–Las vacaciones escolares están a punto de iniciarse, ¿cuáles serían sus recomendaciones?
–A los padres con niños mayores les recomendaría hablar con ellos de las vacaciones. Este tiempo de descanso no significa que no hagamos nada. Al igual que muchos padres aprovechan para leer, pedirles que ellos también lo hagan de los que suelen recomendarles los profesores y que realicen un resumen al final. Es importante que los chavales sepan que vamos a pasarlo bien pero que, si ahora mismo, sus niveles de capacitación de Lengua, Matemáticas o Inglés es de un cinco cuando regrese al centro en septiembre será de un tres. Por ello, debe mantener los conocimientos adquiridos con un pequeño repaso de las materias más flojas. No digo que se preparen para el curso siguiente. Yo les decía a mis alumnos, ahora adultos con hijos, que en verano hay que disfrutar pero también dedicar un tiempo a repasar, a hacer un problema o ver una síntesis de una lección para que cuando vuelvas en septiembre tengas tu mente preparada. Muchos me dicen que aquellos consejos les sirvieron muchísimo.
–¿Qué opina de los cuadernos de verano que ofertan distintas editoriales?
–Es una forma que me parece bien, siempre y cuando estén preparados de manera inteligente como suelen hacerlo las editoriales. También pueden ser las tareas que ponen los mismos profesores y que están adaptadas a las necesidades de cada alumno de cara de que el nuevo curso empiece con una fuerza mental suficiente para afrontarlo. Éstos no deben abandonar completamente el hábito de estudio o al menos de lectura que tras realizarla se recomienda expliquen a los padres o hermanos mayores lo que han leído.
–¿Cómo podemos prevenir el síndrome posvacacional?
–Yo diría a los docentes, padres y alumnos que piensen en la suerte que tienen de disfrutar de las vacaciones pues hay muchas personas que por las actuales circunstancias no las tienen. No hay que magnificar este tema, pues si no se tiene trabajo difícilmente se va a ir de vacaciones. En todo caso hay que irse a las vacaciones sabiendo que van a ser más vacaciones en la medida de que desconectemos de los problemas, nos relajemos un poco más y sean un punto de encuentro entre padres e hijos. Por ello, insisto en que los profesores deben poner tareas para que mantengan fresco lo aprendido pero nada más. Hay que ser positivos y dar gracias todos los días de las cosas que tenemos.
Optimismo
–En sus obras el optimismo siempre está presente ¿cómo podemos conseguirlo?
–Sí, yo siempre intento transmitir esperanza. Lo que pasa es que la esperanza tiene una parte muy personal, por decirlo de alguna forma es que tenemos que crearla cada uno de nosotros. Ese optimismo tiene que ir acompañado de obras y me parece que este país necesita que los chavales tengan ordenadores pero también que padres y educadores y los que hacen posibles las leyes educativas, tanto a nivel nacional como autonómico, que sepan que hay que potenciar esas mentes y que hay que esforzarse para conseguir unas metas.
–En su libro ‘Todo lo que necesitas saber para educar a tus hijos’ analiza la igualdad de oportunidades de niñas y niños. ¿Considera que ésta es real?
–No, porque hay comunidades autónomas donde, aunque lo quieran negar, es evidente que no así. En mi caso, por ejemplo, por no hablar catalán no me llaman a dar conferencias en esta comunidad autónoma. Hay sitios donde exageran el hecho de que no hablen su lengua, esto es empobrecer.
–¿Es partidario de las clases separadas por sexo?
–No hay ninguna investigación seria que demuestre realmente que las clases separadas tienen ventaja el que estén los chicos con los chicos y las chicas con las chicas, por hablarlo de una manera más clara. En todo caso habría que pensar hasta qué edad. A mí me parece, por ejemplo, que a mis nietos, que tienen entre 3 y 5 años, les viene perfectamente que tenga amigos y amigas y es positivo que aprendan a convivir juntos puesto que cuando sean adultos tendrán que convivir hombres y mujeres.
–Sin embargo, la separación por sexo se justifica por el diferente desarrollo cognitivo ¿qué hay de cierto?
–Se dice que los chavales van más retrasados. Vamos a ver, yo he sido profesor y he tenido chicos de 13 ó 14 años muy inteligentes y muy preparados y chicas que estaban al nivel de los chavales, por delante o por detrás y no era el sexo lo que les diferenciaba sino el esfuerzo, su capacidad de organizarse y la ayuda de sus padres. La variable sexo para mi no influía mucho. Muchos de ellos y de ellas ahora son profesionales de la medicina, de la educación, ingenieros… Es más importante que en casa los niños y las niñas vean a unos padres leer el periódico y libros, pues se les estará preparando para que tengan más capacidad de almacenar conocimientos.
APUNTE
De “La educación inteligente” a “Poderosa mente”
Página personal y acceso al blog Optimista Vital : BERNABÉ TIERNO
