Lo sé, no hace falta que me lo repitáis, me estoy haciendo pesado y cansino con tanta batallita del ayer. Pero, recordar que dije al principio que pretendía recuperar los recuerdos de infancia y adolescencia para que mis nietos tuviesen un guión de cómo era Salobreña, la sociedad y la vida que teníamos entonces. Que no era mejor ni peor que la de ahora, pero era la nuestra y por tanto ha dejado huella en mi mente y sobre todo en mi corazón.
Síntomas de que nos estamos haciendo viejos:
1.- Cuando has entendido todo lo que he escrito estos días, te identificas con ello y sonríes.
2.- Cuando, siendo hombre, por fin eres capaz de decirle NO a una mujer sin remordimientos.
3.- Cuando, siendo mujer, por fin eres capaz de decirle SI a un hombre sin remordimientos.
4.-Cuando haces deporte y orgulloso, le cuentas a todo el mundo lo que haces.
5.- Cuando hay remedios o medicamentos en la mesilla de noche.
6.- Cuando la virginidad hace tiempo que ya no es tema de conversación.
7.- Cuando los niños, ahora te dicen “señor” y te hablan de usted.
8.- Cuando necesitas mucho más tiempo que una mañana para recuperarte de una fiesta.
9.- Cuando tú mismo cuelgas la toalla después de ducharte.
10.- Cuando te molesta que otro deje la pasta de dientes destapada.
11.- Cuando tus hijos te dan veinte vueltas con el ordenador.
12.- Cuando vas a la playa y puedes pasar todo un día sin meterte en el mar. Solamente te bañas por dentro en el Chiringuito.
13.- Cuando ves los partidos y conciertos por la tele en vez de ir a verlos en vivo.
14.- Cuando para hacer deporte compras ropa que te tape en lugar de mostrar.
15.- Cuando prefieres ver a un amigo en persona, antes de hablar con él hooooooras por teléfono.
16.- Cuando ya sabes lo que quieres.
Amigos, no os preocupéis, pues hemos vivido de ¡¡¡MARAVILLA!!!
Mis queridos todos, la vida es un sueño, si te despiertas, cierra los ojos y vuelve a soñar. Para terminar siempre recurro a mi admirado Mario Benedetti cuando escribió… «No te rindas, aún estás a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo, aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, liberar el lastre, retomar el vuelo».
(P.D.: La foto es del abuelo que os ha dado la lata estos seis días, pero aún queda el resto de muchos días).
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