Vehículos singulares, 101: Las cuatro joyas rodantes de los hermanos Astorga

Varios propietarios de vehículos antiguos nos habían hablado del taller y de los coches de los hermanos Manuel y Francisco Astorga, de Loja, pero como en otras ocasiones la realidad ha superado a la imaginación. Cuando por fin tuvimos la oportunidad de contemplar su garaje donde guardan sus cuatro ‘joyas rodantes’ nos quedamos maravillados. Entre carteles antiguos, logos de las marcas restauradas y trofeos estaban, en un estado impecable, un Hupmobile del año 1919, un Chevrolet, de 1925, un Adler de 1934 y un Ford T de 1920, o lo que es lo mismo, casi 400 años si tenemos en cuenta que los años corresponden a la fecha en que fueron matriculados y no a la de salida de fábrica.

La cita fue en el Taller Astorga de la Avenida Andalucía de Loja, -junto al Restaurante Las Terrazas-, que en otra época fuese concesionario oficial de Mercedes Benz, donde nos encontramos con Manuel, junto con un funcionario del ayuntamiento de Granada y su hijo, apasionados de las restauraciones de vehículos que realizan estos hermanos. Tras los saludos de rigor nos invitan a pasar a su garaje, en realidad un pequeño museo, donde perfectamente colocados aparecen los cuatros vehículos que han ido restaurando a lo largo de su vida y donde les pedimos que nos faciliten detalles de su biografía y algo de historia de los coches. «Renacemos de Archidona, -cuenta Manuel-, mi padre aunque procedente de una de familia de labradores era mecánico de toda la vida en este pueblo de Málaga. Primero se estableció por el mesón de Arroyo con un socio en Loja, Juan Llamas». Más tarde, cuando Manuel tenía unos 16 años -ahora tiene 71 y su hermano 67-, abrieron el taller a pie de carretera de la Avenida Andalucía, y posteriormente el del Polígono Manzanil, donde se ha jubilado.

«Empecé con 12 años en el taller como aprendiz, aunque ya tenía alguna experiencia pues la casa y el taller siempre han estado juntas. En aquellos tiempos se hacían muchas adaptaciones de motores diésel, de diferenciales flotantes, de cajas de cambio, lo que nos ha facilitado el trabajo para la restauraciones. El mecánico de ahora tiene que estar bastante mejor preparado. La mecánica de antes era más sencilla y más bonita», resume quien afirma recordar a su padre, su hermano, su primo y él montando motores y tres aprendices limpiando piezas y arreglando válvulas en una época en la que podían salir dos o tres reparaciones a la semana. Por su parte, Francisco explica que «mi vida y mi pasión ha sido el motor y sigo en activo en el taller multimarca, aunque hemos estado durante casi 40 años con el servicio Mercedes, por lo que seremos uno de los talleres más antiguos de Granada, con cerca de 90 años de licencia de los Talleres Astorga».

Hupmobile MA 276 – AÑO 1919, (98 AÑOS), Chevrolet MA 2296 – AÑO 1926, (91 AÑOS) , Adler SA 3727 de 1934 – (83 AÑOS) y Ford GR 262 – Año 1920 – (97 AÑOS) FOTO: ANTONIO ARENAS

Al parecer el gusanillo de la restauración les entró al principio de la década de los 70, siendo el primer vehículo restaurado por ellos el Chevrolet, descapotable, matrícula MA 2296, que les supuso tres años de trabajo que realizaban antes de abrir y después de cerrar el taller. Una plaquita adosada nos da cuenta de estos detalles: “Chevrolet Modelo Touring 1925, restaurado 1975. Loja Granada”. También nos cuentan que los asientos originales eran de piel de becerro y cómo las capotas y las tapicerías las han hecho sus esposas. Del Hupmobile nos indica que solo ha tenido dos propietarios, Juan Muñoz y ellos y que le faltaba el capó, pues «todo lo que era de bronce se lo habían llevado. Pertenecía a un amigo de mi padre, y cuando fuimos a verlo, estaba colocado en otro cortijo. Esto fue a los 15 o 20 de que lo viéramos la primera vez. Pagamos en aquel tiempo 80.000 pesetas. Recuerdo que estaba recién casado, por lo que hará unos 40 años», cuenta Manuel quien reconoce que fue caro para aquellos tiempos pues era un montón de chatarra lo que ahora es un flamante automóvil al que le han colocado su depósito accesorio de gasolina y la caja de herramientas de madera. Por su parte, Francisco detalla que «para fabricar el capó tuvimos que hacer cinco útiles, uno para cortar y perfeccionar lo que es la rejilla, otro para las bisagras, las medidas se sacaron a escala a partir de la propaganda del coche».

Manuel Astorga junto al Adler y de fondo la Alcazaba de Loja y torre de la iglesia de la Encarnación FOTO: ANTONIO ARENAS

El Adler, la mayor inversión de tiempo y dinero

A continuación pasamos al Ford matricula GR 262, posiblemente uno de los coches granadinos más antiguos, del que han conseguido el libro de mantenimiento y un prospecto de propaganda. La localización de piezas originales les costó mucho trabajo, ya que un guardabarros lo localizaron en Inglaterra y otro en Rute, nuevo sin entrenar. Junto a éste se encuentra el Adler bicolor, de elegante aspecto que reconocen es en el que más tiempo y dinero han invertido. Cuando le pedimos algunos detalles técnico nos explica que cuenta con «motor, 1.700, poco para una carrocería que pesa 1500, 14 caballos. Es un coche muy curioso porque lleva el motor invertido. La marca Adler que significa águila en alemán fabricaba aviones, motos, máquinas de escribir y carrocerías para Mercedes. Fuimos a Alemana a buscar piezas. De este modelo hay muy pocos». También nos explica algunos que tiene cuatro marchas, que la puerta abre hacia atrás, y que el cambio de marchas y luces están en el volante. Así mismo, que los limpiaparabrisas van engarzados y son de movimiento manual. Con él ha viajado hasta La Mancha y Córdoba y que es «muy cómodo de conducir».

Próxima entrega: José Luis Fernández y el Seat 1400 B Especial de 1959

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