Cuando llegamos a la nave de Joaquín Esteban, en el Polígono Industrial Los Olivares, de Jaén, él ya nos estaba esperando. Su Humber Super Snipe IV presentaba un aspecto impoluto tanto en el exterior como en el interior. Tras los saludos de rigor nos dirigimos en primer lugar hasta la popularmente conocida como rotonda de ‘La pajarita’, así conocida por la escultura de Fernando Lorite, que recuerda a una pajarita de papel. Primeras fotos tras las que bordeamos el Parque Andrés de Vandelvira. Nueva parada en una de las entradas al parque que da al Paseo de España para repetir. Terminada la grabación del vídeo para el Canal Tamayo y fotos se inicia la recogida de información. Joaquín Esteban es otro de los hijos del ‘Pierres’ que ha heredado del padre su pasión por el mundo del motor. Este mecánico de profesión nos cuenta que adquirió su Humber en un concesionario de Ford en Madrid donde al parecer lo había entregado un ingeniero de la marca que se lo había traído de Inglaterra cuando se jubiló. Fue, como suele ser frecuente, un amor a primera vista pues asegura que «lo vi por casualidad, me gustó y lo compré».
En ello influyó su aspecto exterior pues «de carrocería estaba perfecto», aunque lógicamente por el paso del tiempo, la pintura estaba deteriorada al igual que el interior y la mecánica. Ello le obligó a tener que acondicionar el motor y el interior, así como pintarlo para que conseguir el aspecto como recién salido de fábrica. «Fue uno de los últimos modelos que fabricó la marca. Este modelo es de los años 60 y terminó de fabricarse en 1967. Este fue el primer coche que se fabricó en Inglaterra con cuatro faros, y de los últimos de este modelo que ya venía con un motor de 6 cilindros y cilindrada de tres litros que proporcionaba 130 caballos con lo cual el coche va con una suavidad tremenda. Creo que se fabricaron 7.175 unidades», detalla Joaquín. Del interior llama la atención la pulcritud del salpicadero, fabricado en madera, así como los embellecedores. También que viniese equipado de bomba eléctrica para los chorritos del limpiaparabrisas. Igualmente la localización del freno de mano, junto al asiento en el lado izquierdo. «Fue el último modelo que fabricaron con la palanca de cambios en la columna de dirección. Este es un tres velocidades pero también se fabricó en versión automática o con tres velocidades y un overdrive», añade.

Posteriormente nos da algunos detalles más como que «su motor es muy normalito con sus válvulas en cabeza, con su árbol de levas lateral y un solo carburador lo que hace que sea un coche muy fácil de mantener, reparar y de cuidar». Nos dice que el cuentakilómetros dispone de contador parcial,
tanto en millas como en kilómetros pues se vendía bastante en el mercado americano. Su puesta a punto señala que la ha realizado él con la ayuda de algunos amigos, e indica que tiene su calefacción, servofreno, y que el aparato de radio aún funciona siendo el que traía de la casa. En el respaldo de los asientos se pueden abrir unas bandejas que sirven de mesa para los viajeros de atrás.
Del depósito comenta que tiene una capacidad de 59 litros y la curiosidad de que la boca del mismo se localiza tras el reflectante derecho. El consumo medio lo calcula en torno a los 10-11 litros a los cien kilómetros. Respecto a su uso señala que lo habitual es sacarlo algún domingo que otro para dar un paseo o participar en alguna ruta o rallye. De su singularidad destaca el que hasta el momento no ha coincidido con vehículos de la misma marca y modelo pues «vamos a muchos eventos aquí en Jaén y no ha coincidido que haya visto ninguno. Imagino que los habrá en el resto de España».

De las ‘Humberettes’ a los Super Snipe (1938-1967)
El origen de este coche está en la fábrica de bicicletas que Thomas Humber fundara en 1868, y que entre 1901 y 1903 pasaría a construir triciclos, motocicletas y pequeños coches de cuatro ruedas a los que bautizó con el nombre de ‘Humberette’, que contaban con un motor monocilíndrico de 5 CV de potencia y chasis tubular, los cuales ofrecía con dos marchas, una hacia adelante y una hacia atrás. Hasta 1908 Humber fabricó tanto en Coventry como en Beeston, cerca de Nottingham. Poco después de finalizar la I Guerra Mundial, Humber ofrecía una serie de coches, clasificados más tarde entre los 12 y los 24 CV. En 1925, se había introducido en la producción de vehículos de transporte público con la compra de Commer y en 1928 se unió a Hillman. Dos años después, el Grupo Rootes de hace cargo de la Compañía al adquirir un paquete mayoritario de acciones.
Durante la II Guerra Mundial Humber se dedicó a la fabricación de vehículos para servicios públicos y militares. Después llegarían los ‘Hawk’ con un motor de 4 cilindros y 2 litros de origen Hillman y el ‘Super Snipe’ de 6 cilindros que fueron muy utilizados por los hombres de negocios. Desde mediados de los años cuarenta hasta la década de los 60 fabricarían los modelos ‘Hawk’, ‘Snipe’, ‘Súper Snipe’ y ‘Pullman’. En 1959, reaparece el Super Snipe con un motor de 2,7 litros, y más tarde con uno de 3 litros, que se estaría en fabricación hasta 1967.
Próxima entrega: José Carrasco Castillo y su Ducati 175 TS de 1965
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