Antonio Luis Gallardo Medina: «Saben lo que es dignidad»

En un enlace que puso hace tiempo un amigo en una red social, he leído que los alemanes se lanzan a compartir piso en la tercera edad. Que cada vez más ancianos alquilan pisos juntos, por estilo de vida pero también porque las pensiones ya no dan para subsistir.

La prolongación de la vida media, por un lado, y la disminución, a veces dramática, de la natalidad, por el otro, han producido una transición demográfica sin precedentes, en la que la pirámide de las edades está completamente invertida respecto a cómo se presentaba no hace más de cincuenta años: crece constantemente el número de ancianos y disminuye constantemente el número de jóvenes. Efectivamente, cada vez estamos más viejos para cuidar o cuidarnos. La soledad en las personas mayores es muy común en estos tiempos, en donde le damos más importancia a las cosas modernas y dejamos de lado las cosas verdaderamente importantes y que de verdad necesitan nuestra compañía. Los alemanes son otra cosa, me temo que en nuestro caso sería difícil, por no decir imposible.

“La dignidad es esa fuerza vital que nos permite cuidar de nuestra autoestima y hacer frente a las adversidades”

Saben ustedes lo que cuesta desprenderse de gran parte de los muebles y pertenencias que se han ido acumulando durante más de tantas décadas en su antigua vivienda, aquella que guarda celosamente todas sus vivencias, sus alegrías y su vida. En un piso compartido, debes de optar por compartir todo lo posible con el resto de inquilinos. La dignidad es esa fuerza vital que nos permite cuidar de nuestra autoestima y hacer frente a las adversidades. Podemos decirle adiós a nuestro orgullo, pero la dignidad no debemos perderla por nada ni por nadie. En caso de hacerlo, también nos perderíamos a nosotros mismos dañando así el amor propio y nuestra integridad. Si bien cada persona tiene que hacer valer su propia estima, este valor no es válido si es a costa de los demás. Así que tenemos que saber discernir aquellas actuaciones por parte de quienes dañan nuestra imagen y vulneran nuestra dignidad.

Según el Ministerio de Salud alemán, las casas compartidas de ancianos “ofrecen la oportunidad de recibir ayuda junto a otros hombres y mujeres que viven en la misma situación vital, sin renunciar a la esfera privada y a la independencia”. El Gobierno tiene interés en promover este tipo de viviendas porque es más barato. Tal vez, haya llegado el momento de hacer el petate y ante la desidia y abandono por parte de los distintos gobiernos hacia las personas de la tercera edad; de buscar aquellos compañeros o compañeras de viaje en este último tramo de nuestras vidas y compartir aparte de gastos, vivencias, sabiduría y en definitiva vida.

Se estima que para el 2025, los mayores de 65 años superarán el 25% del total de la población. Y esto nos llega en plena sociedad de consumo, cuando para tirar adelante una vivienda donde nunca sobra un metro cuadrado, hacen falta los jornales del hombre y la mujer ¡ah! Y por si esto les parece poco… de este veinticinco por ciento, el setenta por ciento tendrá más de 80 años. ‘A los viejos se les aparta después de habernos servido bien’, así cantaba Joan Manuel Serrat y lamentablemente la letra se está cumpliendo, ya que si no fuera por las pensiones de subsistencia que tenemos, estaríamos aparcados en un asilo, ya que la mayoría de las familias tiene verdaderos problemas para mantenerse.

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ANTONIO LUIS GALLARDO MEDINA

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