Antonio Luis Gallardo Medina: «La generación perdida»

Los que vivimos en la década de los 50 y 60 cuidamos de nuestros niños con los escasos medios de que disponíamos, cuidamos a nuestros mayores cuando no cobraban ninguna pensión y estudiamos e hicimos nuestros bachilleratos muchas veces en los pueblos, con las clases particulares que nos daban los maestros de escuela, con escasez de libros y medios.
Ninguna generación de la historia de la humanidad ha hecho una transformación tan profunda como la que hizo aquella generación. Sí, habremos destruido algo, y de eso nos arrepentimos, pero es más lo que hemos creado e inventado. ¡A ver lo que creáis vosotros y dejáis a vuestros hijos!

Cada vez más se refieren a la tensión entre las distintas generaciones. Jóvenes que se quejan de los errores y desaguisados que les dejan quienes les precedieron.

Mayores que se duelen de que los que vienen detrás no estén forjados en la escuela del sacrificio y la exigencia en la que ellos se troquelaron.

La generación de los jóvenes actuales se les vendió que con carrera y máster tenían trabajo y está visto que no, que el sistema no está hecho así. Son una generación que vive de ensoñaciones y se va rompiendo.

El mantra de “generación perdida” que ya arrastraba desde el hundimiento de la economía en 2008 adquiere ahora otro significado, no solo se encontraron una crisis económica en la edad en que empezaban a incorporarse al mercado laboral, sino que ahora, cuando muchos empezaban a estabilizarse en sus carreras, vuelven a estancarse. Ya hablan de generación C, de coronavirus, toda la que va a verse afectada a largo plazo por la pandemia.

Ninguna generación pasada y creo que ni futura, sus hijos van a vivir con más penalidades de las que tú viviste. Sin embargo, la generación actual de nuestros jóvenes tiene serias dificultades para acceder a los bienes sociales y de bienestar.

Luchemos pues todos a una, para que esto sea minimizado al mínimo y que nuestros hijos puedan tener una educación, una cultura, una formación y un trabajo digno que les haga mirar el futuro con una seguridad firme.

Ahora resulta que tenemos que ser los abuelos quien mantenga y ayuden a nuestros hijos y nietos para que puedan seguir adelante y no tengan que abandonar su tierra y su país para buscarse el pan de cada día.

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ANTONIO LUIS GALLARDO MEDINA

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