El vehículo singular de hoy nos ha llevado hasta las lindes de Granada con Armilla. Concretamente la plaza cercana a la Avenida García Lorca ha servido de escenario para las fotos de la Montesa Impala Comando de 1970 de Gerardo Mata Álvarez quien llega a este emplazamiento ataviado con una zamarra como la que llevaban los motoristas de la Guardia Civil de los años 50 lo que unido a su envergadura corporal contribuye a darle un portentoso aspecto, al que solo le falta el casco de aquellos tiempos. También la moto, a pesar de sus 48 años, pues fue matriculada el 31 de agosto del año 1970, presenta un magnífico aspecto y su corazón con forma de motor, tras arrancar a la primera con un pequeño truco del propietario, ruge portentosamente de una forma que ya quisieran para sí otras motos más modernas de similar cilindrada.
Gerardo que es un gran entendido en vinos pues no en balde trabaja como comercial de vinos de Rioja, Ribera o del Bierzo, en la capital y provincia granadina, desde hace más de 30 años. Cuando le preguntamos el motivo de que en su catálogo no incluya vinos de nuestra tierra responde que «los vinos de Granada tienen un pequeño problema pues tienen producciones muy cortas y como consecuencia, precios altos». Y alternando con esta actividad laboral con la que consigue el sustento de su familia, Gerardo saca un poco de tiempo -menos del que a él le gustaría- para una de sus máximas aficiones que es pasear el moto. Precisamente la protagonista de esta semana se la compró a un cliente en los años 80, en Alcalá la Real (Jaén). Un día fue a visitar a uno de sus clientes, Antonio Gutiérrez y lo último que pensaba era comprarse una moto pero cuando llegó al almacén se la encontró aparcada en su puerta y al hablar de ella le dijo que si se la vendía. Propuesta que para su sorpresa fue aceptada. Por entonces la moto apenas tenía ocho mil kilómetros que su dueño le había hecho en los diez años que la tuvo. «Me la traje sobre la marcha y te puedo decir que me costó el equivalente hoy de 180 euros o sea unas 30.000 pesetas de la época», señala. Al principio apenas le dio uso y todo el mundo que la veía se la quería comprar.
Habría que esperar al año 86 cuando decide plantearle a su mujer el dilema de ponerla la moto a su gusto o venderla. A lo que ella respondió que «la moto no se vendía» por lo que «se pintó y se cromó y hasta el día de hoy en que no ha sido necesario hacerle nada más. En la actualidad el cuentakilómetros marca 28.000 km que ha realizado en trayectos dentro de la provincia. Por ejemplo, con ella ha atravesado en varias ocasiones La Alpujarra, «entrando por Lanjarón y saliendo por La Ragua, también subiendo todos los años a Sierra Nevada por la carretera antigua pues «es un paseo muy agradable y yo cuando salgo lo hago para pasear no para correr pues esta moto no sirve para eso». Paseos que también le gusta realizar por la carretera de La Peza, el Valle de Lecrín «por sus curvas, subidas y bajadas, pues en realidad donde esta moto no va bien es en autovía donde resulta hasta peligroso pues su velocidad es de 70 u 80 km/h. A partir de ahí es como si nos quedásemos sin frenos. Yo la he puesto a 120 pero no se va seguro».
De su buen estado hablan las dos pegatinas que luce. Por un lado la de haber superado la última ITV y por otro la de vehículo ecológico. «Está perfecta después de un meses sin arrancarla, le he dado dos patadas y lo ha hecho a la primera. Nunca me ha dado ningún problema de mecánica aunque la última subida a Sierra Nevada, cuando estaba a la altura del Asadero empezó a tironear y era porque había hecho la típica perla pero llegué hasta la casa que fue donde se paró». Le han llegado a ofrecer 5.000 euros pero por ahora tiene muy claro que después de 38 años no tiene previsto venderla y le gustaría que pasara a su hijo y a su nieto, porque «como no te pide de comer y lo único que hay que hacerle es pagar el seguro una vez al año que como vehículo clásico me supone 60 euros y una ITV cada dos años».
Protagonista de la Operación Impala y ‘El puente’
Gerardo Mata afirma que con la capacidad del depósito -13 litros de gasolina- le da «por los menos para 250 kilómetros». Para facilitarnos más datos echa mano a la ficha técnica donde se indica que tiene un motor monocilíndrico de dos tiempos de174 cc, pesa 93 kilogramos y tiene 2,4 caballos fiscales. También podemos ver que ha pasado sin problemas todas las ITV, siendo la última el 7 del julio de 2017. Como peculiaridad el que ha sido su segundo propietario nos cuenta el hecho de que el número de motor y chasis son el mismo, «lo cual no es habitual». También que este verano le cambiará las cubiertas pues «aunque están en buen estado están comenzando a cristalizar, ahora le quiero poner las del dibujo original, aunque son bastante más caras». Según sus propias observaciones «en Granada hay algunas Impalas más, aunque circulando prácticamente no se ven. Donde hay bastantes es en Barcelona posiblemente porque allí se fabricaron».
El creador de esta moto fue Leopoldo Milà i Sagnier, diseñador industrial y director técnico de Montesa, quien fuera reconocido con el premio FAD, al mejor diseño industrial. Esta moto se hizo famosa por la conocida Operación Impala, consistente en una prueba de larga duración, con tres unidades pre-serie que recorrieron más de 20.000 km en tres meses, desde Ciudad del Cabo a Barcelona. Tiene un protagonismo especial en la película ‘El puente’ (1977) dirigida por Juan Antonio Bardem y protagonizada por Alfredo Landa que se mete en la piel de un mecánico que al fallarle los planes con su chica durante un de agosto decide montar en su Montesa Impala ‘customizada’ de 1965, M-448259 (la Poderosa) y hacer un viaje relámpago a Torremolinos.
Próxima entrega: Miguel Ángel López Jiménez y su Austin Victoria de Luxe
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