UNA SEMANA REDONDA
José Federico Barcelona.
Sonámbulos Ediciones. 2ª edición enero 2025.
¿Puede una breve obra literaria abordar temáticas de enorme actualidad, así como problemas universales de la humanidad, reflejar con profundidad dificultades de la vida cotidiana de un anciano, y ser una joya por la forma en que está escrita?
La respuesta afirmativa a esta cuestión nos la ofrece el libro de cuentos “Una semana redonda” de José Federico Barcelona, que obtuvo el I Premio Internacional de Cuento Universidad de Antioquia (UdeA)-Premios Nacionales de Cultura en Colombia, en 2021. Fue publicado en 2022 por la editorial Universidad de Antioquia, y ha tardado casi dos años en poder ser publicado en España por Sonámbulos Ediciones (1ª edición septiembre 2024, 2ª edición enero 2025).
Un premio cuyo jurado estuvo formado por Leonardo Padura (Premio Princesa de Asturias, Nacional de Narrativa de Cuba y Hammet, entre otros), la escritora argentina Perla Suez (Premio Rómulo Gallegos, Sor Juana Inés de la Cruz y Nacional de Novela de Argentina, etc) y por el profesor de literatura de la UdeA y escritor Pablo Montoya (Premio Rómulo Gallegos y José Donoso, etc), ya es de por sí garantía de la calidad literaria de este libro, y más aún si al mismo concurrieron más de 600 obras. En la contraportada, firmada por Leonardo Padura, leemos que en su precisa brevedad, estos cuentos de José Federico Barcelona recorren con delicadeza y hondura las circunstancias y el pensamiento de un anciano que no se doblega, abordando temas tan actuales como la violencia de género, el poder autoritario, la inmigración, los cuidados y la dependencia, y tan universales como el amor, la soledad, la amistad, la memoria, la muerte o los hijos.
En la reciente edición, encontramos una cita inicial de Joan Margarit, que en su concisión incluye buena parte del contenido del libro: Porque, cuanto más viejo me hago, no reconozco otra aventura que valga tanto la pena como la de la propia vida. Ni otra posibilidad de consuelo que la de administrar el propio deseo y –¿por qué no?– el propio fracaso.

La literatura supone una plataforma excelente para reflexionar sobre los acontecimientos, los conflictos, calamidades que atraviesan a las personas y a las sociedades; y hacerlo a través de las historias personales, nos ayuda a entender mucho mejor el mundo en el que vivimos. Una semana redonda nace durante la pandemia, por lo que la crítica social en torno a la vejez y la vulnerabilidad de un colectivo de personas mayores, que fue terriblemente desatendido en esos momentos, es también un tema imprescindible en este libro.
Respecto a la estructura, el libro lo conforman siete cuentos, que a pesar de ser independientes y que pueden ser leídos por separado, están interconectados entre sí, ya que cada uno de ellos aborda un día en la vida del mismo anciano durante una semana. Los relatos tienen autonomía e independencia leídos por separado, pero mantienen un hilo conductor durante todo el libro, adquiriendo una gran coherencia. Con un indiscutible fondo crítico, Una semana redonda da una vuelta a esas realidades de nuestra sociedad actual, que nos afectan a todos como colectividad y que se invisibilizan, como la ancianidad. Unas historias repletas de sutilezas y de grandes momentos que nos han emocionado, entristecido, enojado, nos han hecho llorar, pero también nos han hecho reír. Una lectura, que abre la puerta y espacio para la reflexión, apelando a la humanidad del lector y despertando su empatía, según Concepción Martínez, coordinadora del club de lectura de La Unión, La lectura nos une.

Podríamos pensar que se trata de una estructura cronológica lineal, pero realmente se acerca más a una estructura in media res. Y será un reto para el lector averiguar en qué día de la semana se inicia la misma. Aunque la comprensión de cada relato nos parecerá completa, no será sino hasta leer el último de ellos cuando se alcance a interpretar y dar sentido a multitud de detalles que el autor con gran ingenio nos ha ido dejando como pinceladas inconexas, que se rebelarán en toda su magnitud al concluir la lectura. Al finalizarla, se deseará hacer cuanto antes una segunda para dar sentido pleno a todos estos detalles y recrearse en la comprensión de los mismos. Una prosa deliciosa, una descripción rica, sensible y profunda, pero en lenguaje sencillo, y varias sorpresas que nos sacan una sonrisa, leemos en la reseña de la Sociedad de Amigos de Quiñones de Cádiz, tras la primera presentación del mismo.
Cada cuento se inicia con una cita de una obra de Shakespeare, excelentemente elegida, pues encierra y contiene algunos de los temas que se desarrollarán en el relato. Estos guiños a la obra shakespeariana se dejan ver en otros detalles, como por ejemplo en la similitud de los nombres de algunos personajes.

