir conformando su inquietudes poéticas e incluso a conseguir varios premios literarios. Reconoce que llevaba escribiendo en sus cuadernos más de veinte años hasta que se encontró con una pareja de poetas a los que contó que escribía que le recomendaron que los publicara en Internet.

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«Mi sorpresa fue que muchísima gente me pedía el libro de donde los sacaba por lo que decidí recopilar los poemas que tenía escritos y publicarlos», indica al tiempo que aclara que dice las cosas tal como las siente y que los temas que le inspiran son fundamentalmente el amor «pues es algo muy especial», su pueblo y las fiestas, la violencia de género, la muerte, el alhzeimer, y también su familia, especialmente sus hijos a los que escribe poemas con motivo de sus cumpleaños, su madre y su abuela, a la que recuerda cuando ella tenía 6 o 7 años, cuya lectura hace que se emocione y se le escape alguna lágrima.

Así es María, una persona en la que la poesía parece fluir de forma natural y a la que la inspiración visita incluso mientras duerme lo que hace que se tenga que levantar para anotar los versos. También le surge a partir de cualquier imagen que le impacte y que su paisano, Manuel Izquierdo, invita a su lectura «una y otra vez hasta empaparse de ellos, degustando sus palabras y las emociones que provocan». ‘Cuarenta marEs’, que así titula pues se ha convertido en una especie de seudónimo, la cifra por la edad que rondaba, mar, por su nombre y Es por su apellido.

 La poesía es mi amante compañera

que anida sutílmente en mis entrañas

que endulza mis labios en primavera

y teje en mi cabeza como araña.

                                     M. Espínola

 

 

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Búscame donde la playa
albergue millones de caracolas,
y al acercarlas a mi oído
oiga el murmullo del mar.

Búscame donde las letras
se conviertan en poesía
y sean sus voces latidos
que hacen al corazón hablar.

Búscame donde la luna
bañe de plata los ríos
y sus aguas sean cristales
que van a dormir al mar.

 

 

 

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