«En primer lugar hemos flexibilizado el currículo y adaptado las competencias básicas flexibilizando los tiempos, las metodologías, la evaluación y el sistema de seguimiento que llevamos». El secreto está en la teoría de los vasos comunicantes. Es decir, todo alumno tiene la posibilidad de ir y venir de un grupo de apoyo a un grupo corriente conforme vaya alcanzando determinados objetivos.
«Tenemos grupos para alumnos que tienen pérdida curricular de dos cursos en Lengua, Matemáticas e Ingles. Además, somos centro de Educación Compensatoria, Aula de Apoyo a la Integración y, como novedad, tenemos el Áula de Tránsito a la Integración con alumnado altamente disruptivo. En estos tres últimos casos organizamos el currículo por ámbitos, de manera que los alumnos trabajan Lengua, Ciencias Sociales, Naturales, Inglés y Tecnología en estos grupos y el resto de asignaturas con el grupo ordinario».
Compensación
La diversidad está atendida no sólo en el alumnado que tiene perfil de compensación, también en aquellos que siguen el currículum y lo siguen muy bien. ‘Superdotados’, quizás. «Para ellos también hemos previsto desdoblamientos, refuerzos, más horas de idiomas en su currículo, en Matemáticas, en Lengua… Pero un refuerzo de avance».
En cualquier caso, estos grupos de apoyo no superan los 16 ó 17 alumnos. «Conseguimos atender a la diversidad de arriba a abajo. Pero claro está, a los buenos se les ha podido atender porque se ha podido atender antes a los que más problemas dan».
Pongamos un ejemplo: un grupo de 1º de Eso empieza la mañana con las siguientes asignaturas: Lengua, Matemáticas e Inglés. En esa misma banda horario, la clase de 1º de Eso se desdoblará en tres grupos: el ordinario; el de apoyo, que con un máximo de 12 alumnos trabajará a niveles más bajos con el objeto de recuperar la pérdida y consigan incorporarse a la ordinaria; y el avanzado, para aquellos que tenga un nivel superior. «Funciona como una red de salvación, es todo lo contrario a un menú igual para todos. Aquí comen a la carta en función de lo que necesitan. Si uno de los alumnos de la ordinaria pierde el ritmo pasa a la de apoyo hasta que se recupere. Y así es, todos los caminos son puertas abiertas en dos direcciones», aclara Antonio María. «Les dejamos sin motivos para que no estudien», asegura.
Idiomas y seguimiento
También cuentan con un Aula Temporal de Adaptación Lingüística. «El objetivo es el mismo, pero partimos de distintos puntos de arranque… Algunos alumnos tienen competencias de 6º, 5º y 4º de Primaria; y se tienen que incorporar al sistema con arreglo a su situación».
Una de las claves del éxito del programa es que hacen un seguimiento trimestral de los alumnos en situación extraordinaria donde participa el 100% del profesorado. «El tutor tiene información completa y al día de todo lo que le va sucediendo al estudiante de 1º a 4º de Eso. Lo importante es implementar medidas sistemáticas, aún sabiendo que no hay sistema perfecto. Pero un sistema nos ayuda a organizar, ser efectivos y dar respuestas instantáneas ante una nueva situación», concluye López.
También cuentan con un Aula Temporal de Adaptación Lingüística. «El objetivo es el mismo, pero partimos de distintos puntos de arranque… Algunos alumnos tienen competencias de 6º, 5º y 4º de Primaria; y se tienen que incorporar al sistema con arreglo a su situación».