He tenido recientemente la oportunidad de visitar el Museo de Ciencias IES Padre Suárez, una visita que me interesaba desde hacía años, por motivos concretos. Éstos, sin embargo, se han visto más que superados: lo que me he encontrado allí es una verdadera Cámara de las Maravillas, una de las últimas, una colección casi única, extraordinaria, representativa de todas las ciencias. Un lugar que, curiosamente, es prácticamente desconocido entre los granadinos, y que se mantiene vivo gracias al celo de un par de profesores del IES y a un precario presupuesto.
Los valores de esas ocho salas son muchos, porque son testimonio de cómo se ha ido creando y demostrando la Ciencia contemporánea. Pero más aún, dan cuenta también de cómo se ha ido contando. Desde un modelo expositivo que por desgracia casi se ha perdido por completo (¡ay, las modas!), este museo de ciencias lo es también de la docencia, una exhibición de cómo explicar las realidades más complejas. Y si todo esto no fuera suficiente, también se trata de un verdadero disfrute, de un lugar donde perderse sin tiempo y excitar la curiosidad, madre de tantas virtudes intelectuales. Es esta, quizá, la única baza que tiene hoy un profesor para rescatar a sus alumnos de tanta pantalla y despertar sus vocaciones.
Que la administración, en un enésimo ejercicio de amnesia, desprecie mantener algo que se ha ido construyendo con dinero público, poco a poco, desde hace más de cien años, no me sorprende. Que las autoridades locales no terminen de entender que una ciudad que es cada vez más de servicios, con especial peso del turismo, necesita diversificar sus puntos de interés y no estancarse en lo obvio, ya es más grave.
Pero lo que es terrible y, por desgracia, representativo de la empresa española, es que nadie del sector privado acuda a patrocinar una causa que puede distinguirle de una forma notable. La oportunidad de un mecenazgo como éste se presenta pocas veces. No me cabe duda de que en cualquier país de nuestro entorno este singular Museo de Ciencias estaría ya bajo la protección de una empresa sólida, con verdadera responsabilidad social… y con vista.
Carlos J. Irisarri
Profesor Deontología e Historia del Arte y Arquitectura
Departamento de Arquitectura
Escuela de Arquitectura, Ingeniería y Diseño
(Madrid)
Comentarios
Una respuesta a «Carlos Javier Irisarri: «El Museo de Ciencias del Padre Suárez: una maravilla»»
Muchas gracias, Antonio Arenas, por hacerte eco de la carta de Carlos Javier Irisarri, @irimarq.
Bien sabes que estamos «dejadillos de la mano de Dios».
Ojalá que nuestras administraciones y entidades privadas tengan vista y colaboren con nosotros para que el Museo de Ciencias del Instituto Histórico Padre Suárez de Granada pueda ser más conocido por toda la sociedad con un mayor horario de apertura y más recursos humanos.
En honor a la verdad, Fundación Unicaja sí que tuvo la vista de la que habla el autor de la carta y colaboró para que el Museo mejorase, y mucho, nuestras colecciones museísticas. También, gracias a esta fundación, se están llevando actuaciones importantes en nuestra Biblioteca Histórica.
Ojalá Fundación Unicaja colabore de forma permanente con nosotros, al igual que otras entidades, tanto públicas como privadas. Estoy seguro que, gracias a esta carta, estaremos más cerca de conseguirlo. Mientras tanto, los profesores responsables del Museo lucharemos con todas nuestras fuerzas, a pesar de los escasos recursos y apoyos institucionales, para que el Museo de Ciencias del Instituto Histórico Padre Suárez de Granada siga siendo ese «cuarto de las maravillas» que lo hace único.