Cristina Pérez Valverde:  «Mi novela explora la esencia de lo femenino y la capacidad transformadora del arte»

 

La lojeña Cristina Pérez Valverde que en 2010 se estrenara como novelista con ‘La memoria de agosto’ (Arcopress) publica ahora su segunda obra narrativa ‘La dama de Rubens’ una obra de 430 páginas en la que «explora la esencia misma de lo femenino y la capacidad creativa y transformadora de la imaginación y del arte». La presenta el martes, 18 de diciembre, en la Biblioteca de Andalucía donde será presentada por Remedios Sánchez, vicepresidenta de la Asociación Colegial de Escritores de España. La nota musical la pondrán los «los grandísimos músicos granadinos» Miguel Soler (voz) y Rafael Soler (guitarra): en cuyo arte confluyen música y literatura pues han versionado a Lorca, Miguel Hernández y otros grandes poetas. También intervendrá Fernando Wilhelmi, flautista y compositor (19 h). La historia se basa en un retrato de una enigmática joven que Rubens pintó en1625 Rubens cuya identidad se ha desconocido durante mucho tiempo. En esta obra aparecen personajes dispares, como un pintor barroco inmerso en asuntos de estado y un médico que sobrevivió a la guerra civil española que ponen sus respectivos oficios al servicio de la paz y la vida.

– ¿Cuál es el leit motiv de su última novela?
– En última instancia, la novela explora la esencia misma de lo femenino y la capacidad creativa y transformadora de la imaginación y del arte. Lo que une a personajes en apariencia tan dispares como un pintor barroco inmerso en asuntos de estado y un médico que sobrevivió a la guerra civil española es el esfuerzo incansable por contrarrestar la violencia y la sinrazón, poniendo sus respectivos oficios al servicio de la paz y la vida.

– ¿Dónde tiene su punto de partida?
– La novela arranca de un cuadro, de un cuadro muy misterioso y poco conocido de Rubens. Y arranca de mi novela anterior, ‘La memoria de agosto’ (Arcopress, 2010), en la que ya aparecía el cuadro de la dama. Al profundizar en la obra me di cuenta de que tenía que contar la apasionante y conmovedora historia de este retrato, que conocí cuando una persona muy importante para mí me mandó una copia de la imagen, con un mensaje que decía: “Fíjate bien, mírala, mira a esa mujer…” Ese es el punto de partida de La dama de Rubens, que explora la relación entre una enigmática dama del siglo XVII cuya identidad no aparece datada por ningún sitio y una escritora del siglo XXI. Alguien está buscando a la escritora, alguien de su ciudad tiene la explicación del inquietante parecido que guarda con la mujer del cuadro.

– ¿Cuáles son los tres planos temporales en los que se desarrolla la trama de su obra?
– De una parte, el presente, la Granada actual. De otra, la Granada de la primera mitad del siglo XX, que nos transporta a la época de un ginecólogo amigo de Lorca, de Manuel de Falla y de Berta Wilhelmi. Precisamente en la figura de esta última me he inspirado de manera muy libre para construir uno de los personajes de la novela. Me fascinaba esta mujer, una gran pedagoga amiga de Fernando de los Ríos y vinculada a la Institución Libre de Enseñanza que influyó muchísimo en la vida de la ciudad: fundó colonias infantiles, una escuela en Pinos Genil, un sanatorio antituberculoso, y escribió reivindicando los derechos de las mujeres. También me he basado en la vida de otras mujeres alemanas y austríacas que vinieron a Granada huyendo de la persecución nazi, como es el caso de Gretel Adler. La historia de esta joven es estremecedora. Se ambienta este plano en una Granada perdida que ahora se rescata desde la mirada de una escritora apasionada, una mujer del siglo XXI que también tiene sus secretos y una forma de entender la vida donde las emociones adquieren un valor esencial, y que observa los pequeños detalles de la realidad de un modo diferente.

– ¿Y el tercer plano?
– El tercer plano, lógicamente, lo proporcionan la Amberes del siglo XVII y el entorno y biografía de Rubens: su amistad con la infanta española Isabel Clara Eugenia, su núcleo familiar, su incansable defensa de la paz, que llevó a cabo a través de su labor como embajador en las cortes europeas. Rubens es el gran desconocido. Se conocen mucho algunas de sus pinturas, pero no así su filosofía de vida, su profundidad humana y espiritual, como tampoco bastantes episodios de su propia biografía que bien merecen ser rescatados.

Cristina Pérez Valverde posa con su libro en la terraza del hotel San Antón ::A. ARENAS

– ¿Cómo son sus personajes principales?
– En la novela se establece un paralelismo entre Rubens y el médico granadino: ambos ponen su profesión al servicio de la paz, a ambos les tocó vivir tiempos convulsos. La escritora trae al presente el mensaje de ambos, que está tan vigente hoy como en sus respectivas épocas: la humanización de las estructuras, la necesidad de gobernar con sensatez, el trabajo por la igualdad y la defensa de los más débiles desde la voz personalísima de la escritora protagonista y la nómina de personajes que transitan por la novela.

¿Cuánto tiempo le ha llevado escribir una novela de estas características?
– Llevo bastantes años investigando sobre la biografía y la época de Rubens. En particular, he dedicado mucho tiempo a estudiar el cuadro “Dama de Honor de la Infanta Isabel”, del que trata la novela. Después de haber visto la fotografía de la tabla sobre lienzo (que se encuentra en el Museo del Hermitage, en San Petersburgo), me topé por casualidad –en el Museo Albertina de Viena– con un dibujo a tiza de Rubens en el que vemos a una niña muy parecida a la mujer del Hermitage. En el lienzo, la niña del boceto se ha hecho mujer. Sin embargo, ambas obras están fechadas por la misma época. Si se trata de la misma persona, ¿cómo es esto posible? ¿Y por qué ninguna de ellas lleva el nombre de la posante? Cuando por fin descubrí quién era la enigmática joven me quedé conmocionada. Me emocioné profundamente. Y a partir de aquí surge la historia que es la base de la novela. Como toda novela histórica parte de la realidad pero la reelabora para convertir aquello que quien escribe considera prioritario en el foco principal del argumento. Así ha sucedido aquí: he querido rescatar una Granada comprometida pero también ignorada durante demasiado tiempo hilvanándola con el Amberes del siglo XVII. Todo ello visto con los ojos del presente. Ha sido un proceso largo, tanto de documentación como de redacción, porque es una novela extensa, en la que he cuidado muchísimo el estilo, la ligazón entre las distintas épocas y el entramado estructural.

– ¿Qué protagonismo tiene el amor?
– El amor juega también un papel muy importante. Adentrarse en los enigmas de la familia del médico conducirá a la escritora al encuentro con personajes que transformarán su realidad. La narrativa va avanzando a través de una concatenación de misterios: la resolución de uno te va llevando a otro, hasta el inesperado final, que va a dejar muy buen sabor de boca.

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