Hasta que el gobierno de Zapatero cerrara Crónica Filatélica, mantenía una sección titulada Islas del Mundo. Un reto que me permitía viajar a lugares remotos gracias a los sellos. Desde Robinson Crusoe al Tin Can Mail [o sea desde Chile a las Tonga] por ejemplo.
Digamos que la estampilla era el acicate para meternos en la aventura de montar un artículo media docenas de veces al año… hasta que, la mejor revista de filatelia que había tenido este país, dejó de tener su cita mensual.
Más o menos nos pasó como con el Banco Español de Crédito o BANESTO que explotó un día de los Inocentes que, casualmente, estaba en Alhama: era el 28 de diciembre de 1993. Nunca se recuperó de la estocada. Lo mismo pasó con la revista en el primer lustro del XXI , venía colaborando desde sus primeros números.

Las islas siempre me atraparon y hoy recupero esa parcela aprovechando la emisión del correo australiano que acaba de dedicar tres faciales de la tarifa básica nacional, o sea de 1,50$. Iniciemos ese fantástico viaje a nuestras antípodas comenzando con K’gari o Fraser Island en Queensland, considerada la isla arenosa más grande del mundo, tiene más de 120 kilómetros de longitud y paradisíaca configuración para los amantes de las playas, en total 1.655 kilómetros cuadrados, su capital es Eurong que, en el censo de 2021, tenía la friolera de once habitantes que viven lejos del mundanal ruido en este apartado rincón del Mar de Coral: todo un contraste si comparamos con la época de máxima población -apenas medio centenar- que era el personal que explotaba la madera y apenas mantenía contacto con tierra firme con Maryborough, cada dos semanas se desplazaban para el correspondiente avituallamiento, hoy apenas viven una quinta parte de aquellos momentos pero llegan turistas por centenares, desde 1937, descubren las peculiaridades y paradisíacas prestaciones de una tierra que tiene unas playas de ensueño y nunca se llenan a las que tampoco les falta la arena que permite al personal ponerse moreno. Constatar que Australia es uno de los lugares del mundo donde hay más cáncer de piel, la estampilla muestra la exótica y solitaria playa con un par de arbolillos.

El siguiente efecto está dedicado a Lord Howe, se localiza unos 600 kilómetros al este de Australia, el grupo fue incluido en el Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1982 gracias a su belleza y sorprendente biodiversidad que incluye un flamante parque marino creado en 1999. En esta zona del Mar de Tasmania encontramos la isla de 14,5 kilómetros cuadrados, un destino bastante exclusivo para los australianos; en el censo del 2021 apenas llegaba a 445 habitantes y todo el que llega a este rincón del Pacífico debe llevar el billete de retorno.
Se descubrió el 3 de mayo de 1778 cuando recaló el HMS Suply que realizaba una singladura desde Botany Bay a la isla de Norfolk donde se construía el penal, su carga eran presidiarios para levantarlo. En el viaje de vuelta se exploró y comprobó que estaba deshabitada, ya comenzó a colocarse la toponimia que ha perdurado hasta hoy: Monte Lidgbird y Pirámide de Ball, una de sus más representativas siluetas. Ambos nombres son los apellidos del teniente Henry Lidgbird Ball y se bautizó en honor del Primer Lord del Almirantazgo Richard Howe, administrativamente pertenece a Nueva Gales del Sur.
En sus aguas encontramos el parque marino australiano con casi 120.000 kilómetros de territorio acuático, se creaba el 14 de diciembre de 2013 y cuatro años más tarde sería conocido como Parque Marino de Lord Howe; en su perímetro encontramos el arrecife de coral más meridional del orbe. Hasta 1834 no hubo asentamientos permanentes y hoy su principal actividad es la explotación turística bajo un estricto control gracias a la conexión aérea iniciada en 1974.

Finalmente el dedicado a la isla de Macquarie, deshabitada -si no tenemos en cuenta al personal de la base antártica- situada en el Pacífico meridional camino del denominado Territorio Antártico Australiano inmortalizada en muchas ocasiones dentro del programa filatélico australiano. Administrativamente pertenece a Tasmania es desde donde cada año parte el navío que transporta a los científicos y dotaciones al continente blanco y a donde dirigíamos peticiones para que nos matasellaran nuestras piezas en los AAT. Fue integrada en la lista UNESCO en 1997.
La base permanente se ubica al pie del Pico de la Radiotelegrafía [Wireless Hill] y se estableció en 1911, alberga una media de 30 personas que suelen llegar mayoritariamente con el helicóptero del navío de investigaciones antárticas. En total 128 kilómetros cuadrados que se distribuyen en un área alargada de 33 kilómetros, la anchura apenas supera los cinco. El territorio pasa por ser de los más nublados del planeta y raramente sobrepasan las 850 horas de sol anualmente.
Al grupo le pertenecen una serie de islotes y en su conjunto dan lugar a un área marina de 557.280 hectáreas a mitad de camino entre Australia y la Antártida; constituye un paraíso ornitológico y geológico que pasa por ser de los más conocidos y estudiados por científicos de todo el orbe que quedan fascinados por la extraña belleza y su clima. No hay árboles, su vegetación se circunscribe a áreas arbustivas, hierbas, musgos y líquenes entre los que viven millones de aves, sobre todo pingüinos reales que suelen criar allí, cerca de un millón de ejemplares en las mejores temporadas.
Los sellos fueron diseñados por Jason Watts, impresos en offset litografía en papel Tullis Rusell, hojas de cincuenta ejemplares, carnet mixto de diez sellos cuya portada recoge Lord Howe, también aparece en la del paquete presentación -una serie- con otra imagen de Macquarie y la hilera de pingüinos camino de su diaria zambullida en busca de comida. Hubo tres tarjetas máximas de primer día y el sobre correspondiente, ambos artículos fueron cancelados en Camberra el 6 de mayo de 2025.
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