Quiero aprovechar la ocasión para hablar de los numerosos extranjerismos (palabras que incorporamos a nuestra lengua) innecesarios, dado que existen términos nuestros para referirnos a una realidad concreta.
Distingamos, antes de meternos en materia, entre los llamados extranjerismos adaptados (préstamos totalmente integrados que siguen las normas generales de acentuación) y los extranjerismos crudos (conservan la pronunciación y escritura original).
Así, usamos “sticker” cuando contamos con la voz “adhesivo”, pero ocurre lo mismo con palabras como “paper” (documento, artículo o informe), “prime time” (horario estelar), “rating” y “share” (índice y porcentaje), ”sitcom” (comedia, comedia de situación o telecomedia), “spot” (anuncio, aviso o publicidad comercial), “show” (función, gala o exhibición) o “magazine” (programa de variedades).
Sin duda alguna, en el mundo de la televisión proliferan los extranjerismos, pero encontramos también otros campos con abundantes términos que han reemplazado a los nuestros. ¿Dónde está nuestra voz “donjuán” en lugar de “playboy”? ¿Por qué se prefiere “sponsor” a “patrocinador”?
Dejemos ya el empleo de e-mail y aboguemos por usar correo electrónico. Hagamos lo propio con link, cuando contamos con la palabra enlace. En el teatro la “utilería” sirve para aludir a lo que conocemos como “atrezo” y el “estreno” de una película surte el mismo efecto que cuando hablamos de la “premier”.
Pero, ¿nos hemos olvidado de los “impactos” cuando algunos prefieren el término “shock”?
En la cocina, muchos usan de manera excesiva bowl cuando quieren pedir un “tazón”. De igual forma, son innecesarios backstage (bambalinas, bastidores), glitter (brillante), print (estampado), fashion (moda), make up (maquillaje), shopping (ir de compras), look (imagen) o sneakers (zapatillas deportivas).
Queridos lectores, cierto es que vivimos en la sociedad de las nuevas tecnologías y del aprendizaje de los idiomas, pero contamos con una lengua rica (las numerosas acepciones que presenta una misma palabra es una clara muestra de ello). Defendámonos de las invasiones que se convierten en perniciosa costumbre, y, sintámonos orgullosos de lo nuestro.
En ocasiones, lo innecesario sustituye a lo que ya existía, por cuestiones caprichosas o de eventuales e incomprensibles “modas”.
Que mis palabras no caigan en saco roto.
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Profesor de ESO
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