Virtu Montoro: «Valoración y prevención del maltrato infantil»

La Ley 1/1998 de los Derechos y Atención al Menor en Andalucía, en el Título II, ‘De la Protección’, define las situaciones de riesgo como aquellas en las que existen carencias o dificultades en la atención de las necesidades básicas que los menores precisan para su correcto desarrollo físico, psíquico y social.

 

“VALÓRAME” es el procedimiento de detección y notificación de posibles situaciones de maltrato infantil, así como el instrumento que clasifica la gravedad de esta situación como leve, moderada o grave. A través de la aplicación SIMIA, las distintas instituciones (educativas, sanitarias, sociales, etc.) deben poner en conocimiento una posible situación de maltrato. Cualquier persona puede hacerlo a través del teléfono

Entendemos que una situación de maltrato lo es cuando ésta es extrema o grave, pero no sólo es así, las situaciones de riesgo leve o desprotección también suponen una situación de maltrato. “VALÓRAME” las define cuando las personas que ejercen la tutela están incapacitados o imposibilitados para ejercer los deberes de protección, o viven y se desenvuelven en entornos familiares o sociales cuyas condiciones pueden provocar un daño significativo a corto, medio y/o largo plazo. Detectar éstas es de suma importancia para prevenir situaciones más graves. La institución educativa debe estar muy atenta a sus niños y jóvenes, sabiendo detectar cualquier indicio o sospecha lo más precozmente posible.

Las situaciones de riesgo leve, requieren una exhaustiva observación por parte del profesorado ya que pueden confundirse con prácticas educativas severas o rígidas o laxas por parte de sus progenitores. Saber dilucidar dónde se separan estas prácticas es de vital trascendencia. Para ello, como ya hemos comentado, los distintos profesionales, cuentan con SIMIA, la aplicación y procedimiento para ello y para denunciar la situación.

Cuando los padres están incapacitados o imposibilitados para proteger a sus hijos/as puede ser el comienzo de una situación más severa, pero, ¿qué podemos hacer para prevenir que esto ocurra?

Considero que las distintas administraciones deben poner en marcha sobre todo actuaciones de prevención primaria: escuela de padres, concienciación e información sobre pautas de parentalidad positiva, grupos de padres/madres, fomento del asociacionismo parental. También, se me ocurre, que se podrían llevar a cabo acciones concretas como podría ser la creación de un teléfono donde los padres puedan recibir orientación pedagógica, psicológica y educativa ante conductas problemáticas de nuestros hijos, en las que no se sabe qué hacer ni cómo actuar.

Ante la dificultad que entraña hoy en día ejercer nuestro papel como padres debemos saber que no estamos solos y que contamos con múltiples apoyos en las instituciones educativas, sanitarias y de servicios sociales.

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Virtudes Montoro López

Psicóloga especializada en Mindfulness y
Terapia de Aceptación y Compromiso

 

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