«La presentación de ‘Memorial Shadow’ en Granada supone un feliz reencuentro con amigos y compañeros», explica su autora, Pilar Quirosa-Cheyrouze (Tetuán, 1956), pues aquí estudió los dos cursos de especialidad, Prehistoria e Historia Antigua, durante los años 80/82 y aquí ha regresado en numerosas ocasiones, para participar en actos de la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios o de la Asociación Colegial de Escritores. Desde 1969 reside en Almería, provincia en la que desarrolla una intensa labor como escritora y crítica literaria. Su nueva obra, con portada ilustrada por Rodolfo Criado y publicada por editorial Nazarí la presenta el viernes, 11 de noviembre, en el Centro Artístico donde le acompañarán el escritor Francisco Gil Craviotto, el poeta y autor del prólogo, Jose Cabrera Martos y el representante de la editorial, Alejandro Santiago (19:30 h).
– ¿Qué supone para usted la presentación de su último libro en Granada, ciudad en la que fue estudiante y en la que suponemos conserva bastantes amigos?
– La presentación de ¨Memorial Shadow’ en Granada supone un feliz reencuentro con amigos y compañeros. Cursé los tres primeros de carrera de Geografía e Historia en el Colegio Universitario de Almería (1977-80) y en la Facultad de Filosofía y Letras de Granada estudié los dos años de especialidad -Prehistoria e Historia Antigua- durante los años 80/82. Hay momentos que están llenos de intensidad, como la noche interminable que vivimos tras el intento del golpe de estado por parte de Tejero. Y muchos momentos entrañables, llenos de evocaciones, en un clima de sentimentalidad y esperanza. Aparte del ámbito privado, he regresado a Granada en muchas otras ocasiones, entre ellas con motivo de la celebración de los 25 años de los premios ‘Andalucía’, concedidos por la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios,donde intervine en una mesa redonda en Huétor Vega, junto al compañero Antonio Moreno Ayora. Hace hará un año, participamos junto a compañeros de la Asociación Colegial de Escritores en el Seminario Internacional «El Español Puente de Creación Literaria entre España y el Magreb», regresando a los pasillos de la Facultad de Filosofía y Letras, después de algunos años. Volver de nuevo, en este caso para la presentación de ‘Memorial Shadow’ representa un momento muy especial.

– ¿Hasta qué punto su vida es distinta después de lo vivido y contado en su libro entre la primavera de 2013 y el otoño de 2016?
– El yo lírico intenta pasar por alto algunos matices, cuando la vida se ha convertido en una profunda catarsis. Hay demasiados icebergs anímicos que te acercan a la realidad desde otro punto de vista, a veces más intenso y a veces más comedido, ese trote de caballos que se internan por la vida, por el fluido de las horas, y te envuelven en intensidad emotiva. Se trata de respirar al compás del aire renovado, junto a los seres queridos, atravesando el camino y la senda hernandiana que todos tenemos que recorrer, de vida, amor y muerte.l La lucha existencial se convierte, sin duda, en dura resistencia.
– ¿Qué prefiere: escribir o hacer crítica literaria? ¿Qué considera más difícil?
– Estoy cómoda en ambos cometidos. Escribir es un válvula de escape necesaria, siempre lo fue. Es savia renovada, necesidad, asidero para salir de la incertidumbre. La crítica literaria traduce la lectura a una valoración positiva, desde el punto de vista reflexivo y vivencial que te acerca a un compromiso con la verdad y a múltiples realidades. No puedo separar ambos trabajos, los dos van unidos a la hora de continuar trabajando por la cultura.
– Hablando de crítica, en la hipótesis improbable de que tuviera que realizar la de ‘Memorial shadow’ ¿qué destacaría del fondo y de la forma?
– El fondo, como catarsis, como aceptación de lo vivido, cuando el dolor humano contiene un proceso anímico y necesarios trayectos para visualizar los desconciertos. En cuanto la forma, es preciso reseñar el discurso fragmentario, para enlazar los diferentes aportes literarios.
– ¿Cómo ha ido dado forma a cada una de los fragmentos o piezas de este gigantesco ‘puzzle literario’?
– El puzzle lo fui engarzando a medida que se desarrollaban determinadas vivencias, pequeñas observaciones y reflexiones, en torno a la literatura en general, la filosofía,el arte, a modo de teselas, junto al componente onírico y cuanto me aportaban los esquemas memorialísticos.

– ¿Qué le ha sorprendido más del prólogo-ensayo de José Cabrera Martos?
– José Cabrera Martos es un gran amigo y un magnífico crítico literario. Ha hecho un trabajo ensayístico magnífico, muy profundo en todas sus valoraciones, con gran riqueza conceptual en sus planteamientos, razonamientos y reflexiones, llevándolos a unos niveles de constante descubrimiento. Emotivo es el recuerdo que dedica al amigo y gran escritor, Manuel Urbano. José Cabrera ha tocado la fibra sensitiva a través de las tres partes del libro, Memorial de luz, Memorial de sombras y Memorial destino, relacionándolo con las tres edades platónicas del hombre y a los tres planteamientos dialécticos hegelianos, en un proceso realmente impactante. Le estoy infinitamente agradecida.
– Tanto usted como su prologuista califican este texto de prosa poética ¿pero se podría encuadrar en algún género literario?
– Posiblemente pudiera definirse de otra forma, pero estuvimos de acuerdo desde un principio en que el discurso estaba más cercano a la prosa poética que de otra categoría literaria.
– Está claro que esta obra le ha servido de catarsis, pero, durante su proceso creativo, ¿pensó en el lector ideal de la misma?
– En su génesis nada hacía presagiar el desarrollo de las páginas del libro. Fue nutriéndose de cuanto iba sucediendo, a modo de diario de presencias y ausencias. Y el recurso ficcional y la intrahistoria cotidiana ayudaron a remontar la escalada de claroscuros, pues se trata de una constatación de lo vivido.
– ¿Puede ser literario un diagnóstico médico? ¿Y el mensaje de un programa antivirus de un ordenador?
– Pueden ser literarios, en tanto en cuanto anteceden a una vivencia real, ante el proceloso y duro paso -y el peso- del tiempo, material de recuerdos.
– ¿Desea añadir algo más?
Mi agradecimiento a todas las personas que han hecho posible que exista este memorial, esta farmacia que traspasa la sustancia material y anímica del ser humano, antídotos azules para la levedad, como deja patente con el título de su prólogo José Cabrera Martos.