Virtudes Montoro: «¿Cómo nos hablamos?»

La importancia de nuestro lenguaje interior moldea nuestro sistema de creencias sobre nosotros mismos y sobre nuestra vida en general. Ser consciente de cómo nos hablamos, puede ser el primer paso para poder modificarlo si nos damos cuenta de que este diálogo interno es negativo y nos está saboteando, cuando nos dice por ejemplo, “no puedo”, “no lo conseguiré”, “es imposible para mí”. Henry Ford, lo describió muy bien en esta frase, “tanto si crees que puedes como si no, estarás en lo cierto”.

 

Tal y como apunta el médico especialista en cirugía general y del aparato digestivo y ahora divulgador, Mario Alonso Puig, el primer paso es detectar ese pensamiento y observar qué emoción nos provoca. Una vez identificado el pensamiento “no puedo”, nos centramos en observar cómo está nuestro cuerpo, si tenemos los puños apretados, las mandíbulas o el cuello tensos y pasamos a ponerle nombre a esa emoción; miedo, angustia, estrés.

Cuando nombramos una emoción, según un estudio de la Universidad de California, la corteza prefrontal inhibe a la amígdala sobreactivada (centro en el que se aloja las emociones en el cerebro), de esta manera potenciamos a la corteza cerebral para calmar así la amígdala y poder racionalizar la emoción. Después intentamos ver cómo este pensamiento no se corresponde con la realidad, que se trata de una distorsión cognitiva, de una exageración. A continuación nos preguntamos qué podemos decirnos que sea más acorde a la realidad; “en otras ocasiones sí pude y lo hice, eso significa que puedo hacerlo ahora”.

Una vez realizada esta secuencia, pasamos de nuevo a observar qué emoción ha provocado ese pensamiento en nuestro cuerpo y los cambios que se han producido (¿siguen los puños cerrados?, cómo está la mandíbula y el cuello, ¿menos tensos?). Por último nos preguntaremos cuál es el primer paso que debemos dar para cambiar esa situación, este paso es esencial, apunta Puig, ya que la acción elimina la sensación de inmovilidad que nos genera la preocupación por algo.

No es complicado, requiere de nuestra voluntad para modificar el lenguaje que quizá hemos mantenido desde siempre con nosotros, darnos cuenta de como nosotros mismos nos hemos puesto trabas al creernos lo que pensábamos. Una premisa fundamental que nos puede ayudar, es dudar siempre de nuestros pensamientos.

El pensamiento es capaz de transformar nuestras vidas, ya que crea nuestras creencias, nuestro estilo de vida, nuestra forma de actuar, pero también éste es reversible, podemos darnos cuenta que es una deformación de la realidad, que se trata de mensajes falsos y que podemos hablarnos de una manera más acorde a la realidad, menos inquisitiva.

“No nos afecta lo que nos sucede, sino lo que nos decimos acerca de lo que nos sucede”
Epicteto

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Virtudes Montoro López

Psicóloga especializada en Mindfulness y
Terapia de Aceptación y Compromiso

 

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