A muchos lectores de este diario, especialmente los amantes del flamenco, les resultará familiar su nombre, Jorge Fernández Bustos, pues no en balde publica, desde marzo de 2016, casi a diario, informaciones o críticas relacionadas con este arte. Lo que otros tantos ignorarán es que sus inquietudes literarias le han llevado a cultivar la poesía, el haiku, el cuento, el ensayo y la novela. De hecho ‘El ciego de Delos’ (Uno Ed.) es la segunda obra incursión en la narrativa tras ‘Septimio de Ilíberis’ (Círculo Rojo, 2014). La presenta esta tarde en el marco de la Feria del Libro, en la sala Zaida. Hará de presentador el también novelista Manuel Estévez Goytre (18 h). Jorge que afirma que en su infancia y juventud fue «un gran devorador de libros» recurre a una cita de Platón para justificar el origen de sus inquietudes literarias, puesto que “el hombre que lee si no escribe está incompleto”. Manifiesta estar encantado con su nueva obra porque «el largo recorrido me sienta muy bien ya que puedo hacer lo que me da la gana. Todo lo que se me pasa por la cabeza puedo meterlo en un libro, sin necesidad de recortar o de constreñir como en el caso de la poesía».
También tiene una explicación su interés por el mundo clásico ya que después de finalizar los estudios de Biblioteconomía y Documentación estudió Historia y se especializó en Historia Antigua, «aunque por cuestiones de la vida no la terminé, pero siempre me ha interesado mucho, sobre todo la instrahistoria, eso que no se cuenta o que está al margen de la hagiografía, de la leyenda,… Mis libros entroncan la historia y la fantasía». Precisamente eso es lo que se va a encontrar el lector en ‘El Ciego de Delos’ que su autor imaginó en el mundo clásico, «donde los dioses tienen mucho que ver . Concretamente me inventé una historia a partir de un hecho real como fue el abandono de la isla de Delos porque al ser una isla sagrada al nacer en ella Apolo y Artemisa, el tirano de Atenas dijo que había que abandonarla. Yo me pongo en el papel de los últimos habitantes de la isla en ese momento».
Igualmente señala que le interesa muchísimo el lenguaje, la forma de escribir. De hecho afirma que le da «doscientas vueltas para escribir una frase que quede redonda» y que diga exactamente lo que quiere decir y que suene bien. Ello le lleva a reconocer que no es fácil de leer y que la elección de Uno Editorial para su publicación obedece a razones prácticas pues admitía el trabajo de diseño ya hecho lo que le permitió enviar la maqueta lista para llevar a la imprenta, incluido la portada que ha diseñado su amigo, Nono Guirado. Una obra integrada por 14 capítulos, un canto final, un post scriptum y dos apéndices que emplea para atar los «hilillos sueltos», en este caso para explicar el origen del mito que da lugar a la novela y un índice onomástico para presentar a los personajes de la obra. A ello hay que añadir, en las páginas centrales, un interludio dramático en tres actos, ‘Diálogo de dioses’. «Para hablar de la mitología clásica y para meterme en el libro, estuve releyendo y repasando un montón de libros, entre ellos, las obras dramáticas de Esquilo y Sofocles. Me apetecía meter en el centro un diálogo para que se viera que los dioses ordenaban el mundo con su caprichos. Me basé en una obra de Esquilo y le puse yo mis personajes y mis diálogos. No es fácil pero es divertida, por lo menos yo me lo he pasado bien escribiéndola», explica.
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