Por las veteranas puertas de la Sala Máxima del Espacio V Centenario desfilaba, este miércoles 4 de junio, algo más que un grupo de estudiantes: entraban los sueños, la pasión y el compromiso con el conocimiento de quienes saben que nunca es tarde para aprender. El Aula Permanente de Formación Abierta (APFA) de la Universidad de Granada clausuraba el curso 2024-2025, y celebraba, con emoción y orgullo, la graduación de la promoción 2022-2025.
En un ambiente cargado de emoción, sonrisas, nervios y orgullo contenido, el acto fue presidido por el Rector Magnífico de la Universidad de Granada, Pedro Mercado, acompañado por el Vicerrector de Estudiantes y Vida Universitaria, Juan Luis Benítez, el director del APFA, Juan Antonio Maldonado, y la subdirectora Carmen Caballero. Una representación institucional que ponía en evidencia el respaldo firme de la Universidad a un proyecto que es mucho más que un programa educativo: es una celebración de la vida en su versión más activa y consciente.
“El conocimiento es un tesoro que puede enriquecer en cualquier etapa de la vida”, recordaba con emoción Maldonado Jurado, visiblemente emocionado al dirigirse a un auditorio repleto de personas que, con más juventud acumulada que arrugas, han demostrado que la plenitud no se mide en títulos, sino en la intensidad del deseo de aprender.

Uno de los momentos más entrañables fue la entrega de becas y diplomas. Carmen Caballero, subdirectora del APFA, fue la encargada de ir nombrando a las personas graduadas, cada nombre pronunciado traía consigo una historia de esfuerzo, ilusión y compromiso con el saber. Aplausos, abrazos y miradas cómplices llenaron el espacio.
Y entre quienes más aplaudían estaban ellos: el profesorado del APFA. También presentes en la ceremonia, compartieron la emoción del momento con su alumnado, con quienes han tejido, a lo largo del curso, una relación profundamente enriquecedora. Porque en este programa, el aprendizaje fluye en ambas direcciones: son muchos los docentes que confiesan que enseñar al alumnado sénior no solo es un placer, sino también una fuente constante de inspiración, sabiduría vital y humanidad. Un aula donde no solo se enseña: también se aprende a mirar la vida con otros ojos.

El alma del evento no solo estuvo en las palabras, sino también en el arte. A continuación, el telón se levantó para acoger la representación teatral Hoy Molière, una divertida y brillante puesta en escena a cargo del Taller de Artes Escénicas y Escenografía, dirigido por Oren Moreno. El talento y el entusiasmo del alumnado arrancaron carcajadas, aplausos y, por qué no, alguna lágrima de admiración.
Y si el teatro emocionó, el broche musical del acto fue pura emoción colectiva. El coro del APFA, dirigido por Pedro Antonio Pérez Hinojosa, hizo vibrar el espacio con su repertorio, culminando con el eterno Gaudeamus Igitur, himno académico por excelencia, entonado al unísono por todos los presentes. Un canto a la alegría del saber, a la madurez vivida con entusiasmo, y al vínculo profundo entre Universidad y ciudadanía.

Porque el APFA no es solo un aula: es una comunidad viva, vibrante, con un programa diverso que incluye grupos de investigación, exposiciones, seminarios, debates, talleres y vivencias compartidas. Es un espacio donde aprender se convierte en un acto de libertad, de curiosidad, de celebración de la vida en todas sus etapas.
“Aprender es una forma de estar en el mundo”, recordó el rector Pedro Mercado, reconociendo el papel motivador del alumnado sénior para toda la comunidad universitaria. Y en ese mundo que aprende, el APFA brilla como faro de compromiso, dignidad y entusiasmo.

Que este acto sirva de testimonio: la educación no tiene fecha de caducidad. Y en la Universidad de Granada, el conocimiento sigue siendo un puente entre generaciones, un refugio para la curiosidad y un hogar para quienes, a cualquier edad, siguen creyendo que el futuro se escribe cada día.
José Rodríguez Sánchez
Presidente de ALUMA

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