Juan Franco: «Leyendas del tenis checo: Jan Kodes»

Días después de despachar mi artículo, dedicado a los ases de la raqueta de estas tierras centroeuropeas, llegaba otro comunicado que, al parecer, anduvo por esos mundos, precisamente en estos tiempos de pandemia y de restricciones de todo tipo por parte de nuestros políticos, por no decir de cancelación de derechos que están provocando irreparables daños en la salud mental del orbe, pero volvamos al tenis, una temática que se engrandece con esta pieza realizada para la Feria Internacional de Negocios y relacionada con el coleccionismo [generalmente, sellos, monedas, billetes, postales, minerales y otros materiales afines] denominada SBERATEL del 10 y 11 de septiembre del 2021 en los terrenos de la Expo Praga en Letnany.

Se trata de una pieza poco usual –si en el correo se ven pocas cartas con sellos, aún se ven menos tarjetas entero postales-, todo peor desde que, a algunos avispados, les dio por cobrar el coste de la tarjeta [al que también se le aplica el IVA] y con ello venderla por encima del poder liberatorio correspondiente, en este caso a 24 coronas [Tarifa B equivalente a 19 coronas, o sea, aproximadamente ¼ más de sobrecoste o el 25%] que permite su uso dentro del territorio checo aunque, frecuentemente, este tipo de piezas se comercializan en la muestra y los aficionados las cancelan allí mismo, mayoritariamente no circulan por el servicio postal sino que van directamente a los álbumes: negocio redondo, multipliquen por los habituales 5 o 10.000 ejemplares y verán la “cantidad” que se sacan sin tener que prestar servicio.

Se acabó aquello de antaño cuando disfrutábamos de tarjetas entero-postales bonificadas, aquí a pagar que la UE tiene necesidad de “pasta”. Lo dicho, teóricamente, vale hasta 50 gramos con lo que tendríamos que adherirla a un sobre para llegar a ese peso que todos pagan pero que raramente completamos cuando escribimos una misiva y, dependiendo del empleado que te encuentres, va y te dice que no puede adherir a un envío, sino que ha de circular “aislada” pero, si la certificas, y apoquinas los derechos correspondientes a esta categoría, entonces se le puede adherir lo que se quiera.

La tarjeta, en su lado izquierdo, va ilustrada con una foto del mítico e inolvidable Jan Kodes que aparece, sonriente, con un ramillete de raquetas –cuatro- y una sucinta biografía deportiva que hará las delicias de sus seguidores aunque, un clic hoy en día nos trae, de manera instantánea, la vida y milagros de infinidad de personajes o temáticas.

Kodes, para la gran mayoría, será una figura desconocida, para otros un nombre recurrente y, aún más, para los viejos oyentes de la popular Radio Praga que nos dejó huérfanos al abandonar, por imperativos de Bruselas, las emisiones de Onda Corta desde la República Checa [es posible seguirla de madrugada a través de la emisora WRMI desde Miami-Florida], sobre todo entre aquellos que disfrutábamos de sus emisiones en los 60 y 70 del pasado siglo. Entonces la emisora checoslovaca tenía un popular programa dedicado a la filatelia y poco después de salir de la escuela, que estaba a unos centenares de pasos de mi casa en el Callejón de la Parra [por eso se popularizó el calificativo de las Escuelas del Callejón, aunque oficialmente tengan un nombre más digno] al mediodía, sintonizaba con aquella vieja radio de ojo mágico y un cable, a modo de antena, que mi padre tenía extendido por el corral y que caía por el familiar tajo de Alhama.

El cornetín del jinete o postillón que anunciaba la llegada del correo, era el preludio de una entrega más de las Novedades Filatélicas a través de las ondas hertzianas, ibas tomando datos, escribías una carta y, con puntualidad alemana, por correo certificado llegaban, gratuitamente, los sobres de primer día correspondientes a las novedades del correo checo. Evidentemente, eran otros tiempos, o como diría el graffiti que se ha viralizado: “Antes estaba todo bien, pero era mentira. Ahora estamos mal pero es verdad”.
Jan Kodes nació el 2 de marzo de 1946 en Praga, inició su triunfal carrera en 1964 cuando alcanzó el campeonato juvenil de la entonces República Socialista de Checoslovaquia. Los dos años siguientes formó parte del equipo nacional que en dos ocasiones se hizo con la Gale Cup. Él fue el campeón checo en individuales en varias oportunidades 1966/67, 1969, 1972 y en dobles en 1969/70 y 1972. Su club era el Cechie Karlín y el I. CLFK de Stvanice desde donde saltaría al Sparta de Praga. La Copa Davis la ganaba en 1966, en un vibrante partido frente al representante austriaco, disputó 96 partidos en esa competición, salió victorioso en 59 oportunidades.

En Wimbledon ganó el de individuales en 1973, llegó a semifinales en 1972 y a cuartos en 1974. Ganaría el abierto de Francia en la edición de 1970/71 y otras dos veces el abierto de los Estados Unidos. En varias ocasiones jugó en España, una de ellas en Barcelona, en 1972 y, tres años después, lo haría en Madrid, ese año yo estaba en las aguas del banco sahariano como integrante de aquella célebre Marcha Verde que, todavía, trae cola en las legaciones diplomáticas. Kodes fue honrado con el Diploma Emil Zátopek y entró en la célebre categoría de Leyendas del Deporte Checo.

La zona destinada al sello aparece ilustrada con un viejo buzón de pared, por cierto, en la zona donde vivo, han desaparecido los buzones, incluso en la propia Oficina de Correos han tapado el hueco aprovechando una remodelación y uno se vuelve loco buscando un lugar en donde depositar sus misivas, una cosa tan sencilla como ir al estanco, comprar el sello y dejarla en el buzón amarillo, es ya imposible. Seguimos haciendo difícil lo fácil y, con ello, mareando la perdiz y complicando la vida, algo que a nuestra edad tampoco es baladí, igual piensan nuestros prebostes postales que es una manera de mantenernos sanos y activos formando colas para lo más inverosímil, algo que me devuelve a los tiempos pretéritos de la Unión Soviética, cuando alucinaba viendo “el paraíso de los trabajadores o la Patria del hombre nuevo”; sobre el fondo azul, sobresale el rampante y heráldico león del escudo nacional checo.

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Juan Franco Crespo

Maestro de Primaria, licenciado en Geografía

y estudios de doctorado en Historia de América.

Colaborador regular, desde los años 70, con publicaciones especializadas

del mundo de las comunicaciones y diferentes emisoras de radio internacionales.

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