Entre él y nosotros nos propusimos que una gran actividad lúdico/festiva, “La Fiesta de la Juventud”, viniera a romper la inercia con la que se movían los pueblerinos. Aunar los movimientos sociales de todas sus gentes que, aún impregnados hasta los genes, vivían en épocas pasadas, con costumbres y usos que ya no se llevaban ni nunca debieron existir.
Ver aquel gran grupo de juventud unida en lucha contra la adversidad de algo a lo que nunca se había enfrentado, era verdaderamente placentero. La capacidad demostrada para resolver problemas presentados solo era motivo de nuevo ímpetu para resolver los venideros. Aquello avanzaba.
Los permisos pertinentes de la Alcaldía y del Gobierno fueron otorgados, el ánimo crecía al igual que las estructuras de una gran verbena de la plaza que durante el cierre del evento funcionará.
El cura supo usar los medios adecuados para de forma atractiva y lúdica, ocio sano y otras muchas actividades culturales y deportivas y, en aquella amplia habitación que se construyó en la terraza de la iglesia y vecina del campanario supo agrupar en total armonía y sintonía social a casi, la totalidad de la juventud del pueblo. Hasta ahora se encontraba perdida, repartida y hasta dividida con algún enfrentamiento entre grupos distintos que enemigos eran de aquellos que sin saber el por qué, se odiaban y presumían de romper a los contrarios lo que hubieran organizado. La juventud dentro del pueblo se hallaba como en una diáspora local que impedía armonizar lo bueno de esa edad.
Con la inauguración del Teleclub aquello acabó y se formó una piña que no solo unió a ellos los jóvenes, sino que pasado unos meses el club ejercía su fuerza y logró apiñar en común a las jóvenes del lugar.
No cabe duda de que se logró un primer paso muy importante, la juventud dejó los bares, la juventud dejó las calles y todos aunados, chicos y chicas, -hasta entonces nunca había ocurrido- en el club se reunían disfrutando su buen mobiliario con que se había ornamentado y decorado, distintos sofás y sillones un gran televisor -muchos no lo tenían en casa- y un ambigú o pequeño bar con su frigorífico que se autogestionaba tan bien que, hubo veces que dinero sobrada en sus arqueos-.
Socialmente aquello crecía, una nueva juventud nacía, una nueva juventud se formaba se adapta a nuevas formas disfrutando a la vez de un nuevo ambiente.
La actividad del centro era muy dinámica, ahora era el momento de avanzar y lograr unir en sociedad a jóvenes con mayores. Una sociedad fundamentada en la armonía y comprensión de todos los vecinos de nuestro pueblo.
Por ello se recurrió a un lema: “Dar y recibir: Alegría, Amistad y Sinceridad”
¿Sería ‘La Fiesta de la Juventud’ un buen medio, un buen acierto? Por lo pronto todos participan.
Vimos como algunos chavales no socios del teleclub, el movimiento de organización les captó y atrajo y les hizo inscribirse con todos los demás.
La Junta directiva no dejaba de reunirse para llevar todo coordinado. En una de aquellas reuniones, quedamos enterados que dos o tres socios y ante la falta de arcos de alumbrado para la fiesta, ya que el ayuntamiento los alquilaba. Ellos, sin pensárselo dos veces se pusieron a fabricarlos, ofreciendo como punto de trabajo el Taller de los Troyas los cuales prestaron soldadoras y hasta los útiles de trabajo. Hicieron seis arcos, no les daba tiempo a más, por lo que se alquilaron otros pocos que pusimos en el centro del pueblo. Y con esa entrega lo fuimos logrando todo para la celebración de nuestra fiesta que haría de Benalúa de las Villas el epicentro como mínimo, regional.
En el centro social del teleclub se vivía un ambiente inmejorable de amistad, camaradería y participación.
