Antonio Luis Gallardo Medina: «Un día para la nostalgia»

Como decía Serrat, llueve detrás de los cristales llueve y llueve… La nostalgia me invade en este domingo gris en Granada donde no para de caer agua de la buena, como decía mi padre, de esa “calaera” que tanto bien hace al campo.

 

Recuerdo, cuando allá por el mes de julio, el diario IDEAL me publicó una carta en la que expresaba mis dudas y resquemor para que Granada fuera declarada ciudad para albergar la Agencia Europea del Medicamento, después que Gran Bretaña aprobara el Brexit.

Ya entonces se hablaba de Málaga y Barcelona como competidoras y enumeraba sus ventajas con respecto a nosotros, infraestructuras, AVE, aeropuertos internacionales, museos y vida, mucha vida en ambas ciudades.

Pues bien pasado estos meses, el Gobierno Central tomó decididamente la apuesta de Barcelona, quizás porque la Ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, sea catalana y había subrayado que el Gobierno «está dando la batalla» para que Barcelona sea la sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) porque reúne todos los requisitos y España «es un país más que idóneo» para reubicar este organismo.

Pero nuevamente, aparte del agravio que supone, una vez más, para nuestra querida Granada, se equivocaran. Explico mis razones, España se está centralizando entre Madrid y Barcelona, dejando un montón de ciudades semivacías y creando aglomeraciones de gente en estas dos ciudades, donde cada día es un infierno vivir, trasladarse al trabajo, alquilar un piso, etc.

Pero la nostalgia que hoy domingo me invade, no puedo dejar de ver que somos el culo de España. Seguimos sin tren, sin AVE, sin segunda circunvalación, el aeropuerto funciona para temas domésticos y en cuanto a cultura, tenemos una de las mejores Universidades del país, pero el Centro Lorca con legado, pero como si no lo tuviese. Solo nos mantiene vivos la Alhambra y Sierra Nevada.

Cualquiera que viaje de negocios desde o a Granada sabe que las comunicaciones aéreas son muy malas, sin vuelos a Europa y conexiones que a Madrid dejan mucho que desear, por ejemplo, en los fines de semana. No sólo la Alhambra basta (otros tienen museos, playa), y no sólo un campus basta (hay universidades buenas en otros lados, por ejemplo, Barcelona). Si uno sale fuera un poco, se da cuenta que Granada no es ni mucho, lo mejor que hay: hay que darse cuenta de esto y no engañar al personal.

Y para rematar la faena, seguimos sin ponernos de acuerdo en el tema sanitario, que no queremos fusión hospitalaria, que no sabemos siquiera si tendremos nuevos hospitales y aún queremos albergar la Agencia Europea del Medicamento. No basta con tener un PTS, sin infraestructuras, sin carreteras, sin conexión buena con la ciudad. Seguimos queriendo lo que teníamos… dos hospitales completos.

Menos mal que cambió el gobierno, cambiaron los ministros, incluso cambiamos de presidente, pero Granada sigue a la cola del paro, de infraestructuras, de sueños por cumplir.

Al final, tendremos que echar mano de aquellas palabras que tanto significaban para nosotros los granadinos. No hay nostalgia peor que añorar algo que nunca sucederá, la nostalgia ya de por sí es una mentira seductora.

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ANTONIO LUIS GALLARDO MEDINA

 

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