La fotografía de una pared desgastada por los efectos de la erosión y el paso de tiempo sirve de portada para este peculiar poemario que podríamos calificar de etnográfico ya que en él se describen en verso las costumbres y tradiciones, oficios desaparecidos y personajes sencillos del pueblo de nacimiento del autor.
«Este libro intenta recuperar algunos de los episodios de la historia reciente de Dúrcal antes de que el olvido los sepulte para siempre», nos cuenta Juan Antonio Haro en su ‘refugio’ de Nigüelas. Tras la publicación de ‘Dúrcal, 1957’ que considera «sin duda alguna, su obra más completa e intensa», fueron muchos los paisanos que le pidieron continuara describiendo personajes, costumbres y profesiones de antaño.
Tras un ímprobo trabajo ha podido terminar esta nueva obra que podría ser consideraba como segunda parte.«Es un poemario hecho para ellos, con lenguaje sencillo, para que toda la gente lo pueda entender, donde aparecen personajes, historias y costumbres de este pueblo, algunas de ellas en clave de humor, otras francamente dolorosas pues estamos hablando de años difíciles de la posguerra en los que sobrevivir era una verdadera hazaña», comenta haciendo referencia muy especial al primer capítulo titulado ‘Tiempos difíciles’ donde habla de las abuelas de una forma entrañable.
De esta forma se rebela contra el olvido, con las historias de estas personas que «me han llegado al alma, que nos ayudaron a vivir, nos sacaron adelante y de cuyas costumbres o sus pequeñas obras como un bordado no queda absolutamente nada, como si no hubieran tenido ningún mérito, como si hubieran sido inútiles».
OIR AUDIO DE LA ENTREVISTA:
|
Personas y oficios desaparecidos
Si algo está claro es que este libro solo lo podía escribir Juan Antonio Haro al tratarse de retratos y vivencias de personajes muy concretos (Mª Josefa Melguizo, Concepción Molina, Teresa Iglesias, Rufina Palacios, José Haro, María Molina, Diego de Haro,…) y por del deseo de rememorar oficios y tradiciones, utilizando un lenguaje rico en localismos que harán necesario la aclaración de alguien de la zona.
Así entre sus poemas los encontramos dedicados a la matanza, a los regadores, al avareo, a los arrieros, a los afiladores, a los lateros y a los pregoneros que conoció en su infancia y juventud, «de los que solo queda el recuerdo y a los que le ha dado forma de verso».
Trabajo del que se siente muy satisfecho y que espera que sus paisanos conviertan en libro de cabecera como hicieran con el anterior. Junto a sus textos biográficos y poemas se incluyen se han recogido otros a modo de complemento como el de Antonio Mejías dedicado a Antonio Castilla Fajardo ‘El Curro’, con quien llegó a formar un dúo musical, al estilo de Simon y Garfunkel y que fue «un hombre adelantado a su época, vegetariano estricto, partidario de baños de sol y de aire, de ayuno, que se iba un par de meses a la bina de la remolacha a Francia y el resto de año se lo pasaba leyendo sobre todo los libros del profesor Capo y paseando por la Sierra».
Mejías está de acuerdo en que el libro de Haro se podría calificar de poesía etnográfica al tiempo que aclara que distingue dos partes, una realizada con poesía de corte popular, de metro corto, (octosílabos y hexasílabos) y por otra con la que toca los temas más serios y emotivos para la que recurre a los endecasílabos.
El libro se cierra con un capítulo dedicado a la quinta del 69, a la que pertenece Juan Antonio que incluye un cuadro con la relación que Manuel Conejero consiguió en el Ayuntamiento en la que aparecen ordenados alfabéticamente con sus nombres y apellidos, fecha de nacimiento, apodo y nombre de los padres. Los beneficios por la venta de este libro se destinarán a la Asociación Cultural Almósita «por su trabajo por la cultura».