Llegan las vacaciones de verano y las familias se preguntan qué hacer con los niños durante los meses de verano. Desde la escuela se dan mil recomendaciones de deberes, repaso de conocimientos, etc. Pero a mi modo de ver lo mas importante es que el alumnado descanse, disfrute de la naturaleza, disfrute del tiempo en familia y dentro de ese disfrute estaría bien que el profesorado incluyera en sus recomendaciones a las familias la práctica de la lectura. La práctica de la lectura entendida como un tiempo de gozo con los libros. Una buena relación de libros adecuados a la edad del alumnado y algunas pautas para fomentar el hábito lector durante las vacaciones. Enfocar la lectura como una parte mas de la diversión en periodo vacacional. Para que la lectura se convierta en una actividad de goce y disfrute es fundamental la actitud, la participación y el compromiso de la familia.
De niña, recuerdo aquellas tardes de verano cuando la hora de la siesta era sagrada y no se podía hacer ruido en la casa. En aquellos ratos cuando el sueño no quería venir mi imaginación se disparaba e inventaba historias imaginarias en la penumbra. Más tarde, cuando ya leía con soltura, dedicaba la hora de la siesta veraniega a leer. Entonces, esa hora se convirtió en un tiempo de verdadero disfrute, una vía de escape para viajar a otros mundos. Fueron de gran utilidad las recomendaciones de mis maestros. Disponer de una biblioteca publica bien surtida, de la que podía sacar libros según mis propios gustos, fue el mejor de los recursos. Disfrutar de la lectura puede formar parte del ocio de un buen plan de vacaciones y de camino vamos desarrollando nuevas conexiones sinápticas. Hasta ahora, poco o nada se nos habla de la relación que hay entre lectura y salud mental y de cómo influye la lectura en nuestro desarrollo neuronal. Creo que es muy importante que los docentes conozcamos este aspecto de la lectura y lo transmitamos a las familias.
El entorno familiar es el más idóneo para iniciar a los niños y niñas en el gusto por la lectura, ya que cuanto antes aprendan a disfrutar de lo que leen esto supone entrar en el mundo de la alfabetización de manera asertiva. Durante los primeros estadios del aprendizaje de la lectura, la escuela debe apoyar y fomentar la inclusión y participación activa de las familias en el fomento del gusto por la lectura.
Cuando el primer contacto de la lectura viene de la mano de la familia y se asocia a momentos de disfrute y afecto como leer un cuento, en compañía de los abuelos, de mamá, papá o de un hermano o hermana mayor, estamos poniendo las bases para que la lectura se asocie con una experiencia afectiva positiva. Esto disfrute despierta en el aprendiz de lector una actitud de deseo y apertura positiva con respecto al desarrollo del proceso lector. Esa lectura compartida, entre otros beneficios, aporta un desarrollo emocional mas estable y seguridad en si mismos a nuestros niños y niñas.

“El placer de leer es doble cuando se vive con otra persona con la que compartir los libros” Katherine Mansfield. (Escritora neozelandesa)
La participación activa de los padres en el fomento y desarrollo de buenos hábitos lectores es crucial en todas las etapas educativas y no solo en los inicios. Compartir lecturas, comentarlas, hablar con nuestros hijos de lo que leen, interesarnos por sus gustos…todo eso contribuye a que la lectura forme parte de la vida cotidiana de manera natural. Al igual que reservamos un tiempo para comer hemos de crear un tiempo diario para la lectura también en vacaciones. Un tiempo que puede ser compatible con cualquier espacio. Lo importante es transmitir pasión por los libros y por la lectura. El uso de la Biblioteca pública se convierte en un gran aliado de las familias, proporcionando una gran cantidad y variedad de libros, sin tener que hacer ningún gasto ni inversión en la adquisición de los mismos. Visitar la Biblioteca en compañía de algún familiar también puede suponer para nuestros niños y niñas, la oportunidad de desarrollar un buen hábito y la ocasión de compartir un momento entrañable con cualquier componente de la familia.
“Hay muchas maneras de agrandar el mundo de tus hijos. El amor por los libros es la mejor de todas”. Jacqueline Kennedy
Siesta
La cálida y sudorosa atmósfera
se difumina en la estancia.
Es el letargo de la siesta.
Sombras desdibujadas
y tímidos senderos de luz
se cuelan por las rendijas.
Carrusel multicolor cobrando vida.
En el silencio moran inquietas fantasías,
héroes de éter, personajes de fábula,
mundos diminutos y secretos.
Los ojos infantes, abiertos de par en par,
viven tardes de fiesta.
Un circo con leones de plata,
marionetas de purpurina,
hadas color viento,
duendes de esmeralda…
Cada tarde, con la respiración contenida,
contempla su secreto el corazón infante.
Es la hora de la siesta
y por las rendijas de la ventana
se cuela una feria.
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