Dejad el balcón abierto
que el poeta está aún dormido;
quiere descansar un rato,
unos minutos, un siglo,
pero el balcón, siempre abierto,
que le gusta a Federico
asomarse cuando cantan
los jilgueros y el cuclillo.
Dejad el balcón abierto
para que vea Federico
al Amargo y al Camborio
cruzarse por los caminos;
y a Mariana y a Bernarda
y a Yerma soñando un hijo;
y a Leonardo y a la Novia
en el vaivén del destino.
Dejad el balcón abierto,
que en el momento preciso
llegará doña Rosita
delicada como un lirio;
y también la Zapatera
discutiendo con don Mirlo,
y, luego, don Perlimplín
con su traje de domingo;
y vendrá la Argentinita,
entre ramos de jacintos,
cantando el dulce romance
de los dos pelegrinitos.
Dejad el balcón abierto
para que entre el aire frío.
A las cinco estarán todos
esperando a Federico;
vendrán cruzando la vega
por las choperas del río
o bajarán de la sierra
con ramitos de tomillo.
A las cinco estarán todos,
inquietos como los niños,
ansiosos por escuchar
la risa de Federico.
Dejad el balcón abierto,
que ya son casi las cinco
y a las cinco de la tarde
despertará Federico.
[FINAL DE LA SERIE ‘CONOCER A FEDERICO’. Próxima serie: ROMANCERO DE PERSONAJES GRANADINOS. ]
Ver romances anteriores de CONOCER A FEDERICO
6. García Lorca y Manuel de Falla
14. La Barraca
15. Bodas de sangre
17. Llanto por Ignacio Sánchez Mejías
18. Yerma
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