Leandro García Casanova: «Antonia Moreno, ‘Arcoiris’»

 

Gitana de nacimiento,
poeta de vocación
y aprendiz de profesión…
Procuro ser “buena gente”
más… no siempre lo consigo.

De esta forma se presenta Antonia Moreno, en su libro “Arcoiris Inverso”, editado en 2013. Cuando la saludé por primera vez, en la Biblioteca de Andalucía, aunque ya nos conocíamos de escribirnos por Facebook, me regaló el libro con esta simpática dedicatoria: “Con cariño y alegría para mi amigo Leandro, para que la sonrisa sea nuestra contraseña”.

 

Unas páginas más adelante, Antonia se define así:

Vivaracha, alegre, cantarina y grácil,
de corazón noble, de intelecto ágil…
Rebelde, altanera, sincera, valiente,
amiga fiel de la tierra y de su gente.
Cantando las penas jugaba a vivir.
Siempre fue chiquilla y anciana al sentir.

De su espíritu, ella dice que es como un

duendecillo impredecible,
juguetón y quisquilloso,
siempre alegre, siempre alerta,
ingenioso y bondadoso…
amigo es de todo aquél que no sea rencoroso,
ni quiera encontrar en él,
malicia engaño ni acoso.

En definitiva, ‘Arcoiris’ es transparente como el agua cristalina de las fuentes del río Guardal, que pasa lamiendo el barrio de Los Evangelistas donde nació.

Yo diría, en lo poco que la conozco, que es alegre y sencilla, confía en las personas y le gusta cultivar la amistad. Le encanta ver reír a la gente y sobre todo a los niños. En su página de Facebook figura con el sobrenombre de ‘Arcoiris Moreno’ y he visto colgadas varias fotografías hablando en un aula escolar con los niños, aquí es donde se siente en su salsa, contándoles cuentos, porque el mundo de la infancia es su pasión. Copio esta coplilla romántica de su libro:

Soñé: que de tu mano caminaba
y todo era alegría,
que yo besaba tu boca
y tú besabas la mía.
Soñé, tonta de mí,
que me querías.

Antonia me escribió hace varios años y destaco algunas frases: “Como ves, escribiendo comparto mucho, ja ja, soy ese torrente de alegría, de pensamientos, de… lo que sea!!! Ja ja es mi naturaleza (…). Yo tengo mi gente y ahí están mis compañeras del cole, con las que después continué en contacto, y las otras que fui conociendo de la costura, o de otras actividades, también los chicos… en fin, son muy gratos recuerdos los que conservo, y cuando vuelvo por el pueblo (Castilléjar), sigo notando ese cariño, PERO… siempre hay sorpresas (…). Cuando ahora te vi aparecer, quise limpiar esa imagen… y conocer realmente quién es este «leandro» el que además escribas, me da la tranquilidad que también «comprendas» mi lenguaje, porque a mí, se me ve a través de mis letras (…). Yo sigo viendo lo bueno en las personas, pero la vida es muy cortita para regalar tiempo… donde uno se estanca, se aburre”.

Hace un mes, varias amigas le hacían comentarios a una poesía suya y yo escribí esto: “Antonia lleva dentro la alegría de su raza”, porque siempre va cargada de ánimos, quizá porque le sonríe a la vida (normalmente, ocurre al revés), a pesar de todo o aunque esté diluviando. Por eso es espontánea y necesita comunicarse. Me llamó la atención esta frase de su libro: “Yo he conocido niños que, aún siendo ya mayores, incluso padres de otros niños, no consiguen olvidar sus días tristes en la infancia (…). A este niño, le dediqué la ‘Nana del niño grande’:

A la nana, mi niño,
nana morena…
entre olas de plata
la luna llena (…).
Ya las noches de escarcha
son de canela,
vuelan las amarguras,
bailan las penas (…).
A la nana, mi niño,
de mar y arena…
Yo velaré tus sueños
con miel de seda.

En ‘Adiós a un viejo curso’, ‘Arcoiris’ recuerda el último año que estuvo en el colegio:

(…). El miedo que ayer sentías
al entrar cuando eras niño,
hoy que llegas al final
se ha convertido en cariño.
Hoy que has de decir adiós,
se hace un nudo en la garganta,
miras atrás con amor.
Colegio, has sido mi casa,
pesadilla e ilusión.

“El osito Andrés (en busca de su propia identidad)” es un cuento breve, con ilustraciones para niños, que ‘Arcoiris’ ha editado en 2017, en español y en alemán. En sus andanzas por la vida, el osito aprende una buena lección. Recojo estas frases que me escribió Antonia en 2014: “Es ahora cuando mis compañeros son la «sociedad» del pueblo. Y ahí estaban como maestros, alcaldes, y otras funciones… así que pronto volvimos a estar en contacto y como ves, escribiendo comparto mucho, ja ja, soy ese torrente de alegría, de pensamientos, de… lo que sea!!! Ja ja, es mi naturaleza y así fue que mis compañeras entonces en los cargos culturales del pueblo, me pidieron colaborar en la fiesta del libro, y tuvimos mucha suerte porque conseguimos realmente algo maravilloso. Para mí fue una sorpresa enorme, me tenían preparadas muchas sorpresas… me hicieron un homenaje, vino mi profesor, amigo Tomás desde Granada, él fue mi maestro en Huéscar y… bueno, también representaron el cuento de El osito Andrés… y todo eso, coronado con mis músicos, que también vinieron. Todo eso, obvio sin otro interés que ese: pasarlo bien y celebrar ese encuentro. Nos dieron comida y alojamiento…”.

Esta pasada Navidad, Antonia ha escrito esta dedicatoria para los amigos: “POR ESO Y MUCHAS COSAS MÁS… ven a mi casa esta navidad 🙂 lo que falte de comida se pone de música, de humor, de alegría… Que nadie se sienta lejos, ni solo, ni triste…”. Así es de generosa y sencilla. En otra ocasión me contó esto: “Yo estuve mirando tu blog y vi muchas fotos, algunas personas conocía y otras no… Yo no soy de apegarme a los lugares, ni siquiera a mi cueva donde viví, que era bastante linda y me gustaba estar allí, pero cuando fui ahora, la verdad que no siento apego a ningún lado. Ahí donde estoy intento sentirme bien y ya está. Y lo sigo pensando, de mayor quiero ser niña…”. Quizá por eso le gusten tanto los caramelos, como a los niños. A veces le he preguntado, “¿cómo te sientes en Alemania, con tanto frío y tan pocas horas de sol, tan lejos de España?”, y su respuesta ha sido que se siente a gusto allí, en su casa. “Con las personas sí soy más sentimental y tengo añoranza, y echo de menos a la que más me llega al corazón, obvio, pero intento no andar en el pasado ni complicarme con el futuro, ja ja”.

En la última página de su libro “Arcoiris Inverso”, escribe: “Amiga y compañera de los niños. Quiero ser poeta. Miembro fundador de la revista literaria Camagua”. Y se despide con esta poesía, titulada: “Simplemente soy”:

No tengo religión, no conozco fronteras ni dueño ni señor.
Camino por mi vida a sabiendas de que soy una desconocida.
Soy en cada momento eso que vivo y siento (…).
Soy fuego, soy escarcha,
soy sombras y soy luz,
soy noche, madrugada,
soy hoy, soy ayer
y tal vez… sea
mañana.

 

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