Antonio Luis Gallardo Medina: «Siempre quise ser feriante»

Siempre quise ser vendedor de feria, de esos que van de pueblo en pueblo llevando su género para niños y mayores, sin importar categoría social, raza o color de la piel.
Muchas veces despreciamos a los demás por el simple hecho de creer que somos más que ellos, más guapos o simplemente porque no nos “sirven” para nada. Todos tenemos algo que aprender de los demás o algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie.

Me planteé el tipo de kiosco, o más bien carrillo de mano que pudiese transportar yo mismo sin grandes problemas de desplazamiento. Así, pensé en un puesto de merengues, un puesto de globos, uno de volaeras, o quizás uno que agrupara parte de todo lo que los críos gustan habitualmente. Al final, me decidí por todo en uno, escopetas, muñecas, aros, globos, escudos, espadas y también, por qué no, cacahuetes, maní, garrapiñadas y pipas.

“Me maravilla vender o mejor regalar globos de colores y ver la cara del niño cuando el globo se sostiene erguido sobre sus cabezas”

Sé que soy muy raro, pero me maravilla vender o mejor regalar globos de colores y ver la cara del niño cuando el globo se sostiene erguido sobre sus cabezas. Siempre se ha dicho que la gente habla de la feria según le va y a mí me gustaría que le fuese bien a todo el mundo; ricos y pobres, grandes y chicos, altos y bajos, delgados y gordos, tristes y alegres, solamente quiero llevar la esperanza a todo el mundo que se acerque a mi puesto.

Hamburgueserías, pollos asados, tómbolas, caballitos, casetas de tiro, de turrón, churrerías, coches de choque… mil y un negocio familiar, mil y una forma de vida, mil y una historias personales, ligadas siempre a gente que acude al recinto ferial para pasarlo bien.

La feria, fue y es para muchos de los que participan, su forma de vida porque los feriantes han sabido hacer de su profesión una actitud frente al mundo; puede haber algo tan maravilloso como vender sonrisas y alegrías, aunque hoy ya no es rentable. La feria ya no es lo que era. Y muchos abandonan.

La feria comienza y a la luz de las bombillas de colores encendidas, hileras de luces de todos los colores que alternan con el revoloteo de las banderas de papel anuncian que las atracciones comienzan a funcionar, los feriantes un año más han llegado…

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