Ahinoa en el huerto escolar, portando una caja con brócoli :: Raúl Cerezo García

Raúl Cerezo García: «Del otoño a la primavera: Cultivando un huerto todo el año»

En el huerto escolar del CEIP Federico García Lorca de Olivares, la vida empieza a brotar de todo lo sembrado en octubre. Tras un duro invierno, el huerto se llena de color y vitalidad: las plantas han crecido, las flores comienzan a adornarlas, los insectos llegan para polinizarlas y los primeros frutos asoman entre el follaje.

Realizamos un balance de la evolución de nuestro huerto escolar durante estos cinco meses. Lo que antes era un terreno árido y sin vida, hoy se ha transformado en un espacio rebosante de color, alegría y naturaleza en su máximo esplendor.

Los guisantes han florecido, anunciando la llegada de sus vainas repletas de esas deliciosas bolitas verdes que tanto disfrutamos en los recreos. ¡Nada que ver con los guisantes en lata, que no nos gustan nada!

Las plantas de zanahoria se han extendido, cubriendo por completo los lomos de tierra, mientras que los surcos de ajo nos regalan su inconfundible aroma cada mañana. Las coliflores comienzan a formarse, desplegándose como una luna creciente en el firmamento terrenal, y su prima, la col, capa a capa, empieza a armar el corazón. Entre las plantas, asoman vigorosos nuestros brócolis, con los que pronto prepararemos bases de pizzas saludables.

Surco de ajos en el huerto escolar :: R.C.G.

Un mar de plantas de habas, cargadas con sus flores características, generalmente de color blanco y y manchas oscuras, nos llenan de alegría, pues dentro de poco disfrutaremos de unas deliciosas habas con tocino. Y, los tulipanes ya están brotando, preparándose para florecer y deleitarnos con un toque de color y belleza.

Es maravilloso ver cómo nuestro huerto se ha transformado en un refugio de paz y tranquilidad, un rincón lleno de vida que nos conecta con la naturaleza y su ciclo infinito.

No solo disfrutamos de la belleza del paisaje, sino que también tenemos el privilegio de observar a los abejorros negros, cuyos reflejos metálicos azulados o violáceos en las alas los convierten en un espectáculo mientras revolotean de flor en flor. ¡Ya son tres los que nos visitan a diario! Junto a ellos, las abejas llegan en grandes cantidades para recolectar el néctar de las flores, que luego se transformará en deliciosa miel, un verdadero tesoro para los apicultores de la zona. También las mariposas, en especial la mariposa ortiguera, se han convertido en aliadas inseparables de nuestro huerto, mientras que la mosca de las flores, regordeta y esbelta, se deja ver con frecuencia, confundida a veces con las abejas. Otro descubrimiento de gran importancia son las mariquitas, pequeños coleópteros de cuerpo redondeado y colores vibrantes, cuya presencia resulta muy valorada en la agricultura. Cada uno de estos insectos desempeña un papel fundamental en nuestro huerto y en el equilibrio natural, formando parte esencial de la base de la

Instantánea de un abejorro posado en las plantas del huerto escolar :: R.C.G.

Sin embargo, no todo son buenas noticias en nuestro huerto. En un espacio ecológico, no pueden faltar pequeñas plagas, como los pulgones negros que afectan a las habas. Para controlarlos, estamos utilizando una fórmula casera y biodegradable hecha con jabón de sosa y agua, que aplicamos semanalmente para evitar que proliferen. Además, encontramos grandes agujeros en las hojas de las plantas de alcachofa, probablemente causados por caracoles y babosas. Como podéis ver, en este pequeño espacio de apenas 50 metros cuadrados, la naturaleza nos ofrece tanto sus maravillas como sus retos.

Pulgón negro en las habas del huerto escolar :: R.C.G.
Iker aplicando insecticida biodegradable casero sobre las habas del huerto escolar :: R.C.G.

Mientras disfrutamos de los sabores y colores que nos brindan las hortalizas de otoño, ya hemos comenzado a planificar el huerto de primavera. Para ello, iniciamos la siembra en bandejas de germinación, utilizando tanto plásticos resistentes como cartones de huevos reciclados. En ellas cultivamos una variedad de hortalizas y plantas aromáticas, como acelgas, espinacas, tomates, lechuga romana, guisantes, pimientos rojos y verdes, judías, caléndulas, poleo, manzanilla, albahaca y valeriana. Una vez que las semillas germinen y se conviertan en plantas fuertes y saludables, serán trasplantadas al huerto, donde continuarán su crecimiento en el terreno.

