Pedro López Ávila: «Antonio Machado, la encarnación del ideal humanista, VIII: Su obra en prosa»

La poesía de Machado escrita entre 1899 y 1912, ocupa dos terceras partes de su obra poética completa, es decir, a partir de la publicación de ‘Campos de Castilla’ disminuye notablemente su producción en poesía. Su vocación por el pensamiento filosófico, no obstante, ya se había manifestado en seguida, como se puede observar a través de la lectura de sus versos en una primera época; por ejemplo, en el poema ‘Coplas mundanas’, llamándose a sí mismo filósofo trasnochado:

Poeta ayer, hoy triste y pobre
filósofo trasnochado,
tengo en monedas de cobre
el oro de ayer cambiado.

Su pensamiento ha ido adensándose al transcurso de su obra poética, iniciando una reflexión hacia la poesía reflexiva y gnómica (poesía que está compuesta en versos cortos y contiene sentencias didácticas o morales). Así nos dirá: «hay hombres que van de la poética a la filosofía; otros de la filosofía a la poética». No obstante, él fue en ambas direcciones, y en ‘Nuevas canciones’, (1924), independientemente de aparecer el tema andaluz, presenta un libro mezclado y diverso, donde predomina lo sentencioso con otras formas métricas cortas, aunque, también, algunos de sus más emocionado poemas están escritos en soneto, forma que apenas cultivó e incluso consideró en sus notas Los complementarios’ como de escasa actualidad.  [Con el título ‘Los complementarios’ existen dos libros de Machado, uno, corresponde al cuaderno de apuntes (con borradores de poemas), que el propio poeta llevará a modo de diálogo, desde que se instaló en Baeza. Y el otro, un volumen que recopila prosas diversas, ordenado por Guillermo de la Torre en 1957.]

Machado siente la necesidad de escribir en prosa temas relacionados con la filosofía, pues, aunque era un hombre cauto y profundamente pudoroso en su vida íntima, también lo fue en los asuntos filosóficos, porque era consciente de que había llegado muy tarde. Finalizó bachillerato a los 25 años, y teme resultar pobre frente a Unamuno u Ortega por los que sentía auténtica veneración. Quizá por esto, según opina Gibson, pone sus reflexiones en boca de otro al que atribuye el planteamiento teórico de su propio pensamiento, evitando así toda responsabilidad que pudiera ser refutable por otros. Algo tan irónico como cervantino, como es él. Y es de esta manera como inventa una serie de poetas pensadores encabezados por Abel Martín (iniciales, por cierto, iguales a las suyas).

Páginas del libro con las obras completas en prosa y verso de Antonio Machado publicado por Editorial Losada :: IEC

Abel Martín fue un filósofo poeta, inventado por Antonio Machado, que expone distintas teorías o distintas disquisiciones metafísicas. Dicho de otra manera, las teorías que defienden sus profesores apócrifos (falsos o supuestos) no es, sino el pensamiento o el planteamiento que tiene el propio de D. Antonio sobre diversas cuestiones. Así, este personaje llega a una suerte de teología poética en la que define a Dios como ser absoluto y, por tanto no lo considera creador de aquello que sea, sino, por el contrario, de la nada. Dios regala al hombre el gran cero: la nada o cero integral.

Dijo Dios: Brote la Nada.
Y alzó su mano derecha
hasta ocultar su mirada.
Y quedó la Nada hecha».

En su teoría del amor este personaje nos dirá que el incentivo del amor no es la belleza, sino «la sed metafísica de lo esencialmente otro«. En otra ocasión nos dirá que la lírica moderna es acaso, un lujo un tanto abusivo del individualismo burgués, basado en la propiedad privada». Abel Martín apareció por primera vez en la revista de Occidente en 1926. Sin embargo, muy pronto Machado hace derivar de Abel Martín un discípulo: Juan de Mairena, un profesor de educación física y retórica, convirtiéndolo en autor de una poética. Mairena se llama a sí mismo «poeta del tiempo«. Así expone su teoría de la poesía como arte temporal: «el poema que no tenga muy marcado el acento temporal estará más cerca de la lógica que de la poesía». Defiende todos los recursos expresivos: medida, ritmo, rima, acentuación, pausas, imágenes y muestra sus reparos y poca estimación por el barroco, ya que esta corriente, para Mairena, carece de temporalidad y profesa el culto a la expresión indirecta: «Aunque el gongorismo sea una auténtica estupidez; porque hay en su obra, en toda su obra ráfagas de verdadera poesía con estas ráfagas por metro tenéis que medirlo»

