Enrique J. Vercher (Granada, 1978) es licenciado en Filología Hispánica, Eslava y Rusa, y ejerce como profesor en el Centro de Lenguas Modernas, así como director de una agencia de traducción. Como escritor acaba de publicar su primera novela que ha dado a conocer en la pasada Feria del Libro de la mano del también profesor y escritor, Antonio César Morón. Esta tarde la presenta en el Centro Artístico de Granada donde estará acompañado por el director del Centro Ruso de la UGR, Enrique Quero Gervilla y su editor, Alejandro Santiago (20 h). Se titula ‘Última’ (Ed. Nazari), una obra poliédrica estructurada en 22 capítulos, cada uno de los cuales lleva por título el nombre de uno de los personajes que aparecen en la misma y en ella el autor reflexiona sobre los límites del poder y, en definitiva, sobre la condición humana.
«Es cierto que es mi primera obra de creación literaria publicada aunque me ha gustado escribir desde siempre. Tengo escrito un poco de todo: relatos, teatro, poesía,… pero nunca me he lanzado a publicarlo. ‘Última’ ha ido fermentando a lo largo de años porque ha habido períodos que la dejaba, la retomaba, cambiaba cosas,… La idea central del personaje, ‘Última’, es un ser normal que en un momento dado adquiere poderes ilimitados, sin saber de donde proceden. La historia se irá conformando con la intervención de una serie de personajes. A Antonio César y otros más les ha llamado la atención la visión distópica de mi obra», explica de esta historia con protagonista muy sui géneris ya que aparece en el primer capítulo en el que le acribillan pero no muere y no volveremos a encontrarle de nuevo hasta el décimo, es decir, hacia la mitad del libro, y son los otros personajes quienes le van caracterizando. Siendo Última -un adjetivo sustantivado- el nombre que se pone a sí mismo cuando adquiere los poderes y se autonombra «archiemperador» pero que antes era una personal normal llamada Diego. Entre la veintena de personajes secundarios, o no tanto, destaca Constanza, personaje complejo y con mucha fuerza que agrada al autor, filósofa con sólida formación que se podría decir que la novela narra su misión para descubrir los secretos y puntos débiles de Última.
Y junto a ellos, una refugiada eritrea que trabaja como traductora, un viejo pescador viudo gallego, un prisionero ruso maltratado por sus compañeros de prisión, una señora irlandesa de edad avanzada que acoge a estudiantes en su casa o a una joven filósofa salmantina que sobrevive como becaria en la universidad y, por ende, diversos escenarios, desde Gibraltar donde Última establece su palacio hasta la Polinesia, Eritrea, Galicia, Rusia, África,… por lo que Vercher reconoce que «quizás por mi propia experiencia vital, gustos, lecturas, ideas y lo que he vivido y pensado está en la novela». Como curiosidad, en el capítulo 7, dedicado a Constanza, incluye un guiño a la tradicional fiesta granadina de la Tarasca. Novela que, en opinión del autor, lo mismo puede interesar a lectores con un buen bagaje cultural, pero que también puede disfrutar cualquier lector, especialmente joven, pues «no tiene una prosa densa ni difícil». Asimismo, reconoce que su formación como traductor ha influido en esta obra que cuenta con un personaje, la refugiada Eritrea, que ejerce esta profesión. Puestos a reconocer influencias que Antonio César Morón comentó en su presentación indica que en efecto han podido influir, desde Dante, de hecho la prisión de Vulcano se asemeja al infierno de la Divina Comedia, e incluso personajes del mundo del cine, como Blade Runner. Una vez finalizada la fase de promoción que le llevará a distintas ciudades españolas, Enrique Vercher no descarta llevar a cabo la traducción de ‘Última’ al eslavo o al ruso.
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