Alumnado de Educación Infantil preparando los semilleros con diversas semillas y realizando su mantenimiento :: María Belén Soldado Leyva

Durante febrero, aprovechamos la abundancia de caléndulas silvestres en distintos rincones de nuestro pueblo para realizar pequeñas caminatas, identificarlas y recolectarlas. Tras un proceso de secado y maceración en aceite de oliva, utilizaremos estas flores para elaborar jabones con base de glicerina. La caléndula es reconocida por sus numerosos beneficios para la salud y el cuidado de la piel, gracias a sus propiedades digestivas, relajantes, hepatoprotectoras, reguladoras del ciclo menstrual, inmunoestimulantes, cicatrizantes, regeneradoras, antiinflamatorias, antisépticas, antibacterianas, hidratantes y calmantes.

Alumnado del segundo ciclo de Educación Primaria recolectando flores de caléndulas : R.C.G.

Uno de los trabajos clave que estamos realizando es la recopilación de datos para diseñar la siembra de primavera en el huerto. Nuestro objetivo es convertir un huerto tradicional en un huerto sensorial, organizándolo en cuatro zonas bien definidas. Para ello, estamos tomando medidas y planificando la expansión hacia el terraplén, un área que hasta ahora no habíamos podido aprovechar. Este espacio será acondicionado para la primavera, ofreciendo más superficie para el cultivo y enriqueciendo la experiencia sensorial del huerto.

Alumnas de Educación Secundaria tomando medidas del huerto :: Eva María Burgos Camacho

El huerto incluirá pequeños caminos que facilitarán el acceso y permitirán interactuar con todo lo que ofrece. Además, plantaremos árboles frutales como limoneros, manzanos, parras, granados y diversas variedades de olivos de aceituna de verdeo, continuando así con nuestro proyecto “El olivar, riqueza natural”, que hemos venido desarrollando en años anteriores.

El diseño del huerto contempla cuatro áreas separadas por pasillos, cada una destinada a un tipo de cultivo con características similares: plantas de fruto, de hoja, leguminosas, y de raíz y tubérculos. Este enfoque favorecerá la práctica de la agricultura rotativa, aprovechando los beneficios que esta técnica aporta al suelo y a los cultivos. Además, se incorporarán árboles frutales que funcionarán como cercos naturales, sin obstruir la luz solar necesaria para el crecimiento de los cultivos. A lo largo del cerco natural, también se incluirán plantas de aloe vera y alcachofa, que, debido a su tamaño y su demanda de espacio, se beneficiarán del entorno soleado sin competir por luz con las plantas principales del huerto. Este diseño integrador permitirá un equilibrio natural entre las distintas especies, favoreciendo la biodiversidad y la sostenibilidad del huerto.

En el terraplén que estamos acondicionando para ampliar el huerto, se está sembrando una planta rastrera de la familia de las Convolvulaceae, ampliamente utilizada como cobertura de suelo en jardines y céspedes, con el objetivo de prevenir la erosión. Asimismo, se están construyendo caminos que permitirán al alumnado recorrer las diferentes zonas del huerto de manera segura y en armonía con la naturaleza circundante. Un pequeño muro de piedras, bloques y bordillos reciclados servirá como contención de la tierra fértil. En esta área, plantaremos parras y diversas especies aromáticas, creando un espacio complementario al huerto que, además, servirá como refugio para atraer insectos beneficiosos.

Alumnos del primer ciclo de Educación Primaria trabajando en la construcción de un pequeño muro de contención :: R.C.G.

Hemos tomado muestras del terreno para analizarlas de manera casera, utilizando agua, vinagre y bicarbonato, con el propósito de determinar si la tierra es adecuada para el cultivo o si requiere ajustes en sus nutrientes. Además, se construirá una compostera casera donde el alumnado podrá observar de primera mano el proceso de descomposición de la materia orgánica y aprender a elaborar una turba rica en nutrientes para enriquecer el suelo del huerto. Principalmente, se utilizarán los desechos orgánicos generados por el alumnado, como restos de frutas, cáscaras de huevo, verduras, hojas secas y pasto, evitando añadir carnes, lácteos y aceites para prevenir malos olores y la atracción de plagas.

Alumnas analizando diferentes muestras de tierra del huerto :: E.M.B.C.

Finalmente, dentro del diseño del huerto, se construirá un pequeño escondite (hide) y una charca utilizando materiales reciclados como palets, piedras, tierra, arena, lonas de plástico, troncos y ramas secas. Este espacio servirá para realizar observaciones y tomar imágenes de la flora y la fauna sin perturbar el curso natural del huerto. Además, se instalará una caseta meteorológica analógica, donde el alumnado podrá registrar datos sobre el viento, la presión atmosférica, la temperatura y las precipitaciones, facilitando así la realización de estudios y la elaboración de climogramas.

En conclusión, el huerto escolar ofrece una oportunidad infinita para trabajar una amplia variedad de contenidos de manera transversal, abarcando áreas como Matemáticas, Lengua, Conocimiento del Medio y Educación Física, entre otras. Es, sin duda, un recurso esencial y valioso para el desarrollo integral de nuestro alumnado.

Raúl Cerezo García

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