Las charlas y tertulias entre ellos habían madurado. ahora todos hablaban de su preparación y ritmo de su grupo de trabajo adjudicado. Estudian problemas, comparan experiencias y todos aprenden del otro lo bueno, para aceptarlo. Pero además de dinamismo laboral en los preparativos, había otros que no eran secretos para nadie.
Algo flotaba en el ambiente que hacía pensar en que allí el amor estaba presente. La actividad y movimiento festivo preparando el evento lo despertó. Era evidente, visible, tan romántico y claro que todos sabíamos de lo nacido entre ambos. Eran una gran pareja. Mati y Juan, ejemplo de chicos guapos muy participativos y entregados.
Las miradas cruzadas entre ambos serían motivo de curiosa y sana observación del resto de socios que en algo envidiaban aquello tan hermoso que nacía entre ambos. Mati y Juan.
Celebramos la reunión de todos los viernes, en que nos reuníamos en la sala social del teleclub. Don Francisco expuso que todo iba a muy buen ritmo, que cumplíamos los tiempos. Los jefes de grupo hicieron una rápida y breve exposición de lo ejecutado, tan solo el grupo encargado de las relaciones exteriores iba algo más atrasado, lógico ya que habían de hacer muchos viajes a los futuros pueblos que serían invitados, con ellos acordaban el motivo de tal invitación y la participación y representación en el acto que habría en Benalúa.
El director nos expuso que al día siguiente junto con el presidente irían a Madrid al Ministerio de Interior a arreglar ciertos asuntos del Teleclub para lo que habían conseguido que, por unos minutos, les atendiera el Sr. ministro. Algo relacionado con el nombramiento de Teleclub Comarcal, por haber dado ejemplo de funcionamiento perfecto, por ello dispondría el Ministerio elevar la categoría de nuestro centro.
Los pueblos vecinos, responden. Campotéjar, Montillana, Colomera y Torre Cardela, fueron de los primeros seguidos de Guadix y otros de Almería que con nosotros estarían en dicho evento. Se esperaban y vinieron muchos más pueblos, la afluencia ya sabíamos que sería masiva.
El salón de actos parroquial se sometió a su acondicionado si bien la mayoría de los actos se celebrarían en la Plaza de España, más cómodo y asegurado su aforo.
Cual si fueran las fiestas del pueblo todas las señoras blanquearon sus fachadas de blanco andaluz lo hicieron de cal y para ello, hasta vino el blanqueador Arturo, aquel que todos los años venía a las fiestas de San Sebastián. El pueblo relucía.
Estábamos notando que nuestra Fiesta de la Juventud saldría ganando a las fiestas oficiales del pueblo, en organización, participación y desarrollo.
Continuará:/…
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Inspector jubilado de la Policía Local de Granada y
Autor del libro ‘El amanecer con humo’
Comentarios
2 respuestas a «Gregorio Martín García: «Teleclub de Benalúa de las Villas: La fiesta de la juventud y su Toro Chispas, 2/7»»
TELECLUB, esta organización juvenil creada y bien dirigida en principio como un punto de encuentro para la juventud qué estaba un poco sin un norte y un poco con el rumbo perdido de el ( TELECLUB) de él salieron grupos de todas las actividades culturales tan necesarias Para una juventud llamada a ser la fuerza y el espíritu que en cierto modo puso a Benalua en él espejo qué se miraron los pueblos vecinos y qué esos jóvenes hoy ya mas maduritos han sido y lo son el orgullo del pueblo buen trabajo Gregorio
Sr. Paco, eres un experto en hacer comentarios. Efectivamente. El pueblo, Benalúa ganó mucho con aquel movimiento juvenil de final de los cincuenta y de los sesenta del siglo pasado, aquello fue creado y dirigido por D. Francisco Lombardo. Y como dices, se logró una revolución de la actitud de la juventud. Despertamos y vimos nuevos caminos , nuevos horizontes y otra sociedad mas acorde con los tiempos. Los años del Teleclub social y cultural de Benalúa de las Villas son los que aun marcan el antes y el después. Un abrazo