A través de cada día en la vida de este anciano, conoceremos algunas de las problemáticas asociadas a la vejez, algunas de las dificultades que la limitan, como la (des)memoria, las relaciones con los hijos o con antiguos amores, las dificultades en la movilidad, etc. Todo ello escrito con tal maestría, que hace que aparezcan con absoluta naturalidad a través del pensamiento y los actos del anciano protagonista, narrador en primera persona. Esta elección, imprime a la obra una fuerza incuestionable, ya que vamos a acompañar al “abuelo” en cada uno de los días de esa semana, en la que nos llevará al vértigo emocional en algunos momentos, en otros nos conmoverá o incluso logrará enfadarnos, y a veces nos arrancará una sonora carcajada. Serán muchos los momentos difíciles en esta semana en la que acompañaremos al protagonista en sus vicisitudes. Pero sobre todo, nos hará partícipes en primera persona de la dignidad y la fragilidad con la que afronta el último tramo de su vida. Conoceremos de primera mano lo que piensa de algunos de los personajes que lo rodean, entrañables algunos y desdeñables otros, sus opiniones respecto a diferentes temas, de modo que, a pesar de su carácter, difícil a veces y tierno otras, vamos a simpatizar con este peculiar personaje, e incluso vamos a comprender algunas de sus acciones no siempre justificables. Nos parecerá en ocasiones una especie de Quijote que actuará con determinación ante causas que le parecen justas.

El autor ha creado un protagonista potente e inolvidable con una personalidad fuerte y llena de matices; un personaje resistente, incómodo a veces, tierno, sensible, frágil, crítico, reflexivo,…que encara su vejez con estoicismo y mucha dignidad y que es capaz de matizar la gravedad de lo que cuenta, a través del humor, la ironía y muchas dosis de sarcasmo y que, aunque piensa en la vejez y en la muerte, para nada es un personaje sombrío; por el contrario, es un personaje inconformista que se enfrenta a esas personas que ensombrecen y menosprecian la vejez, que confronta la frialdad e indiferencia de las instituciones que actúan desde el poder y se revuelve ante la falta de comprensión y empatía con los más desfavorecidos, en palabras de Chon Sarmiento, coordinadora del Club de Lectura Mainake de Vélez Málaga.

Nos encontramos con una prosa sorprendente, tanto por la precisión en la elección de cada palabra, como por la inteligencia con la que el autor construye la narración. Destaca su maestría para describir ambientes y personajes, los detalles para construir situaciones, así como el recurso al humor irónico, a los monólogos del protagonista, a los diálogos, en los que utiliza una asombrosa fórmula narrativa no dialogada, aunque parezca paradójico. El autor utiliza los recursos literarios con la precisión de un cirujano cardiovascular, pero con la sensibilidad de ese poeta que lleva dentro y de la que destila una prosa poética que nos invita a reflexionar sobre temas universales desde la mirada de un abuelo atípico y sus protagonistas, con el edadismo como telón de fondo para sus siete relatos. Reúne en su narración lo que debe tener un buen relato: ritmo, adjetivación precisa, la discordancia, los conflictos y la tensión dramática, el lirismo contenido o el uso justo de metáforas como un maestro pastelero con sus creaciones. Un dulce literario para degustar sin prisa, según Javier Lima, miembro fundador de la asociación Marbella Activa.

El autor
Se trata del segundo libro de relatos de este autor que prácticamente acaba de irrumpir en el panorama literario. José Federico Barcelona nació en La Unión (Murcia) y llegó a Granada en 1974 para estudiar Biología. Y en Granada se ha quedado donde durante toda su vida laboral en la que ha sido docente de educación infantil en lo que fuera el Patronato Municipal de Escuelas Infantiles, actual Fundación Granada Educa. Por ello, no es de extrañar que su primer libro publicado haya sido un álbum infantil ilustrado, El oso blanco y la hormiguita. Historia que él contó durante años a su pequeño y atento alumnado, y que finalmente vio publicado en 2020.

Su segunda obra publicada, y a la vez primer libro de relatos, “Transterrados y durmientes”, en la que aparecen numerosos relatos premiados en diferentes certámenes, fue finalista en los Premios Andalucía de la Crítica en 2023. En palabras del autor, la literatura es un hecho histórico, que debe dar cuenta de los problemas del tiempo que nos ha tocado vivir, y buena cuenta de ello dan sus dos libros de relatos publicados hasta el momento. Además de ser obras magníficamente escritas, afrontan de lleno muchos conflictos de plena actualidad.
Ojalá esta pequeña gran obra llegue al mayor número posible de lectores, amantes de la buena literatura, pues disfrutarán de un magnífico libro. El próximo, 24 de enero, a las siete de la tarde, de la mano del prestigioso Club de Lecturas Críticas del Ateneo de Granada, habrá una oportunidad de conversar en torno a este libro con el autor.

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