Juan de Mairena apareció en la edición de ‘Poesía completas’ en 1928, aunque más tarde fueron unificados fragmentos de Abel Martín, que se incluyeron en la edición de 1936 en el libro: ‘Juan de Mairena’  las «sentencias, donaires, y recuerdos de un profesor apócrifo«. La idea de Machado era formar una sucesión de 12 poetas a las que luego añadiría dos más, aunque su propósito iba todavía más lejos: crear otra galería paralela de filósofos. Llegó incluso a intentar crear un poeta llamado Antonio Machado, cuya biografía casi corresponde a la suya propia, pero no exactamente. A través de las meditaciones de estos personajes, principalmente las de Juan de Mairena (ya que Abel Martín es más estrictamente filósofo) sobresalen los valores humanistas y populares de nuestro autor, casi siempre cargados de la tradición folklórica y penetrados de humor e ironía.

Una de las sentencias de Juan de Mairena:: IEC

Veamos algunos textos:

  • Sobre la vedad:
    – «Señores: la verdad del hombre -habla Mairena a sus alumnos de retórica- empieza donde acaba su propia tontería. Pero la tontería del hombre es inagotable».
    – «Lo corriente en el hombre es la tendencia a creer verdadero cuanto le reporta alguna utilidad. Por eso hay tantos hombres capaces de comulgar con ruedas de molino».
    – «Por muchas vueltas que le doy -decía Mairena- no hallo manera de sumar individuos».
  • Prácticas de oratoria:

       – «Amar a Dios sobre todas las cosas -decía mi maestro Abel Martín- es algo más difícil de lo que parece, porque ello parece exigirnos: primero, que creamos en Dios; segundo que creamos en todas las cosas; tercero, que amemos todas las cosas; cuarto, que amemos a Dios sobre todas ellas. En suma la santidad perfecta, inasequible a los mismos santos».

  • De política:

– «Claro que en el campo de acción política, el más superficial y aparente, solo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela
– «En política como en arte, los novedosos apedrean a los originales».
– «El hombre ha venido al mundo a pelear. Es uno de los dogmas esencialmente paganos de nuestro siglo – decía Juan de Mairena a sus discípulos.
– ¿Y si vuelve Cristo, maestro?
-Ah, entonces se armaría la de Dios es Cristo».

  • Proverbios y consejos de Mairena:
    Los hombres que están siempre de vuelta en todas las cosas son los que no han ido nunca a ninguna parte. Porque ya es mucho ir; volver, ¡nadie ha vuelto!
    – «El paleto perfecto es el que no se asombra nunca de nada; ni aún de su propia estupidez.
    – «Huid de escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis el contacto con el suelo; porque solo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura.
  • Ejercicios de sofística:
    -«El escepticismo pudiera estar o no estar de moda. Yo no os aconsejo que estéis en el coro de los adeptos ni en el de sus detractores. Yo os aconsejo, más bien, una posición escéptica frente al escepticismo».
Varias portadas de libros de Antonio Machado con su obra en prosa ::IEC

Como podemos observar a través de estos textos seleccionados más arriba, esta prosa ensayística lúcida, inteligente, penetrada de humor, ironía y de sentido humanista, sirvió para que sus detractores dijeran de él que de tanto filosofar y de tanto ocuparse de la historia inmediata (la política), se le secó a D. Antonio la vena poética. Sin embargo el tiempo ha dictado sentencia, y hoy vemos que el sobrio poeta fue también el magistral prosista, quien tuvo el más hondo sentido humanista de su época, así como una clara visión histórica y lírica que emerge a nuestros días. De hecho es la obra que más se lee en España, porque llega a cualquier lector.

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