Agradecimiento a nuestra profesora Juani, de Montefrío

Carta a la ‘seño’ que creció ante la dificultad y se convirtió en nuestra heroína. Cuando se dice que en esta vida todo tiene un principio y un final, es cierto; pero no es menos cierto que este final de curso, el primero tras la vuelta al cole después del confinamiento, lo vamos a tener presente por siempre los padres de los niños de 5 años del CEIP La Paz, de Montefrío.

 

En 2018 entregamos a nuestros niños con 3 años a la ‘seño’ Juani para iniciar su trayectoria escolar: unos llorando, otros nerviosos y, la mayoría, con miedos. A esto se suma la gran inquietud que nosotros, los padres, sentíamos al dejarlos en este estado y en una clase que resultó ser casi el doble de numerosa que el ratio habitual del centro, cerca de 30 niños de primer año escolar reunidos en una única clase, con diferentes culturas o nacionalidades.

Pero iban pasando los días y nos dábamos cuenta de que estaban en las mejores manos, las tuyas, cariñosas y expertas en dar seguridad. Desde el principio derrochabas empatía, calma, ganas de enseñar… pero lo mejor de todo era el cariño y la sonrisa con la que los recibías cada mañana. No importaba el día o lo extensa que fuera la fila. Le echabas ganas, el doble si

Sr. Director: Carta a la ‘seño’ que creció ante la dificultad y se convirtió en nuestra heroína. Cuando se dice que en esta vida todo tiene un principio y un final, es cierto; pero no es menos cierto que este final de curso, el primero tras la vuelta al cole después del confinamiento, lo vamos a tener presente por siempre los padres de los niños de 5 años del CEIP La Paz, de Montefrío. En 2018 entregamos a nuestros niños con 3 años a la ‘seño’ Juani para iniciar su trayectoria escolar: unos llorando, otros nerviosos y, la mayoría, con miedos. A esto se suma la gran inquietud que nosotros, los padres, sentíamos al dejarlos en este estado y en una clase que resultó ser casi el doble de numerosa que el ratio habitual del centro, cerca de 30 niños de primer año escolar reunidos en una única clase, con diferentes culturas o nacionalidades.

Pero iban pasando los días y nos dábamos cuenta de que estaban en las mejores manos, las tuyas, cariñosas y expertas en dar seguridad. Desde el principio derrochabas empatía, calma, ganas de enseñar… pero lo mejor de todo era el cariño y la sonrisa con la que los recibías cada mañana. No importaba el día o lo extensa que fuera la fila. Le echabas ganas, el doble si fuera necesario quizás, dadas las circunstancias. Todo avanzaba viento en popa cuando se cruzó la covid, un contexto nuevo y lleno de incertidumbre en este caso para todos los padres y maestros, pero sobre todo para unas criaturas que apenas han empezado a socializarse y a descubrir la escuela. Vivir encerrados en casa representó un mundo para los padres, pero ahí estabas tú de nuevo para amansar las aguas y darnos calma.

Trabajaste duro para que saliera todo adelante de la mejor manera y de forma muy dinámica. Nunca nos sentimos solos ni desamparados en esta compleja situación. Este año, el último curso de tu mano, volvimos al cole y nos topamos con nuevas normas de seguridad anticovid, que lograste que interiorizaran los casi 30 niños, adaptándolos con infinita paciencia al protocolo. Ellos tan pequeños e indefensos absorbían como esponjas tus indicaciones y se dejaban guiar. Cuando parecíamos encauzados, tienes la mala suerte de contagiarte de covid y cierran la clase. Ni estando enferma dejaste de trabajar desde casa ni de mostrar esa cercanía que te ha caracterizado desde el principio. Bache superado y seguimos adelante con más fuerza. Sin embargo, el destino es caprichoso y, casi en la recta final del curso y del ciclo de infantil, volvimos a tropezar.

Ahora parecía una pesadilla de la que no íbamos a despertar: varios niños del aula contagiados y el pueblo a la cabeza con una tasa de contagios altísima. Otra vez cierran la clase, y otra vez, con tu actitud, es fácil sobrellevarlo y ganarle el pulso al destino.

Hoy, después de todos los obstáculos y con una clase superpoblada, has llegado a la meta como una heroína, la de casi una treintena de familias que confiamos a ti para encomendarte a nuestros niños. Llevas preparando desde hace tiempo su graduación para que no falte un detalle, para que se sientan como los auténticos protagonistas de una película.

Con esta carta nosotros, sus padres, te queremos trasladar que estamos eternamente agradecidos por devolvernos a nuestros hijos muy preparados para empezar otra etapa, demostrándoles además una lección de vida: que no hay bache que no se pueda saltar, como siempre les has enseñado, con una sonrisa. ¡Te queremos, ‘seño’ Juani!

ELISA ISABEL LORCA MARTÍN, M. JOSÉ CORTEZ CORTEZ, M. JESÚS ESCOBAR MÁRQUEZ, PAQUI VEGA ARCO, ANA BELÉN CERVERA MÁRQUEZ, MARIBEL GUADIX VALENZUELA, ANTONIO JOSÉ ROBLES TIRADO, EVA IBÁÑEZ GRANADOS, M. REMEDIOS MÁRQUEZ FERNÁNDEZ, MIGUEL RAMÓN LEYVA ARROYO y JUAN MORALES CARRALCAZAR

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